Reelección y reconciliación

Por: Francisco Morales h.
Como un enorme distractor de los temas realmente importantes para la población y para el país entero y como un elemento de profundización de una manufacturada crisis política creada con la intención de dividir y confrontar entre sí a los hondureños es que se está usando el tema de la reelección por aquellos a quienes no les conviene la reconciliación.
Erróneamente hoy quieren condenar la reelección quienes la legitimaron presentándose al proceso electoral recién pasado; unos dicen ahora que perdieron que se presentaron al proceso electoral “bajo protesta”, mientras otros que también perdieron aducen que se presentaron a las elecciones generales porque era su “deber” cívico y patriótico y tanto los que fueron “bajo protesta” como los que fueron por obedecer su “deber” cívico se convirtieron en avales de la reelección, pues caso contrario no se hubiesen presentado a elecciones generales y en este contexto si cabe tanto la protesta como cualquier otro motivo desde legal, a patriótico, cívico y moral, pero este último escenario sirve solo como referencia pues la realidad fue otra.
Los resultados obtenidos  en las elecciones generales de ninguna manera pueden interpretarse como votos a favor y en contra de la reelección; la población no fue convocada a un referéndum sino a elecciones generales y por tanto cada votante ejerció el sufragio y favoreció con su voto al candidato y al partido de su preferencia y ganó como es lógico quien más votos obtuvo.  Hasta el día de hoy ningún partido ha presentado evidencias del fraude que también utilizan como excusa para crear mayor división entre la población; es decir se suma al tema de la reelección que legitimaron el tema del fraude que no son capaces de probar; el voto fue manual y no electrónico por lo que la falla del sistema es muy difícil sino imposible que haya afectado los resultados finales.
Ya han tomado legal posesión de sus puestos los alcaldes electos de todos los partidos, así como todos los diputados electos, inclusive ya han comenzado a devengar sus salarios, entonces ¿por qué seguimos sumidos en una crisis que a la mayoría no le conviene?, ¿por qué seguimos enfrentados los hondureños?, según los expertos el tema es político y su solución es política, ¿por qué nos quieren obligar a los que no somos políticos a pelear una batalla política que no nos compete?
Honduras es un país altamente endeudado y por ende sus ciudadanos están altamente endeudados, Honduras es un país subdesarrollado que de no estar en esta crisis política podría ser un país en vías de desarrollo. Mientras las grandes potencias económicas bajan sus impuestos a la clase media, como es el caso de los Estados Unidos, aquí la clase media está en vías de extinción pues ya no soporta la alta carga impositiva de impuestos. Mientras otros países se enfocan en una educación que genere prosperidad aquí seguimos todavía hablando de alfabetizar y de cumplir con días de clase, mientras otros países se enfocan en el emprendimiento aquí seguimos graduando profesionales desempleados, mientras en otros países la calidad del sistema de salud pública es mejor o igual al sistema de salud privado, aquí ni hablar del tema; pareciera que es mejor para los políticos seguir inmersos en una crisis política totalmente improductiva que enfrentar los desafíos del país.
Con esta actitud se quiere no solo confrontar y dividir sino opacar y anular cualquier esfuerzo que los gobiernos han implementado para ir solucionando los verdaderos problemas que aquejan al pueblo hondureño sin distingos de ningún tipo, problemas comunes a todos.
Ha surgido una iniciativa en el Congreso que bien puede ser una solución al tema de la reelección, un referéndum para que la población la mantenga y la reglamente o la elimine; como no se hizo en el pasado, el mejor momento es sin duda ahora, en el presente. Se necesita avanzar en pro del bienestar de la mayoría.
Un país dividido no puede salir adelante, de ahí quienes quieren y promueven la división no están interesados en el desarrollo de Honduras.
Dejen de una vez por todas de dividir a la población con la gastada reelección y comiencen a hablar de reconciliación.