La pobreza en Honduras no es tema para politizar

Por: Marcio Enrique Sierra Mejía

Existen candidatos presidenciales que utilizan el tema de la pobreza para hacer política vernácula demagógica, utilizando una retórica de cuestionamientos al candidato nacionalista para hacerlo ver como un político despreocupado por ese hecho social, con el que vivimos desde tiempos de la conquista, y que, con el devenir del capitalismo, se ha profundizado. El candidato liberal intentó, con su pregunta sobre la pobreza y los datos que ofreció en público, a través del programa televisivo del Canal 11 el día 13 de noviembre, aplicar una acción táctica mediática con alevosía política, para descalificar al candidato  nacionalista, sobre los logros que ha obtenido objetivamente en la reducción de la pobreza.

Los técnicos liberales asesores neopopulistas del candidato liberal, habiendo ocupado cargos importantes  asociados a políticas contra la pobreza en gobiernos liberales anteriores, no hicieron ni por cerca, lo que el actual candidato del Partido Nacional ha logrado hacer en su período gubernativo. Ahora, pretenden hacer creer que ellos tienen la “varita mágica” para eliminar la pobreza en los próximos cuatro años, que cuando tuvieron oportunidad de atacarla y con boyantes recursos financieros, no hicieron lo pertinente, y más bien, derrocharon el dinero destinado a combatir este problema en reuniones de corte político partidista que no contribuyeron efectivamente a la reducción o la detente de este hecho social  de manera sostenible. Estos mismos técnicos que asesoran al candidato liberal, son los que ahora elevan sus críticas desde nichos de sociedad civil, para darle sostenibilidad a sus organismos no gubernamentales, dedicados a denunciar para sobrevivir con sus posturas negativas y poco convincentes, un modus vivendi que no promueve soluciones concretas.

Es claro que el manejo de las fuentes estadísticas es antojadizo y que los usuarios pueden utilizarlas para satisfacer puntos de interés político propios de una campaña electoral, y basarse en ellas con tales propósitos, es inapropiado para Honduras, porque genera no solo mala percepción al nivel internacional, pero, sobre todo, desesperanza en la ciudadanía en general.

La pobreza es un problema que hemos logrado revertir si la vemos como tendencia histórica. El actual gobierno, la ha enfrentado con acciones positivas que contribuyen a su reducción, aunque no en los niveles que quisiéramos obtener, porque aún tenemos que realizar los cambios estructurales pertinentes para vencerla. Mucho se apreciaría que en vez de utilizar las estadísticas para desvalorar las acciones que se ejecutan para reducirla o eliminarla, se analizara el alcance de las acciones ejecutadas.

En consecuencia, el tema de la pobreza merece ser tratado desde la perspectiva  de una política pública pragmática continua, abordada con responsabilidad gubernamental y ciudadana, a través de acciones innovadoras, generadoras de empleo y masificadas para obtener un impacto positivo; en tal sentido, es poco inteligente no reconocer la responsabilidad social histórica que ha tenido el actual gobierno hacia el combate de la pobreza, asimismo, es infantil pretender hacer creer que un candidato va a eliminar la pobreza en cuatro años, sin contar con una estrategia de cambio estructural, que el Partido Liberal adolece por completo, y que en cambio, los nacionalistas sí la tienen, planteando acciones razonables para realizar transformaciones económicas y sociales, que dan mayor esperanza de lograr un país menos mísero y  más afortunado en los próximos cuatro años.

Es innegable el abordaje que con responsabilidad ha hecho el actual gobierno en relación a la pobreza, por ejemplo, ahora se ha visto una racionalidad pública más ordenada y cada vez más transparente para mejorar la redistribución de ingresos, activos y recursos, reconociendo la autonomía, el valor de la voz de los sujetos y su dignidad; lo cual, es una línea de acción gubernamental que apunta al desarrollo sostenible de Honduras partiendo de la creación de condiciones para la libertad económica de sus habitantes.

Con lo expuesto anteriormente, pretendo generar en el lector (a) una reflexión objetiva sobre el abordaje de la pobreza, previniéndole de todo sesgo político, para que pueda enfocar su pensamiento en el objetivo del “bienestar social” con conciencia ciudadana, y eso pasa por encontrar primero, la verdad en relación a las circunstancias y darse cuenta, que la razón está apegada a los hechos, reconocidos en el pasado y que ahora también  enfrentamos, de forma tal que, podamos concluir, que necesitamos más tiempo para mejorar como país, y optimizar la calidad de relación entre el gobernante y los gobernados, siguiendo una línea de pensamiento y acción constructiva y positiva para salir de una vez y por todas de la pobreza.