Venezuela en apuros Crítica sana a un país amigo

Por Mario Mencía Gamero

Un gran país y, Caracas su capital moderna, bien trazada en estructura metropolitana, con calles limpias, bien estructuradas, con su estatus arquitectónico, un metro moderno, eficiente que transporta diariamente más de un millón de pasajeros a sus trabajos, estudiantes a sus universidades y colegios, en fin casi todas las ciudades de Venezuela son nítidamente limpias con arboledas en sus orillas, la mayoría de ellas están pavimentadas, lo mismo que sus carreteras, lo edificios de gobierno poseen todos la mano arquitectónica especializada que la han convertido en una de las repúblicas más importantes y modernas de nuestra América Latina. El petróleo, una de las riquezas más abundantes ha hecho de Venezuela, y particularmente de Caracas su capital, la ciudad espléndida y acogedora que es.

Pero su petróleo asimismo ha sido el botín perseguido por el monstruo del capitalismo foráneo y la confrontación de una burguesía ambiciosa que le reza a Jesucristo y al mismo tiempo ha amasado cuantiosas fortunas que, a sangre y fuego quieren acabar con Venezuela. Una oposición tenaz organizada se enfrenta en marchas, diz que pacíficas al gobierno chavista de Maduro, apoyado por las fuerzas armadas heredadas del comandante Hugo Chávez que, con su mentalidad socialista y su estrategia revolucionaria mentalizó a los jóvenes integrantes de su ejército que, hoy por hoy, siguen el derrotero de su extinto comandante.

De repente Chávez en los estertores de su muerte no pensó en la evolución del pensamiento generacional de venezolanos que la panacea de su petróleo en producción iba de la noche a la mañana a perder su valor de precio en el mercado mundial, cuyo mayor comprador son los Estados Unidos, disminuyendo los ingresos de sus habitantes, y digámoslo en perfecto español, los venezolanos ya se han acostumbrado a vivir de la riqueza petrolera del lago Maracaibo y de los productos que emergen de las profundidades del Mar Caribe.

Pareciera que la alimentación agroalimentaria de Venezuela no existe y hoy carece ese gran país de los granos básicos para la alimentación de su pueblo.

Pero hay otro aspecto vital que acongoja a Venezuela: los Estados Unidos a pesar de ser el mayor comprador de su petróleo no le venden los granos básicos indispensables para su subsistencia y ni siquiera papel higiénico.

Tampoco los bloques de países latinoamericanos ayudan a Venezuela a pesar que el presidente Chávez les vendió petróleo a precios bajos para ayudar a sus países.

El bloqueo alimentario contra Venezuela se ha convertido en caja de resonancia del gobierno americano, siendo este un atentado antihumanístico contra un pueblo hambriento de paz, justicia y libertad.