En una masiva muestra de júbilo y devoción cristiana, representantes de la Fundación Cristo de El Picacho (FCP), y acompañantes subieron hasta la cima de la montaña para celebrar dos décadas de tradición y solidaridad frente al histórico monumento.
En medio de plegarias y alabanzas, sacerdotes y fieles católicos rememoraron con fervor y alegría los 20 años en que “El Cristo de El Picacho” ha representado la fe y la unidad de un pueblo capitalino y hondureño, en general, que acostumbra a levantar la mirada en búsqueda de la preciosa escultura de 30 metros de altura que representa el milagro de la resurrección de Jesucristo.
La directora de la FCP, Olmeda Rivera, destacó que “estamos a 20 años de estar favoreciendo a muchas personas, como Fundación poder tener este lugar tan bello, tan verde y fresco y esta imagen que representa a Cristo resucitado, y esperanzador que es un referente para toda la ciudadanía”.
A la celebración asistieron muchos particulares que quisieron formar parte del aniversario de la magnífica escultura, como también llegaron representantes de la sociedad civil y del gobierno central, junto con autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC).
El vicealcalde, Juan Carlos García, resaltó que “estamos muy contentos de estar en el aniversario de este símbolo sagrado, aquí en la ciudad capital, donde no cabe duda que nos trae bendiciones para toda la ciudad, los capitalinos y los que visitan el lugar”.
Por su parte, el designado presidencial, Ricardo Álvarez, invitó a la población capitalina para que, a través de los momentos ceremoniales, se reflexione y se busque la tranquilidad y el amor entre los hondureños.
SOLEMNE CELEBRACIÓN
Como parte del programa, sacerdotes encabezados por Carlo Magno Núñez, oficiaron una solemne misa, en la cual dieron gracias a Dios por las obras ejecutadas a través de la FCP y por los años de tradición en que el monumento ha sido un brazo de ayuda social y símbolo de espiritualidad que fomenta la fe de los hondureños.
En una jornada cargada de emoción e historia, desde las 11:00 de la mañana, las actividades continuaron con una santa eucaristía, durante la cual, con muestras de amistad y espiritualidad, los visitantes se tomaron de la mano y dijeron amén al recibir la hostia repartida por los padres.
De igual manera, el ambiente estuvo amenizado por la música del grupo artístico, Manu Martínez junto al coro Farechoh, con variadas alabanzas populares, entre ellas el Ave María y Aleluya, al son de magistrales ejecuciones de violonchelo y violín.
MENSAJE DE UNIDAD
Para la conmemoración, el cardenal, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, actual dirigente de la FCP, envió a través de un video presentado en una de las pantallas, un mensaje cristiano de paz e invitó a todos los hondureños a no formar parte del odio que, según sus palabras, “en la actualidad es uno de las principales enfermedades que se viven en el país”.
En ese contexto, el festejo estuvo inmerso en un clima sumamente fresco, donde “El Cristo de El Picacho”, tuvo la compañía de cientos de capitalinos que ofrendaron algún pequeño aporte económico junto a diversas palabras de reflexión y unidad, en torno a los 20 años de celebración desde aquella inauguración del monumento en 1998.
Previo al vigésimo aniversario del espléndido patrimonio cultural, que resalta en el extremo norte de la capital, a una altura de aproximadamente 1,327 metros sobre el nivel del mar, se realizaron algunos trabajos a la espectacular obra de arte del escultor Mario Zamora (QDDG), entre una delicada reparación de varias grietas del monumento junto a una limpieza e impermeabilización del concreto reforzado.
CREACIÓN HISTÓRICA
Para 1997, el líder religioso Rodríguez Maradiaga, durante los preparativos del Jubileo del 2000, recibió una carta del papa Juan Pablo ll, quien le envió un mensaje en relación al acercamiento del tercer milenio, por lo que en conmemoración del suceso decidieron iniciar la creación de un símbolo de unidad y espiritualidad, representado con la imagen de Jesús en ascensión.
La población hondureña colaboró junto a entidades gubernamentales y privadas con la recaudación de cinco millones de lempiras para dar inicio a la construcción de la escultura con mayores dimensiones de la capital.
Para la creación de “El Cristo de El Picacho”, una comisión integrada por la honorable dama Armida de López Contreras y otras personalidades contrató al escultor de origen hondureño, en ese entonces residente en México, Mario Zamora, quien diseñó en detalle todas las dimensiones y cualidades del símbolo cristiano.
Posteriormente, encargaron a la constructora Consulcreto, dirigida por el ingeniero residente, José Francisco Paredes, ejecutar los trabajos que dieron forma al Cristo en ascensión, que en la actualidad es visitado por alrededor de 14,000 a 15,000 personas por año.
También se le encomendó al arquitecto, Luciano Durón, preparar el diseño del parque que cuenta con aproximadamente tres manzanas de extensión y allí se pueden encontrar varios senderos con unas lindas terrazas con vista hacia el 60 por ciento de Tegucigalpa y Comayagüela.
LUCIANO DURÓN
“Un voluntariado gracias a Dios”
En la celebración del 20 aniversario de “El Cristo de El Picacho”, el arquitecto, Luciano Durón, encargado del diseño del hermoso parque que cuenta con senderos, áreas de jardinerías y grandes plazas, recordó cómo fue la construcción del lugar.
“No fue una obra continua, no teníamos todo el dinero, comenzamos con la esfinge y el basamento y las terrazas y luego continuamos con los muros, y luego vino el huracán Mitch y nos interrumpió y se tuvo que continuar consiguiendo fondos por otro lado”.
“Tuvimos cinco etapas en que comenzamos de nuevo una y otra vez porque no podíamos dejar el trabajo sin completarse, así que ha sido un trabajo de voluntariado, gracias a Dios todos dedicados a que se convirtiera en el patrimonio de Honduras”, destacó el arquitecto.
Según Durón, una de las mayores complicaciones fue entregar en el tiempo correcto el proyecto, ya que emprendieron las labores en mayo de 1997 y se detuvieron muchas veces y tuvieron que comenzar en cinco ocasiones.
CONSTRUCCIÓN
Para construir el monumento con 30 metros de altura, Durón explicó que fueron muchas personas las involucradas en los trabajos, tanto diseñadores, contratistas y supervisores, al igual que una importante cantidad de gente que expuso su vida al levantarse hasta la cúspide de la estatua para culminarla.
Así, cerca de 35 personas fueron levantadas los 30 metros de altura para perfeccionar las partes del rostro de la imagen religiosa que lograron inaugurar el 16 de enero de 1998, durante la presidencia de Carlos Roberto Reina (QDDG).
“Estamos incrustados sobre la tierra ocho metros, luego salen cinco columnas y después se convierten en una sola central, que es la que sirve de eje de soporte para el Cristo que la forma hasta llegar hasta arriba”, puntualizó el arquitecto Durón. (Por: Kristian S. Argueta)
DATOS
** El Cristo de El Picacho pesa 2,500 toneladas.
** El cerro de El Picacho tiene una altura de aproximadamente 1,327 metros sobre el nivel del mar.
** La efigie posee una altura de 30 metros, entre diez de un pedestal de concreto junto a 20 del monumento.