Kaká, el devenir de un número uno

Ricardo Izecson dos Santos Leite «Kaká”  ha cumplido 35 años y ha rechazado una oferta de renovación del Orlando City, el club en el que ha jugado los últimos tres años y de quien recibía un salario de 7,5 millones de dólares al año, el más alto en la MLS (Major League Soccer, liga estadounidense de fútbol).

La salida del centrocampista brasileño de la liga estadounidense se produce una década después de recibir todos los trofeos que le acreditaban como el mejor futbolista del mundo.

Aquel año 2007, Kaká ganaba la Liga de Campeones con el Milán, además del Mundial de Clubes y recibía el Balón de Oro, el Fifa World Player, el Once de Oro… era el mejor a los 25 años,  por delante de Messi (20 años) y Cristiano Ronaldo (22),  que por entonces ya auguraban sus exitosas carreras.

«Cuando era niño, Rai era una estrella en el Sao Paulo y nos inspiraba a todos un poco, siempre le he considerado como mi ídolo. Luego, cuando llegué a profesional, Ronaldo, que ahora es mi compañero, fue un ejemplo por su talento, por todo lo que ha hecho con sus clubes y con la selección de Brasil», recordaba Kaká al recoger el Balón de Oro sobre sus orígenes.

UN CAMBIO RADICAL

Imagen de Kaká hace diez años, el 2 de diciembre de 2007, posando en Milán con el Balón de Oro concedido por la revista francesa «France Football», que le acreditaba como el número uno del fútbol. EFE/Daniel Dal Zennaro

Su fichaje por el Real Madrid en 2009, a cambio de 65 millones de euros, días antes de que llegara Cristiano Ronaldo a la entidad blanca por un monto de 94 millones de euros, parecía un gran salto en la carrera del brasileño, pero las lesiones impidieron que Kaká siguiera demostrando en el terreno de juego su fútbol alegre, dinámico, vertical y efectivo que había exhibido en Milán.

En Madrid, Kaká vivió un calvario, cuatro años sin apenas protagonismo, más cerca de la enfermería que del césped, participando en 89 partidos y marcado 24 goles. Un pobre rendimiento que le llevó de vuelta a Milán, en septiembre de 2013, donde fue recibido como un “rayo de sol” por los milanistas.

En su segunda etapa en el club lombardo tampoco se vio al mejor Kaká y, un año después, se anunciaba su fichaje por el Orlando City de la MLS, aunque antes de jugar en la franquicia estadounidense estuvo a préstamo seis meses en el Sao Paulo, el club en el que triunfó de joven y que le valió su salto a Europa.

Kaká no vivió su mejor época en el Real Madrid. En la imagen celebra un gol con la camiseta blanca. EFE/JuanJo Martín

En el Orlando City, Kaká ha sido el abanderado de este equipo en estas tres últimas temporadas, marcando 24 goles en 74 partidos. Kaká, que ganó el Campeonato del Mundo con la selección brasileña en 2002, ha señalado que su decisión de abandonar el equipo de Florida obedece a su deseo de imponerse nuevos desafíos y motivaciones.

«La primera opción es seguir jugando, aunque en mi cabeza también existe la opción de poner fin a mi carrera. Pero estoy disponible para escuchar todas las ofertas y posibilidades para, después, tomar la mejor decisión», dijo.

Y esas ofertas ya han llegado desde Sao Paulo, club en el que se formó y debutó como profesional en 2001. El presidente del equipo paulista, Carlos Augusto Barros, ha apuntado que las puertas del club están abiertas.

Ricardo Kaká, delantero brasileño Ricardo Kaká, muestra su alegría tras marcar su segundo gol durante el partido de la Serie A de la liga italiana de fútbol que enfrentó al Milán con el Atalanta en el estadio «Giuseppe Meazza» en Milán, Italia, el 6 de enero de 2014. EFE/Daniele Mascolo

“Es un jugador que tiene mucho que ver con la historia del Sao Paulo y, si él lo quiere así, haremos todo lo necesario para que se concrete».

Para el futbolista, «la gran posibilidad, por la historia que tengo con el club, es regresar al Sao Paulo. El vínculo que tengo con Sao Paulo es muy fuerte», afirmó en una entrevista a la radio Brasil.

«Hasta el próximo año mucho puede ocurrir y sigo haciendo fuerza por el Sao Paulo», señaló el futbolista que hace una década era el número uno.

JUAN A. MEDINA.
EFE REPORTAJES.