Fallece Jorge Montenegro cuentista “de oro” de la radiodifusión nacional

El cuentista radial contemporáneo por excelencia de Honduras, Jorge Montenegro, falleció ayer, a la edad de 78 años, víctima de un cáncer linfático del que padecía desde octubre del 2016.
Los restos mortales del afamado dramaturgo, escritor y periodista eran velados anoche, en la funeraria La Auxiliadora, y hoy se notificará la hora y el lugar de su sepelio.
El féretro de quien en vida logró ponerle “los pelos de punta” a niños y adultos, con sus famosos cuentos de terror, estaba rodeado de hermosos arreglos florales, mientras sus familiares recibían las condolencias de amigos y seguidores, muchos anónimos, que se hicieron presente una vez enterados de la noticia.
Mientras las redes sociales hicieron viral su deceso, los medios radiales y televisivos corrieron a reproducir sus narraciones costumbristas, premiaciones y las entrevistas que dio en los últimos meses, antes que la enfermedad lo atacara con severidad.
En diversas entrevistas, José Jorge Izaguirre Montenegro confesó que su madre, Josefa Montenegro, más conocida como “Chepita”, fue la principal fuente de sus tradiciones orales, que luego llevó a la radio y de ahí a los libros y al cine, donde no tuvo tanta aceptación como en los primeros medios.
“George Monteblack”, el otro seudónimo que usaba, fue por muchos años un gustado columnista de esta casa editorial, con su sección “Déjenme decirles que…”, en la que criticaba y se burlaba, con su doble sentido fino, de los desaciertos del acontecer nacional, en especial de la clase política.
Era además un experto en inventar apodos a las personas, al punto que en los cintillos comerciales que frecuentemente grababa para diversas casas comerciales, les dio vida a personajes como “Susan Cebollón” y “Beto Serrucho”.

Montenegro alternaba la escritura con la guitarra y la pintura.

CUENTOS Y LEYENDAS

El afamado dramaturgo y periodista saltó a la fama a partir de 1964, con su ingeniosa obra “Cuentos y Leyendas de Honduras”, todo un clásico de la radiodifusión y la bibliografía nacional.
La obra recoge las tradiciones orales del folclore hondureño, que él mismo recopilaba en pueblos, o de personas allegadas y que más tarde adaptaba a la radio, gracias a su imaginación e ingenio.
Como parte de este compendio, son suyos los famosos cuentos “El jinete sin cabeza”, “La Llorona”, “La Siguanaba”, “El Cadejo”, “La Sucia” y “La Taconuda”,  todos narrados con su propia voz y arreglos improvisados en la radio, logrando con mucha facilidad que muchos niños y sus padres se escondieran debajo las sábanas, presas del miedo.
Las primeras emisiones de estos cuentos se escucharon en Radio América, pero después en HRN y Radio Nacional de Honduras. En 1972 escribió un libro con el mismo título y en los últimos años los llevó a la televisión y al cine.
Don “George Monteblack” escribió además los libros “Hágase el papo”, “Siga haciéndose el papo”, “Misterios y algo más” y su última obra titulada “Lo que el viento nos dejó” y “Misterios y más”. (EG)

LUTO
NO RESISTIÓ ENFERMEDAD
El dramaturgo nacional, durante una de sus emisiones radiales, con uno de sus tantos libros.

De acuerdo a sus familiares, Montenegro murió a las 2:00 de la tarde, en su casa de la colonia Cerro Grande, en la capital. La semana pasada, medios de prensa anunciaron erróneamente su deceso.
Debido al avance progresivo de la enfermedad, “George Monteblack” había perdido algunas facultades para caminar, por lo que usaba muletas y bordón.
Jorge Montenegro nació un 15 de febrero de 1940, en Tegucigalpa, y cursó la primaria en la Escuela Álvaro Contreras del Barrio Abajo.
El cáncer fue detectado meses después de haberse sometido a una operación por alteraciones en las arterias. En ese momento se informó que Montenegro había sufrido una trombosis cerebral.
DATOS
Con más de 60 años en los medios de comunicación, el periodista recibió innumerables premios, entre ellos, el Laurel de Oro del Ministerio de Cultura, Medalla de Oro del Congreso Nacional y el Micrófono de Oro. La Casa Presidencial le rindió un homenaje el año pasado, cuando su enfermedad se hizo pública.