VAYAN PENSANDO

AUNQUE muchos siguen imbuidos en el bullicio del espectáculo electoral, el amable público, en su inmensa mayoría, está ansioso que todo ese molote termine pronto para que no acabe de arruinarle su Navidad. Sin embargo es necesario abordar otros temas. Como este de la dramática reforma tributaria planteada por la Casa Blanca. Algo que no es como para pasarlo por alto. No solo porque lo que se haga allá va a tener impacto acá, sino porque pone de manifiesto lo contradictorio que son. La tóxica poción con la que aquí llegan a experimentar es diametralmente lo opuesto de lo que aplican en el propio país de donde vienen. Así es de triste, pero estos países intervenidos por la cooperación y los organismos internacionales no tienen manejo soberano de sus asuntos económicos y financieros. Es la grosera factura que cobra la dependencia. Así que la política fiscal y monetaria descansa en las sugerencias –más instrucciones que recomendaciones– ofrecidas por el FMI que en cualquier modelo propio orientado a procurar el bienestar colectivo.

La inmensa carga impositiva que pesa sobre la adolorida espalda de la iniciativa privada, no permite que los empresarios generen las fuentes de trabajo necesarias para emplear tanto desocupado. Ahora que los Estados Unidos está en proceso de blindar sus fronteras para que no ingresen peregrinos, la migración se irá reduciendo como recurso al que recurre gente desesperada para resolver sus problemas de falta de trabajo. También huye por la vulnerabilidad, temor a la violencia en sus comunidades, pero fundamentalmente lo hace por su precaria situación económica familiar.

Las deportaciones, en la medida que estas arrecien –aparte de la imposibilidad de los nacionales de irse a los Estados Unidos en busca de oportunidad– ejercerán una imprevista presión en la ya elevada cifra de desocupados. Así que vayan pensando qué hacer para enfrentar ese tremendo problema del desempleo que no tarda en agudizarse. En los Estados Unidos, la Casa Blanca propuso un paquete histórico de reducción de impuestos con la idea de recuperar la economía y generar masivamente fuentes de trabajo. No escuchamos que sobre el particular haya dicho ni pío el FMI. Ese esquema, es totalmente al revés de todo lo que vienen a imponer aquí. Desdice de su receta indigesta de contraer la demanda y generar suficiente ingreso al fisco, mediante la imposición de una abultada estructura de cargas tributarias.

Sin embargo, los norteamericanos se aprestan a hacer totalmente lo opuesto de lo que estos organismos internacionales vienen a meterle al país como camisa de fuerza. En un inicio se creía que la propuesta era desquiciada. Sin embargo el pichingo poco a poco va tomando forma: “Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado estadounidense alcanzaron un acuerdo sobre una amplia revisión de las leyes impositivas de la nación”. “El acuerdo allana el camino para una votación final sobre el proyecto de ley que llevaría a una reducción de impuestos para las empresas y para la mayoría de las personas a partir del próximo año”. “El presidente elogió el acuerdo de reforma impositiva republicano destacando que, como había prometido durante la campaña electoral, quiere dar al pueblo estadounidense un gigantesco recorte de impuestos para Navidad”.