Piloto panameño pudo morir después de caer con avioneta

El cadáver del piloto panameño Carlos Agustín Aizpurúa Zapata fue entregado este lunes a sus parientes que llegaron al país, tras saber que el aviador se había estrellado con una avioneta en un sector del Parque Nacional Cerro Azul Meámbar (Panacam), municipio de Taulabé, Comayagua, hace 11 días.

Auspira Zapata se accidentó el jueves de la semana antepasada, cuando volaba una aeronave fumigadora desde San Pedro Sula, Cortés, hacia la sureña Choluteca.

Desde ese día, las autoridades aeronáuticas hondureñas no volvieron a saber del aeroplano con el panameño a bordo.

Por tal razón, cuerpos de socorro, mediante radares, comenzaron a rastrear la avioneta y fue localizada hasta el sábado anterior en la montaña de Yure del Panacam. Un día después, el domingo pasado, el piloto Carlos Agustín Aizpurúa Zapata, fue encontrado muerto por elementos del Cuerpo de Bomberos que llegaron caminando a la agreste zona.

Luego de encontrar al piloto sin vida, con un golpe en la cabeza y las piernas fracturadas, los bomberos procedieron a recuperar su cadáver para entregárselo posteriormente a personal del Ministerio Público (MP) que lo trasladó hacia la morgue capitalina, para la respectiva autopsia de ley.

En la morgue capitalina, según evaluaciones preliminares, se supo que el cuerpo del extranjero no estaba en estado de descomposición, pese a que la avioneta se estrelló hace diez días.

SUFRIMIENTO

El cadáver fue rescatado de un boscoso sector de Taulabé, Comayagua, donde se estrelló a bordo de una avioneta fumigadora.

Por tal evaluación prematura se cree que Aizpurúa Zapata no murió al instante de estrellarse, sino que permaneció varios días con vida. Supuestamente el aviador no pudo salir de la zona boscosa debido a que se fracturó las piernas cuando impactó contra un árbol después de aterrizar forzosamente en el Cerro Azul Meámbar.

Otra hipótesis que se manejaba era que el piloto logró aterrizar el aeroplano, estrellándose finalmente y como se fracturó ambas piernas, no pudo salir de ese sector y murió por hipotermia o desangrado.

Sin embargo, serán los resultados de la autopsia y otras investigaciones las que determinen cuáles fueron las verdaderas causas de su muerte. Hasta ayer se desconocía por qué sobrevino el percance de la aeronave sin descartarse desperfectos mecánicos del aeromotor.

Hoy mismo a la morgue capitalina se presentaron varios parientes del piloto, entre ellos un hijo, para reclamar su cadáver y trasladarlo hacia Panamá, donde sería velado y finalmente sepultado.

El pariente de Aizpurúa Zapata, se refirió brevemente sobre su padre y dijo que tenía como 40 años de ser piloto de aerolíneas comerciales y privadas.

Muy consternado, dijo que tuvo comunicación telefónica con su progenitor, quien le dijo brevemente antes de partir que estaba: “todo bien, ya voy a despegar”. Esas fueron las últimas palabras del aviador panameño.