PN: Resultados inesperados

Por Juan Ramón Martínez

Los estrategas nacionalistas deben estarse preguntando, el porqué los resultados tan estrechos del pasado 26 de noviembre. Viendo el mapa electoral, puede ayudar. Los departamentos de mayor crecimiento económico, los que más recibieron los impactos de la política de seguridad y en los cuales el Partido Nacional invirtió, sacó más recursos y les prestó más atención, los perdió en términos relativos. Islas de la Bahía, Colón, Cortés, Atlántida, Yoro y Santa Bárbara, produjeron resultados pobres a JOH. Con algunas excepciones, entre las que destaca San Pedro Sula, donde Calidonio, ganó las elecciones para un segundo período, cosa inédita en los últimos 35 años. Además, hay que agregar otro hecho: el caso de Tegucigalpa en que, aunque el Partido Nacional lo ganó, la candidatura presidencial no tuvo la espectacularidad de otros procesos, destacándose en forma contrastada, el hecho que Tito Asfura, prácticamente arrolló. Lo que indica que los nacionalistas votaron por Asfura; pero no en la misma forma, por JOH. Además, a los departamentos en donde el Partido Nacional ha sido tradicionalmente fuerte –los más pobres del país– hay que agregar el que logró en el departamento de El Paraíso, en el que sus diputados, consiguieron derrotar contundentemente al Partido Liberal, obteniendo además, alcaldías importantes como Danlí, por ejemplo.

A partir de estos resultados, buscaremos algunas explicaciones para la falta de contundencia del resultado alcanzado por JOH que, de conformidad con los datos conocidos hasta ahora, apenas supera a Nasralla, en un poco más de uno por ciento. En primer lugar, pesó mucho el tema de la reelección. Pero de forma inesperada. Aunque los partidos opositores la levantaron como bandera en contra, con su participación la avalaron. Sin embargo, lo que más influyó es que la reelección fue presentada como un camino hacia la dictadura. El Partido Nacional, en la imagen continuista de JOH, ofreció un flanco muy vulnerable, porque si hay algo que rechaza la mitad del país es, las dictaduras. La de aquí y la de Venezuela, por supuesto que terminaron, en el curso de la campaña, asimílales como si fueran — como en realidad lo son– dos caras de la misma moneda. La seguridad que transmitía JOH, el dominio sobre todos los poderes del Estado, la sumisión del presidente del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia, proyectaron entre el electorado, el sentimiento de peligrosidad que aunque, no fuera real, fue presentado como tal, por parte de Nasralla que, al margen de lo que uno piense sobre su personalidad esperpéntica, proyectó una imagen de demócrata, envuelto en una lucha en contra de la dictadura del Partido Nacional. El hecho que el PN buscara ganar un tercer período, ayudó mucho a fijar en la mente popular, el sentimiento que un voto en favor de Nasralla, era uno en contra de la dictadura y, de consiguiente, en favor de la democracia. No hay que olvidar que, en política, no hay verdades y mentiras, sino creencias que el electorado maneja en los momentos críticos, cuando hace decisiones sobre a quién votar.

Otra cosa; el Partido Nacional –y especialmente JOH– no pudo enfrentar el más dañino “slogan” de campaña que, desde hace bastante tiempo, se desarrolló en el imaginario popular: “Fuera JOH”. Los estrategas de JOH, no propusieron, en los mismos términos, una contrapropuesta a esta incitación que arrastró a las masas y atrajo incluso, a todos los que de alguna u otra manera, han sido afectados por las decisiones del gobierno nacionalista. Porque no hay que olvidar que todas las acciones del PN, especialmente las más agresivas, le pasaron la cuenta a JOH. El ajuste fiscal, se logró, castigando las espaldas de la clase media que se sintió afectada severamente por impuestos que para algunos, fueron insoportables. El que los departamentos más ricos, le hayan dado la espalda al PN, indica que descuidó a la clase media que, se volcó tras de Nasralla. Y finalmente, tenemos que reconocer, que las acciones de seguridad, aseguramiento de bienes, extradiciones, movilización de presos hacia cárceles de seguridad, lucha contra las maras, tocó severamente a segmentos de la población que no se consideró sus reacciones. Incluso el movimiento de Yany Rosenthal, sin duda, se volcó en su contra, para producir los discretos resultados que, afortunadamente para JOH, lo tienen ganando hasta ahora. Todo, un resultado inesperado.