Por Jonathan Roussel
Soy miembro del Colegio de Periodistas desde su fundación. Con todo orgullo lo digo. Pero no estoy de acuerdo con que una posición doctrinaria valga más que una vida humana.
Del Colegio he recibido honores. En la sede central funciona una biblioteca con mi nombre. Todos los libros han sido donados gracias al afán de Blanca Moreno.
Ahora ya jubilado el Colegio cuida de mis prestaciones y demás obligaciones son cubiertas puntualmente.
Dagoberto Rodríguez es el presidente del Colegio y del Instituto de Previsión. Pero yo no estoy de acuerdo con la posición de la libertad de prensa. Una vida vale más.
Yo he sido amenazado varías veces. Esta mañana recibí una llamada. Por eso no estoy de acuerdo y no quisiera andar con guardaespaldas.
Jugar el juego de Jari Dixon, Miguel Cálix y Wilfredo Méndez solo significa seguir las posiciones políticas de estos.
Estar en favor no me libera del peligro de morir en un atentado. Nunca he usado armas y no mataré a nadie.
Por eso no estoy de acuerdo. Una vida vale más. Pido a mis colegas emitir sus opiniones. Un plebiscito puede dar lugar a otras opiniones.
Yo no quiero cambiar mi vida por una doctrina que no es libre emisión del pensamiento.
Tampoco impedir que pasen los buses y furgones.
Ustedes saben que los respeto. Pero no estoy de acuerdo en ofrendar mi vida. Alguna salida hay. Búsquenla.
Hablando de intereses políticos aparecen los de Mel Zelaya y de don Salvador. Estos no tienen nada que ver con libre emisión del pensamiento. Uno quiere volver a ser candidato y el otro que le entreguen el poder ya.
Dagoberto mi amigo no favorezcamos esos intereses, defiendan mi vida. Nunca he sido cobarde, ochenta años escribiendo historia y quiero seguir hasta que Dios quiera.
Todos los ciudadanos debemos estar pensando en esto.
No podrán decir que somos cobardes.
Esta no es una selva. Es Honduras.
Todos merecemos vivir.