Evalúan daños para restaurar el Museo del Hombre

A siete días del voraz incendio en las instalaciones del Museo del Hombre Hondureño (MHH), que dejó severos daños al inmueble, aún se evalúan las pérdidas para plantear la restauración del mismo, informaron representantes de la Fundación a cargo del centro cultural.

El museo albergaba tres pianos antiguos y siete bustos en terracota, junto con la librería de arte más completa de Honduras.

La representante de la fundación del MHH, Armida López, expresó que “estamos ahorita haciendo la evaluación de los daños, prácticamente de todo, y para establecer el presupuesto, que creo que lo tendremos el lunes o martes, y ya podremos dirigirnos con datos más claros hacia las diferentes instituciones”.

López agregó que “en el momento del incendio recibimos llamadas de diferentes personas que quieren colaborar y de diferentes instituciones, pero todavía no tenemos nada; tanto la empresa privada como sectores del gobierno afines al tema cultural, están muy dolidos con lo que ha sucedido”.

Las pinturas se encontraban fuera del MHH, ya que, por causa de la restauración del inmueble, estaban embodegadas y son alrededor de 60; el resto de obras están prestadas en Casa Presidencial y en la Cancillería de la República, destacó López.

En la biblioteca “Reina Sofía”, apenas se pueden leer algunas letras de los libros que quedaron quemados.

MADRUGADA “TRISTE”

El jueves 30 de noviembre, desde horas de la madrugada, se reportó al Cuerpo de Bomberos un “bravísimo” incendio que arrasaba con el Museo del Hombre, junto con el inmueble de la antigua imprenta Calderón, además del segundo piso del hotel Capital, cercano a la avenida Miguel de Cervantes, en el centro de Tegucigalpa.

Al lugar, ubicado exactamente frente a la librería Guaymuras, acudieron inmediatamente los apagafuegos, quienes lograron controlar las enormes llamaradas y además rescataron a dos mujeres que estaban asfixiadas en el hotel, por haber respirado humo. El fuego fue apagado hasta en horas de la mañana del mismo día.

El antiguo inmueble, conocido como la “Casa Ramón Rosa”, data de 1876, cuando el entonces ministro general del gobierno, mandó a construir su vivienda en dicha zona, la cual también se le llamo “La Casa de los Amigos del País”.

El emblemático edificio, actualmente propiedad de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ha tenido varias restauraciones en los más de 200 años de existencia, tal es el caso en 1996, con el expresidente Carlos Roberto Reina, cuando se trabajó para convertirla en un centro cultural, inaugurado el 21 de noviembre de 1997.

Sin teclas y carbonizado quedó uno de los pianos consumido por el fuego, el pasado 30 de noviembre.

RESCATAN EVIDENCIA

El día del incendio, los representantes de la Fundación del Museo del Hombre Hondureño (FMHH), en conferencia de prensa, informaron que no se encontraban las obras que normalmente albergaba. Sin embargo, los daños en la estructura de la casona significan una pérdida de la autenticidad del patrimonio histórico del país.

Entre los escombros del inmueble, varios restauradores del Museo del Hombre, recorrieron ayer los diferentes espacios de la casa, ante la posibilidad de rescatar algunos objetos para guardarlos como evidencia de las obras que resultaron quemadas.

En el sitio encontraron algunos pedazos de los cinco bustos artísticos tallados en terracota, que quedaron hechos pedazos y esparcidos sobre el inmueble, los que fueron trasladados al cuartel Militar San Francisco, donde se encuentran algunos objetos que fueron “salvados” en el incendio, como la estatua en madera de “San Miguel Arcángel”.

De igual manera, se observó la habitación en donde estaba ubicada la Biblioteca Especializada en Arte y Cultura “Reina Sofía”, la cual era una de las más completas en Centroamérica y única en Honduras, que guardaba más de 4,000 libros en su mayoría donados por el gobierno de España.[mp_carousel_1 carousel_images=»12042711,12042712,12042713,12042714,12042715″ carousel_start=»false»]

 

FONDO PICTÓRICO A SALVO

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ADMINISTRADORA DEL MUSEO
Ni una sola pintura resultó quemada

La administradora del Museo del Hombre, Kelly Ávila, luego de hacer un recorrido en las instalaciones del inmueble, explicó en dónde se ubicaban cada una de las salas, espacios que actualmente se encuentran con mucha madera quemada, producto de las secuelas del incendio.

Ávila informó que “todo el fondo pictórico está resguardado en una bodega, de la cual ni una sola pintura resultó quemada, y también está rescatado el “San Miguel Arcángel”, que era la escultura que recibía a todos los visitantes en el Museo del Hombre”.

“Literalmente, nuestra pérdida es toda la biblioteca con más de 4,000 ejemplares y tres pianos, de los cuales uno pertenecía al compositor de la música del Himno Nacional, Carlos Hartling, uno de los pianos pertenecía a la embajadora ´Lupita´ Carías y el otro pertenecía al Museo”, concluyó.

Las pinturas de Gelasio Jiménez, Benigno Gómez, Ezequiel Padilla, Mario Castillo, Miguel Matute, entre otros artistas del pincel, se encuentran a salvo porque aún faltaba instalarse medidas de seguridad para que fueran trasladas al museo.

PÉRDIDAS
VALIOSAS ESCULTURAS

Estos son algunos de los bustos que quedaron en pedazos por las llamas.
Estos son algunos de los bustos que quedaron en pedazos por las llamas.

Algunas de las piezas de arte que se encontraban dentro del Museo del Hombre, cuando las llamas devastaron el lugar, fueron creadas por destacados escultores hondureños como Alex Cano, Lety de Oyuela, y de Miguel Ángel Ruiz Matute, además de Pablo Zelaya.

La restauración del inmueble, llevada a cabo con fondos del Instituto de Desarrollo Comunitario de Agua y Saneamiento (Idecoas), estaba valorada en siete millones de lempiras y apenas acababa de terminarse, en el pasado mes de octubre.

En ese sentido, aún se calculan y valoran las pérdidas millonarias que resultaron de uno de los más sonados incendios en los últimos años, en el centro de la capital. Sin embargo, los daños en la arquitectura de la antigua Tegucigalpa, plasmada en las paredes del viejo edificio, son irrecuperables para un país que cada día estima menos su historia.