Así funciona el flamante iPhone X de Apple

Con suficientes adelantos tecnológicos para justificar su precio, el nuevo «Ten» propone un salto significativo con respecto a sus antecesores. Video

El iPhone X mejor conocido como «Ten», es sin lugar a dudas el smartphone más importante para Apple desde que lanzó el modelo original hace ya una década. El propio gigante de Cupertino catalogó a su flamante aparato como «el smartphone del futuro» y la expectativa de los inversores y el público en general ha sido tan alta, que desde su lanzamiento las acciones de la firma tecnológica subieron considerablemente de valor.

Los USD 999 dólares sin impuestos que Apple pide por el modelo de 64 GB representan el valor más alto de un smartphone de venta masiva al momento, pero eso parece no haber detenido a millones de compradores alrededor del mundo que se anticipa tendrán que aguardar más de lo planificado para tener al nuevo «Ten» en su poder, debido a la más que considerable demanda inicial.

La novedad más destacable es que el iPhone X ya no cuenta con un botón de inicio con lector de huella dactilar. En su lugar, ahora es el sistema Face ID de reconocimiento facial, con sus complejas cámaras y sensores, el que convierte a nuestro rostro en una contraseña.

Es la mayor diferencia entre la última versión del iPhone y la infinidad de modelos que lo antecedieron desde el original lanzado hace una década. El sistema se configura de la siguiente manera. Primero se debe registrar el rostro con dos series de movimientos de cabeza. Apple asegura que dicha información se almacena en el teléfono y nunca se envía a sus servers.

Básicamente el teléfono rocía de forma simbólica al rostro con puntos infrarrojos que permiten tejer un patrón de la cara del usuario. El proceso de almacenamiento de nueva información del rostro continua aun concluido la programación inicial. Una vez configurado, lo único que uno debe hacer para desbloquear el teléfono es mirar al dispositivo y hacer un movimiento ascendente con el dedo sobre la pantalla.

El proceso es mucho más sencillo de lo que parece y en la mayoría de las ocasiones se demora menos de un segundo en ser completado. Eso si, se debe mirar a la cámara con los ojos y no hacerlo de perfil ni con anteojos de sol.

Una foto de nuestro rostro no lo desbloqueará, algo que si ocurrió en su momento con modelos Samsung Galaxy Note 8. Apple se aseguró de que esto no sucediera al usar dos cámaras y un complejo sistema infrarrojo para medir la profundidad del rostro.

Según Apple, la chance de que una persona que no sea el propietario pueda desbloquear el teléfono es de una en un millón, a menos que se trate de un gemelo idéntico a uno. Entre sus funciones adicionales permite autorizar pagos móviles con el rostro, registrarse en distintas apps y crear emojis animados que copian los movimientos de nuestro rostro.

Aquellos que todavía prefieran hacerlo a la antigua, pueden usar su contraseña numérica. En definitiva, el sistema es, a pesar de lo que se pudo ver durante la fallida presentación del pasado mes de septiembre, seguro, confiable, rápido y muy fácil de configurar y usar.

El no tener un botón de inicio físico obligará a familiarizarse con los distintos gestos para interactuar con el aparato, como el swipe para arriba que nos traerá de vuelta a la pantalla de inicio o un swipe para arriba con un toque largo de la pantalla para acceder al administrador de apps. La pantalla de «Accesibilidad» se despliega al hacer un swipe de arriba hacia abajo desde la parte superior derecha de la pantalla.

Su display de 5.8 pulgadas es más grande que el de 5.5 pulgadas del iPhone 8 Plus y el de 4.7 pulgadas del iPhone 8. Lo llamativo es que la carcasa es más pequeña que la del modelo Plus, pero al eliminar los bordes y el botón de home la pantalla toma mayor protagonismo.

El display OLED por su parte muestra colores más vivos y con mayor contraste que las pantallas LCD usadas en muchos de los smartphones más vendidos o en los mismos iPhone 8 de reciente presentación. Irónicamente, el mismo está fabricado por Samsung, pero Apple insiste en que ellos lo han diseñado desde cero.

Sus dos cámaras traseras permiten jugar con distintos efectos populares hoy día como el que ofrece imágenes con el fondo fuera de foco y el protagonista en primer plano destacado. A pesar de que el mismo sistema está disponible en el modelo 8 Plus, la cámara del Ten es ligeramente mejor dado que uno de sus lentes posee una mayor apertura para dejar entrar más luz.

Apple asegura que la batería del Ten dura hasta dos horas más que la del iPhone 7 u 8, lo que representaría un salto en autonomía enorme siempre y cuando sea aplicable a su uso en condiciones reales.

En definitiva, el iPhone Ten es sin lugar a dudas el mejor smartphone que Apple ha producido en una década. Si lo que buscas es una cámara ultra sofisticada en un dispositivo relativamente compacto probablemente no exista un mejor teléfono hoy en el mercado.

El Ten se siente como un dispositivo del futuro que seguramente conquistara a quienes deban tener lo último de lo último o sean fanáticos de la fotografía y de compartir sus imágenes retocadas de alimentos, animales o los propios autorretratos en redes sociales.

Eso sí, aquellos que no sean expertos en el manejo de nuevas tecnologías tal vez prefieran conformarse con el modelo 8. El Ten ofrece la suficiente cantidad de adelantos para justificar su elevado precio de USD 999 para la versión de 64GB y de USD 1.149 para la de 256GB, pero independientemente de su capacidad de almacenamiento, implicará un periodo de aprendizaje significativamente más largo que sus antecesores.