Las incoherencias de los políticos hondureños

Por Óscar Lanza Rosales
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Parece mentira, pero estamos prontos a cumplir en el 2021, doscientos años que nos independizamos de España, y supuestamente nos convertimos en una nación independiente. Doscientos años que no nos han servido para alcanzar el desarrollo deseado en lo económico, social y político, porque seguimos siendo uno de los países más atrasados del planeta y con una clase política que no alcanza la madurez para darle prosperidad y felicidad a nuestro pueblo. Nuestros políticos actuales más bien han retrocedido de manera abismal con relación a los valores patrióticos y visión de nuestros próceres del siglo XIX. Valle, Morazán, Herrera, Cabañas y el Padre Reyes, que como dice nuestro pueblo, en sus tumbas se han de estar retorciendo por las generaciones de políticos que los han sucedido en la conducción de la nación.

Comencemos con el actual Presidente, que en toda su carrera política se ha considerado estar sobre la Constitución. Se eligió diputado una vez contra la ley. Destituyó a cuatro magistrados de la Corte Suprema de Justicia, irrespetando la separación de poderes. Y ahora quiere reelegirse presidente, a pesar de la prohibición de la Constitución.

Y en estos días, el Presidente ha enviado un anteproyecto para reglamentar su pretendida reelección al Congreso Nacional, para que quede definida antes de las próximas elecciones, que sea por una sola vez y no indefinida en caso de no reglamentarse.

Con esta reglamentación el Presidente quiere legalizar la ilegal reelección y quiere vendernos la idea a través de sus voceros que con la reelección por una sola vez nos vamos a parecer formalmente al régimen presidencialista de Estados Unidos de América (EUA).

¡A la gente le causa risa, cuando hablan de parecerse a Estados Unidos! En democracia y desarrollo, no nos parecemos en lo más mínimo. Hay un gran contraste entre Honduras que está en la cola y ellos que están entre los más avanzados del mundo. En primer lugar, comenzando por sus presidentes, en sus 243 años que tiene de fundada la Unión Americana, han sido muy respetuosos de su constitución.

Para que nuestro mandatario aprenda de los presidentes de EUA de sus expresiones de respeto a su constitución, he aquí algunas: “La constitución es la guía que yo nunca abandonaré”: George Washington (1789-1797); “la  constitución y las leyes son supremas y la unión indisoluble”: Andrew Jackson (1829-1837); “en el cumplimiento de mis deberes, mi guía será la constitución, que yo juro en este día, preservar, proteger y defender”: Zachary Taylor (1849-1850); “yo apelo a lo mejor de mi capacidad, para proteger y defender la constitución de los Estados Unidos, que debe ser respetada, obedecida, cumplida y defendida”. Abraham Lincoln (1861-1865).

Volviendo a la pretensión del Presidente Hernández de reelegirse, eso vuelve al actual proceso eleccionario viciado o nulo, porque la Constitución prohíbe su reelección. Varios de los partidos de oposición se oponen a la reelección, incluido el Partido Liberal, pero no basta manifestar que se oponen, sino que para darle vida a la Constitución habría que llegar a las últimas consecuencias de abstenerse de participar en un proceso eleccionario viciado, porque de lo contrario estarán avalando la reelección.

Y por último quiero referirme al objetivo que tiene la Alianza Libre-Pinu, que en caso de ganar y llegar al poder, lo primero que quieren hacer es instalar una Asamblea Nacional Constituyente para emitir una nueva Constitución, como que con eso van a resolver todos los problemas del país. Ya está probado que entre más constituciones ha tenido un país, es un signo de inestabilidad, de anarquía y desorden, que lejos de contribuir a su desarrollo, más bien lo ha hundido en la pobreza, el subdesarrollo y la dependencia.

A esa conclusión ha llegado la Universidad del Desarrollo de Chile en una investigación con el apoyo del Banco Mundial, que entre menor número de constituciones tiene un país, tiene mayor índice de desarrollo humano. En otras palabras mayor ingreso per cápita, esperanza de vida y escolaridad.

EUA es un ejemplo, es la nación más desarrollada del mundo y todavía tiene en vigencia su Constitución original, perfeccionada a base de enmiendas.

Otros países desarrollados que tienen constituciones antiguas: Noruega (1814), Países Bajos (1815), Bélgica (1831) y Dinamarca (1890). Y países atrasados como Haití con 23 constituciones, Bolivia (22), Venezuela (19) y Honduras (17).

Como dicen algunos españoles: “No hace falta una nueva Constitución, sino que debemos cumplir la que tenemos. España, para ser próspera, necesita estabilidad, y también seguridad”.

¡Esta es la realidad de Honduras a 196 años de su independencia!