La nueva sexualidad

Tratando de permear la sociedad hondureña, haciendo presumir que es un asunto normal y no lo es, legalmente en Honduras no es reconocido por la Constitución de la República el sexo entre personas del mismo sexo, sean mujeres u hombres las parejas de involucrados.

En una agenda mundial, se pretende mostrar como un “derecho humano” cuando la sexualidad es un tema de responsabilidad del ser humano.

Se anuncia que cada uno puede vivir su sexualidad, así se le dice a la gente y sobre todo a los niños que piensen que esto no es cuestionable; asumen que es correcto, normal y debemos apoyarlo.

Recientemente hemos visto y escuchado una campaña masiva de tolerancia hacia la diversidad, apareciendo imágenes de personas corporalmente expresando su gusto de estar con alguien de su mismo sexo más allá de la amistad, hasta concluyen pidiendo aceptación y aparece una mano haciendo el gesto de unos cuernos, vestida de negro y con aspecto postmodernista.

La pregunta es ¿debe de ser de interés general que alguien practique sus fantasías sexuales con personas de su mismo sexo y se ufane públicamente de ello? en vez de practicar la comodidad de la intimidad, tratan de confirmar lo que hacen, buscando la aprobación pública.

Esta solicitud de “tolerancia” no es nueva en nuestro país, la actual rectora universitaria tuvo que mandar a repintar un edificio que incitaba a hacer el amor entre parejas del mismo sexo, habiendo menores de edad en la casa de estudio que aún no definen sus preferencias sexuales y no existe razón de sugerirles tal forma de vida íntima; lo mismo pasa con esas propagandas nacionales que imitan lo que sucede en países como España, siendo los españoles unos de los promotores de estas campañas en nuestro país,  pareciera que están reclutando.

Primero que no había, después que eran pocos, luego que estaban “en el closet”, seguidamente se pidió tolerancia, ahora se promueve su ejercicio público; esperamos muy sinceramente que esta indiferencia de las autoridades de Salud, de aquellos munícipes conscientes y en reelección política, los que velan porque prevalezca en la sociedad hondureña la ética y la moral a nivel nacional; y de quienes legislan, que un día cualquiera no nos anuncien que… “ya es obligatorio”. Gracias

Óscar Orlando Bonilla Landa Blanco
Paseo al Picacho, Tegucigalpa
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