Líder de migrantes hondureños: Se nos adelantó el “huracán Trump”

La Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA (en inglés: Deferred Action for Childhood Arrivals) ha disparado las alarmas en el Estado de La Florida, dijo ayer miércoles el líder hondureño de los migrantes, Francisco Portillo.

“De hecho, esperábamos antes el huracán Irma y se nos adelantó el huracán Trump”, expresó, al referirse a la decisión del presidente Donald Trump, de eliminar dicha ley, lo que afectaría a unos 800,000 jóvenes.

La ley DACA fue una decisión migratoria del gobierno de Estados Unidos, con el fin de beneficiar a ciertos migrantes no documentados que llegaron como niños a Estados Unidos y que cuentan con cierto nivel educativo. Sin embargo, “la determinación de eliminarla y afectar a miles de muchachos, está en manos de los congresistas”, refirió Portillo.

Este beneficio fue anunciado el 15 de junio de 2012, por la entonces secretaria Janet Napolitano y posteriormente reafirmado por el presidente Barack Obama.

El 5 de septiembre del 2017, fue suspendida toda nueva solicitud de inscripción al programa, extremo que fue anunciado por el fiscal general del Departamento de Seguridad Nacional, Jeff Sessions, como parte de las acciones de la presidencia de Donald Trump.

“Estamos muy tristes, molestos, al mismo tiempo es algo indignante, son 800 mil estudiantes de origen hondureño y ya nos hemos reunidos con algunos de ellos y les hemos manifestado que no están solos”, contó Portillo.

Advirtió que “vamos a luchar, ya que nos costó mucho conseguir DACA y por eso les aseguramos que no los vamos a dejar solos”.

Portillo dijo que como el presidente Donald Trump “le tiró la pelota al senado y al Congreso, y hoy tuvimos comunicaciones con líderes demócratas, y ellos le han enviado un reto a los líderes republicanos de la Cámara Baja, para que esto no sea eliminado, sabemos que no va ser fácil, porque en el Senado hay mucho antiinmigrante”.

Muchos jóvenes se muestran indignados y consideran que esa acción es injusta, hasta han llorado, pero el presidente dio seis meses para buscarle una solución al problema para que el Senado y el Congreso le den una salida, concluyó.