La estrategia de Libre

Por: Nery Alexis Gaitán

El partido Libertad y Refundación (Libre) surge a partir de la defenestración en el poder de Manuel Zelaya Rosales, quien había perdido la presidencia a raíz de sus constantes violaciones a la Constitución de la República, entre ellas la instauración de una cuarta urna, que en realidad era una convocatoria a establecer una Asamblea Nacional Constituyente, tal como lo publicó en forma de decreto en el Diario Oficial La Gaceta.

Manuel Zelaya, queriendo continuar y después volver al poder, fue el responsable directo de una de las peores crisis que ha vivido Honduras. Abanderados del odio, los de Libre dividieron a la familia hondureña con un saldo trágico de muertes, bancarrota económica y desprestigio internacional, que Zelaya y sus seguidores orquestaron en contra del suelo patrio.

Así surge Libre, como la expresión política del Frente Nacional de Resistencia Popular. Cuya agenda política en todo momento tiene como finalidad llegar de nuevo al poder creando caos y violencia social. Plantean que hay que refundar al país a través de la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva Carta Magna, ya que la vigente de 1982 no toma en cuenta las necesidades del soberano que es el pueblo.
Quizás alguna razón tendrán en que este país necesita una refundación, pero desde la perspectiva de mejorar la salud, la educación, crear más fuentes de trabajo, etc. y no solo para cambiar la Constitución y eliminar los artículos pétreos para establecer la reelección presidencial indefinidamente tal como ellos lo desean, y eternizarse en el poder al estilo de los líderes del socialismo del siglo XXI.

Lo cierto es que la estrategia de Libre para llegar al poder no ha variado. Por un lado apelan al caos y la violencia para que haya conmoción social; y por el otro están empecinados en darle al traste al sistema de vida, dentro de los parámetros de la democracia, que hemos elegido los hondureños.

Han estructurado una descabellada “Alianza contra la dictadura” como último recurso para sorprender incautos, ya que su partido se encuentra en un inevitable declive y no goza de la simpatía de las grandes mayorías. El hondureño ha entendido que la propuesta política de Libre en nada abona a la paz y la tranquilidad y mucho menos a mejorar la economía y demás aspectos que son vitales en la vida de la nación.

Hacen señalamientos de actos de corrupción a los adversarios políticos, pero se les olvida que cuando gobernaron se especializaron en actos de corrupción, a tal grado que dejaron al Estado en bancarrota, sin un lempira en la Tesorería General de la República.

Su estrategia de campaña va encaminada a crear caos y recetar violencia si no ganan las elecciones. Y para crear notoriedad han puesto al frente a un bufón de televisión que hoy niega lo que dijo ayer y mañana renegará lo que dijo hoy, mostrando plenamente su incapacidad para entender el panorama político catracho y de paso evidenciando su ineptitud para gobernar un país.

Este partido antisistema, desde su aparición, solo penurias les ha ocasionado a los hondureños. Su propuesta de gobierno es poco seria y se le aplica el dicho de que, “en boca del mentiroso la verdad se vuelve dudosa”. Los hondureños debemos votar por los partidos de tradición democrática y que presenten verdaderas opciones de mejoramiento de la calidad de vida de los más necesitados.