El Consejo de la OEA

Me refiero al editorial de LA TRIBUNA del 10 de enero de 2018, “Ante el Consejo Permanente” contentivo de las acciones del propietario de la empresa internacional contratada por el TSE para la ejecución de actividades inherentes al recién proceso electoral del 26 de noviembre pasado. Su deseo es que el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) proceda con sensatez y la debida rectificación en sus errores y señalamientos que han agudizado y enrarecido el clima político de nuestro país.
Es del dominio público que la historia de la OEA fundada al socaire de la guerra fría que mantenían los imperialismos ruso y norteamericano, fue fundada en 1948 y a lo largo de su funcionamiento y durante estas siete décadas los latinoamericanos hemos sido testigos de su cuestionable papel en la miríada de hechos políticos fundamentales en los cuales su incapacidad para resolverlos ha dejado mucho que desear. Y el actual Secretario General, para no ser la excepción, ha demostrado completa y bochornosa incapacidad al subjetivizar la situación electoral de Honduras, adoptando posturas unilaterales y en contra de los ordenamientos legales que rigen el proceso, una nueva elección. Esta posición a todas luces ilegal ha contribuido a generar violencia que ha afectado enormemente el patrimonio de grandes y pequeños propietarios de negocios amén de la ayuda humanitaria en el campo de la salud que brindan las brigadas de médicos norteamericanos, que ante esta vorágine de polarización y violencia optaron por abandonar el país en detrimento del pueblo hondureño que necesita de sus importantes y valiosos servicios.
Veo en el señor Theodore Dale Vukanovich un nivel de seguridad y de profesionalismo en sus planteamientos y una lucha febril porque esta situación se dilucide lo más pronto posible. Que su legajo de documentos sea presentado ante el Consejo Permanente de este organismo -la OEA-, los analice y brinde sus conclusiones. Creo que están obligados a hacerlo ante el desliz de su Secretario General y ante todo para fortalecer la transparencia y credibilidad de su accionar en el conjunto de los países latinoamericanos y caribeños. Que a la cauda de errores con que se ha caracterizado la OEA en estos últimos setenta años, no se agregue otro más con la violencia y polarización que ha engendrado en Honduras en el proceso electoral al actuar con ligereza e irresponsabilidad su Secretario General.
No hay duda que este último proceso electoral ha sido el más vigilado por observadores nacionales e internacionales a nivel latinoamericano. Se ejecutaron por parte de los funcionarios del TSE todos los pedimentos y todas las acciones para despejar dudas y controversias. ¡Qué darían los pueblos de Bolivia, Nicaragua y Venezuela por este ejemplo de democracia y respeto a las instituciones!
Ojalá que en los próximos procesos electorales no se repitan esas irregularidades de ofrecer resultados anticipados que han dejado mucho que desear -en el 2005 y el actual de 2017- Las proyecciones, proyecciones son. No son resultados definitivos y pueden variar paulatinamente en la medida del desarrollo del proceso y a la luz del volumen poblacional y de la aceptación del candidato en determinado sector, que en ese preciso y determinado momento se desconoce.
No estoy defendiendo al candidato electo, pero son situaciones objetivas que es necesario analizar de manera fría y profesional. Despojarse de sesgos partidistas, principalmente. Son situaciones delicadas que al no estar bien respaldas los políticos perdedores aprovechan para llevar agua a su molino.
Por eso insisto como ciudadano amante de la paz y que desea el bien de mi patria, Honduras, que el Consejo Consultivo de la OEA, en base al informe presentado por el señor Vulcanovich, de manera oficial ofrezca las aclaraciones del caso y evitar más violencia en estos próximos cuatro años.
Lo que Honduras necesita es trabajo y desarrollo para legar a nuestros hijos un mejor país en el concierto de naciones.
Esperaremos…
César Augusto Bonilla Ochoa
Tegucigalpa, M.D.C.