Gráficas que hoy postraremos en la antesala de los 439 años de Tegucigalpa resultarán desconocidas para las nuevas generaciones pero serán motivadoras de recuerdos para muchos que rebasan los octavos, no de guaro, sino de decenas de años regalados por el Señor.
Viejos edificios que cayeron por indiferencia de autoridades, por urbanistas que quisieron con pretensiones modernistas cambiarle el rostro colonial al viejo poblado, por foráneos investidos de autoridad que desconociendo la riqueza histórica de la ciudad, destruyeron la heredad de nuestros antepasados.
Pero hoy no venimos a pelear con el tiempo perdido y arrebatado por quienes no supieron ni saben valorar el pasado, venimos a recordar edificaciones, calles y rincones que no pudimos conservar.
Hubo un callejón en el centro de la ciudad que todos conocíamos como “El Callejón del Museo” (foto 1), era una estrecha calle de sur a norte que partía de la “Paz Barahona” al costado norte del muro de la Catedral hasta el Hotel Palace que después fue la sede del “Ahorro Hondureño”. Cuando uno transitaba en sentido contrario al del jinete que cabalga en una mula, observaba el campanario de la Catedral, observaba a la derecha el Museo Nacional del Dr. Cruz Zambrana y a la izquierda el edificio de la familia Mendoza donde estuvo la Farmacia Unión. En ese lugar hoy están los lustrabotas en la zona peatonal habilitada en la administración Merriam.

2 La avenida a la altura de la Barbería Central en el corazón de la capital hondureña.
Muy próximo a ese sitio en el corazón de la ciudad y una cuadra antes del llegar a la plaza central, un segmento de lo que fue la Avenida Paz Barahona y que le traerá muchos recuerdos al maestro barbero Sotero Escoto, porque allí inició su oficio de cortar pelo y barba, la Barbería Central (foto 2) del maestro don Jesús Quijano.
Del Teatro Nacional que recién cumplió 100 años de haberse construido, primero fueron sus columnas dóricas y su capitel estilo griego lo que le quitaron allá en los años treinta y en su entorno donde se colocó el busto del prócer don Dionisio de Herrera (foto 3) a saber que van a hacer porque lo tienen encerrado, solo falta que al fundador del Estado de Honduras, al padre de la patria, le den otro destino y termine la historia del Parque Herrera.
Otro recuerdo un edificio que aún cuando haya sido propiedad privada, no debió haberse permitido su demolición porque era un ícono de la ciudad, no de la época colonial, pero si del siglo XIX y de elegantes trazos arquitectónicos del clásico europeo que lucía imponente al poniente de la plaza central, el Banco de Honduras (foto 4).

3 El Parque Herrera en los años treinta, antes que se le quitaran sus Seis hermosas columnas dóricas al Teatro Nacional.
En el lugar donde hoy está el Museo de la Identidad en el Barrio Abajo, recuerdo es el inmueble construido por don Emilio Montessi en 1882 (foto 5) destinado al Hospital General de Tegucigalpa y que en 1926 se trasladó al Hospital de Indigentes San Felipe, restaurándose en 1942 para ser el Palacio de los Ministerios.
Lo único antiguo del callejón que une al centro de Tegucigalpa con la calle de la Pedrera es la antañona casa de la Familia Casco, descuidada y convertida en una bodega de un colegio. Las casas con aceras altas y barandales de metal ya no las encuentra y de las viejas casas de familias como los Gallardo y otras, convertidas ahora en zonas de estacionar vehículos. El Callejón Casco (foto 6) otro de los inolvidables rincones de la Tegucigalpa del ayer.
Hasta la próxima semana, Gracias por su lectura y si tiene viejas fotos de Teguz envíemelas al correo nahum@radiohrn.hn

4 El Banco de Honduras desapareció del corazón de la ciudad.

5 En el Barrio Abajo el primer Hospital General de Tegucigalpa, construido en el gobierno de la Reforma Liberal.

6 El Callejón Casco rincón de la vieja Tegucigalpa.