En el artículo primero de la Constitución de la República se lee: Honduras es un Estado de Derecho, soberano, constituido como república libre, democrática e independiente…
El Estado declara la república como forma de gobierno, es decir, un presidente elegido a través del voto democráticamente por un tiempo definido.
La república surge como respuesta a los vejámenes que eran víctima los pueblos, especialmente de Europa, sometidos bajo la tiranía de las monarquías –reyes y emperadores-.
En la edad moderna el concepto republicano se extendió al Continente Americano y el primer modelo mundial que se establece como república es la de los Estados Unidos en 1776, antes que la propia Revolución Francesa en 1789.
Existe una anécdota pocas veces contada y hoy casi olvidada que cuando estaban escribiendo el acta de independencia de los Estados Unidos, entre ellos estaba Benjamín Franklín –quien a esas alturas ya contaba con 70 años- y muchas otras personalidades, entre ellas una señora respetable, octogenaria amiga de la causa y de todos ellos, referida en los registros históricos como míster Powell (la señora Powell).
Al reunirse todos para tomar conocimiento de cuál había sido el resultado de los padres fundadores, la señora Powell ansiosa se acercó a su entrañable amigo, el doctor Franklin y le dirigió la siguiente pregunta: “Entonces doctor ¿qué tenemos?, ¿una república o una monarquía? Benjamín Franklin respondió fuerte para que todo mundo escuchara, “una república, madame” y luego agregó a suerte de reto hacia el futuro histórico más que a los oídos presentes, “si pueden mantenerla”. Este era un llamado a las generaciones futuras y una declaración que no es natural a los gobiernos o gobernantes mantener una república, sino es privilegio y responsabilidad del pueblo.
En 1982, Honduras suscribió una nueva Constitución que ha sobrevivido más tiempo -35 años- la más larga de su historia por lo tanto la más robustecida.
Hoy recordamos aquel evento casi olvidado de la democracia más fuerte de la historia con 241 años de existencia. Honduras se ve enfrentada con la amenaza de volver a las dictaduras –quasi monárquicas- del pasado. Pero solo nosotros podemos responder, “tenemos una república solo si podemos mantenerla”.
Mario Salinas
Tegucigalpa, M.D.C.