La palabra como arma política de destrucción masiva

Por: PG. Nieto
Asesor y Profesor C.I.S.I.
“Entre la palabra adecuada y la palabra perfecta hay la misma diferencia que entre la luz de la luciérnaga y la del relámpago”. Marck Twain.
En el evangelio de Juan 1:18, podemos leer: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron”. Jesús es la Palabra, el ser humano lastrado por el pecado solo puede llegar al Padre aceptando al Hijo, la Palabra. En los evangelios observamos la importancia que Jesús confiere a la palabra, para abrazarnos entre nosotros y con el Padre, por ejemplo cuando nos enseña el “Padrenuestro”. También en Mateo 15:11, nos dice: “No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre”. Lapidaria sentencia que pasados dos mil años mantiene su vigencia.
Un esclarecedor ejemplo: Nasralla, (el) Salvador, utiliza la palabra para manipular las emociones del pueblo alentando la insurrección, la desobediencia civil y la huelga general. Pero acto seguido, domingo 28.01.18, en lugar de dar ejemplo y secundar lo que pregona, se traslada a su puesto de trabajo en Televicentro como locutor de una retransmisión deportiva, desdoblando su personalidad.  “Por sus obras les conoceréis”, nos recuerda Jesús en el evangelio de Mateo 7:15. Mientras el pueblo hace daño al pueblo, hermano contra hermano, alentado por (el) Salvador, Nasralla practica “no” al paro, “no” a la insurrección, y “no” a la desobediencia civil. Como buen fariseo “no” pone en riesgo sus contratos y prebendas. Recién nacida su hija, un periodista le preguntó el motivo por el que considerándose pueblo su hija no había nacido en el Hospital Escuela, a lo que respondió: -“Porque tengo dinero para pagarme un hospital privado”-. Se le cayó la máscara… Louis Stevenson escribió en 1886 la novela titulada: “El doctor Jekyll y el señor Hyde”, sobre la vida de una persona que padece un trastorno disociativo de la identidad…, la recomiendo.
En 2016 se estrenó la película de ciencia ficción “Arrival”, del director Denis Villeneuve. El argumento desarrolla la llegada a la Tierra de alienígenas para hacerle a la raza humana un regalo, se trata de su lenguaje, el  “heptapod”, con el que descubriremos que el tiempo y la comunicación por la palabra escrita no son lineales sino circulares, permitiéndonos percibir acontecimientos del futuro que aún no se han producido. Se aborda el concepto de la relatividad lingüística, porque desde cada lenguaje se tiene una percepción distinta de la realidad. Nuestra capacidad de relacionarnos (el diálogo) alcanza hasta donde llega nuestro lenguaje.
Detrás de cada avance o convulsión social encontramos el pensamiento de líderes que traducido a palabras generaron doctrinas a seguir, marcando el rumbo y desarrollo de los pueblos. Escuchar la “profundidad” del lenguaje que sale por la boca de estos líderes cantamañanas da pena.  Han establecido para con Honduras la estrategia del caudillo Atila, paradigma de la política de “tierra quemada”. Se parecen a esa mujer que odiando al marido pero no siendo capaz de confrontarlo, se desquita maltratando al hijo que no tiene culpa de nada, en este caso Honduras. “Mel” no asimila que si quiere lanzar su candidatura presidencial para el 2022, deberá pedirle el voto a ese pueblo al que ahora está machacando y dejando sin trabajo. Hay datos que permiten cuantificar en miles de millones de lempiras y decenas de miles de empleos lo que el pueblo hondureño lleva perdidos a cuenta de las manifestaciones “pacíficas”. Ningún zopilote de los DDHH puede tener la decencia de decir que, una carretera cortada con neumáticos incendiados y una turba apedreando a los carros que quieren pasar para acudir a los puestos de trabajo y llevar a los hogares el sustento familiar, es una manifestación “pacífica”, y que el problema es la intervención -legítima- de la autoridad para restablecer el orden y los derechos constitucionales a los hondureños. Esa indecencia de neolenguaje resulta vomitiva.
Al comienzo de la campaña para las generales, “Mel” y Nasralla expusieron su estrategia: “La reelección es ilegal, por tanto JOH no puede ganar las elecciones, si las gana es que hubo fraude”. Esto demuestra que ambos conocían el lenguaje “heptapod”, percibieron su fracaso y prepararon la justificación manipulando al populacho. Escribamos “heptapod” lineal para los tres mosqueteros, MZ-SN-LZ, preguntémosles: Si la reelección es ilegal por inconstitucional, ¿por qué aceptaron el marco jurídico electoral presentándose a las internas y después a las generales, en lugar de renunciar al proceso y denunciarlo internacionalmente como hacen ahora cuando ya perdieron? …¡Uf!