Los misiles de agosto 2/2

Por Francisco Zepeda Andino
Cnel. ® FAH

Donald Trump en su campaña previa a las elecciones del año pasado, prometió, entre otras cosas, reforzar a sus Fuerzas Armadas y dar prioridad a todo lo norteamericano o “América Primero”, (“America First”). Los incrementos aprobados en el presupuesto de Defensa todavía no llegan a poder calificarse como un “militarismo”, al contrario de Corea del Norte que dedica un estimado del 25% de su PIB a las Fuerzas Armadas. El pasado 18 de septiembre el Senado de EUA aprobó un presupuesto de 700 billones de dólares para defensa en el año fiscal comenzando el 1 de octubre, inclusive más de lo pedido por el presidente en una rara demostración de bipartidismo.

Al contrario de Corea del Norte basando su nacionalismo en la historia de ocupación o invasiones extranjeras sufridas y más recientemente por 40 años de dominio japonés desde comienzos del siglo XX hasta la derrota de Japón en 1945 y posterior guerra de Corea, los EUA bajo Trump han argumentado que su renaciente especie de nacionalismo se dirige a corregir lo estimado como excesiva responsabilidad o gasto en defender a otros, un balance comercial deficitario con muchos países, generando desempleo interno, éxodo de industrias o desplazamiento de mano de obra y debilitamiento general en la sociedad norteamericana.

Se considera al embargo impuesto por los Estados Unidos contra Japón en 1940-41, en sectores esenciales de una economía, (hierro, acero y petróleo) como un acelerante del inicio de la Segunda Guerra Mundial en Asia, así como las sanciones o punitivas condiciones aplicadas a Alemania por los aliados después de la Primera Guerra, mediante el Tratado de Versalles. En los pasados meses de agosto y septiembre, el Consejo de Seguridad de la UNO impuso restricciones económicas a los norcoreanos impulsadas por los norteamericanos en sectores como el petróleo, carbón, servicios financieros y a la vez, reducciones en exportaciones de mariscos, materias primas y minerales. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov rechazó las medidas aprobadas asegurando que Rusia no va estar de acuerdo con “estrangular económicamente” a Norcorea. En septiembre el presidente Trump aumentó la presión declarando que los EUA contemplan sancionar a países negociando con Corea del Norte. China, acaparando el 90% de las exportaciones norcoreanas accedió a aumentar la presión económica sobre Pyongyang.

En reciente edición del Diario La República de Bogotá, se publicó un cuadro detallando los principales socios de Corea del Norte en venderles oro y para sorpresa nuestra, Honduras ocupa el segundo lugar en Latinoamérica, solo superado por Brasil y superior a naciones como Venezuela, México, Chile, Paraguay, Colombia y otros. La fuente de la información es la Oficina Comercial del Gobierno de Corea (KOTRA). La advertencia de Trump puede exponernos a una sanción.

Uno de los factores más importantes empujando la crisis, es el ya mencionado sistema de alianzas. Corea del Sur y Japón son, quizás, los mejores e importantes aliados de los EUA en el área. El poder militar norteamericano sirve desde finales de la Segunda Guerra Mundial, como disuasivo ante potenciales agresores, por su lado China, quien en la guerra de Corea intervino a favor del norte con cerca de 400,000 “voluntarios” del Ejército Popular Chino, ha limitado su participación en la crisis dando algunos apoyos políticos a los norcoreanos, pero también absteniéndose de tomar parte a fondo por su enorme balance comercial favorable con los EUA, evitando posibles sanciones.

No conocemos con exactitud el objetivo estratégico de los EUA respecto a Corea del Norte, pero desde hace algún tiempo se afirma que es detener la capacidad en esa nación de poseer armamento atómico. China y Rusia se oponen a un colapso y cambio total de régimen en Pyongyang, lo cual no es abiertamente manifestado como finalidad del gobierno de Donald Trump.

Corea del Sur y Japón son los más interesados en resolver la crisis por la vía diplomática o mediación. Su vulnerabilidad militar los hace apreciar los métodos pacíficos pero tampoco es que Corea del Sur o Japón van a aceptar cualquier solución en desmedro de su estilo de vida democrático y progresista.

Varias de las causas, dando paso a la Primera y Segunda Guerras Mundiales están hoy presentes en Asia. La perseverancia en el esfuerzo de negociación no debe decaer sin llegar al extremo de acceder a cualquier arreglo. La experiencia de Múnich, 1938, cuando las naciones aliadas cedieron ante el “matón del barrio”, Hitler, pensando en su apaciguamiento, cometieron un error de cálculo que resultó en millones de muertes.

De acuerdo al escritor y periodista Michael Dobbs, el presidente John F. Kennedy usó el libro “Los Cañones de Agosto” para enfocarse en resolver la “Crisis de los Misiles” en Cuba, octubre 1962, evitando así una guerra atómica. Alguien le debería regalar esa obra al presidente Trump y a Kim Jong-un.