¿Qué es el trastorno sexual del Froteurismo?

El sexo es considerado por ser uno de los mejores placeres del mundo. Sin embargo, como todo en la vida, hay un lado blanco y un lado oscuro. En el tema de la sexualidad, su lado sombrío radica en los fetiches, trastornos o parafilias; como es el caso de lo que se conoce como frotismo o froteurismo. Aquí en kienyke.com le explicamos en qué consiste.

Seguramente le ha pasado o ha escuchado que alguien es víctima de algún pervertido que le rozó sus genitales durante el trayecto en el transporte público. Pues bien, seguramente muchas de esas personas atrevidas y/o acosadoras sean frotistas.

El médico sexólogo Carlos Quintero Malo le explicó a kienyke.com que “el froteurismo es una parafilia, un trastorno del comportamiento sexual donde única y exclusivamente se obtiene placer sexual a través del ejercicio de esta práctica. En este caso sucede que el paciente obtiene placer frotando sus genitales o su cuerpo contra alguien extraño. Es una práctica muy frecuente en lugares públicos”.

De acuerdo al experto, este trastorno afecta mucho más a la población masculina que a la femenina y los frotistas suelen estar en una edad promedio de entre los 15 y 25 años.

“Generalmente no predispone alguna otra acción sexual, luego de la práctica, la persona por lo general termina masturbándose. Algunos lo consideran como un acto sexual abusivo. Sin embargo, en otras legislaciones no se considera igual; pero en términos generales es una práctica común”.

Pese a que en algunos lugares del mundo no se considere al  frotismo/froteurismo como un acto de acoso o abuso sexual. Todas las personas, en especial mujeres, que han sido víctimas de esta práctica lo toman y lo sienten como tal. “Podría ser considerada como acoso o abuso sexual, pero es complicado demostrarlo en ese sentido”, asegura el experto.

Por otro lado, para el sicólogo y sexólogo Ezequiel López, “muchos hombres tratan que la otra parte no se dé cuenta, sin embargo, en otros casos ni si quiera les importa si la mujer nota el acto. Es un acoso y abuso sexual muy evidente (…) es difícil luchar en contra de la situación porque en la mayoría de acosos sexuales hay una amenaza sutil o explícita dentro de una situación muy clara, es decir, jefes que piden favores sexuales a sus empleadas a cambio de que no pierdan el puesto, y cosas por ese estilo. La diferencia aquí es que en el froteurismo hay una persona abusando de otra, pero ésta puede no darse cuenta que está siendo abusada”.

Identificar a una persona frotista no es cosa fácil, porque por lo general son personas normales, no tienen rasgos evidentes a simple vista de una personalidad trastornada. No hay una forma de identificar a priori a un frotista a menos que comente en público esta dificultad que tiene.

La única cura para esta parafilia es la ayuda profesional y por supuesto toda la voluntad del paciente por curarse. “El manejo del paciente debe ser a través de la sexologia médica. Al ser una parafilia, la persona solo obtiene placer sexual por medio del ejercicio de esta práctica y maturbándose luego al recordar la escena. En vista de esto, se requiere poner en fuerte terapia a la persona para que obtengan placer desde otros medios”, finaliza Quintero Malo.

“El trastorno tiene cura en la medida que la persona tome conciencia de la enfermedad, que sienta malestar y culpa, no que busque ayuda porque lo descubrió su pareja y lo mandó al psiquiatra o lo mandó un juez… Debe haber una necesidad intrínseca de superar esta situación, puede ser un sexólogo o sicoterapeuta y si el problema no se está superando se debe acudir al siquiatra para iniciar un proceso de medicación que reduzca la compulsividad. En ese caso sería un acompañamiento doble, del sicólogo y el psiquiatra”, concluye Ezequiel López.