Investigan supuestos directores mareros en unos 50 colegios

Al menos 50 colegios capitalinos han sido infiltrados por agentes policiales encubiertos, luego que maestros denunciaran la posible vinculación de algunos directores con cabecillas de maras y de otros que trabajan bajo amenazas, y que hacen un llamado de auxilio para pedir protección.
La extorsión y venta de droga por parte de los estudiantes, con la aparente complicidad de algunos docentes en colegios, han ido creciendo, principalmente en las instituciones ubicadas en zonas conflictivas de la capital.
Según una fuente de la Secretaría de Educación, hay institutos en los que las llaves de los portones las tienen los mareros. Se trata de padres de familia que pertenecen a las asociaciones ilícitas y que ingresan a los establecimientos educativos para hacerse cargo de las cafeterías, donde venden drogas y alcohol.
“Aquí, en Francisco Morazán, y en el Distrito Central, hemos conocido que los mareros tienen llaves de colegios, porque hay asociaciones de padres de familia ficticias que manejan algunas cafeterías con la excusa que de allí sacan el dinero para pagar aseadora y vigilantes”, aseveró la fuente.
Amplió que esos padres de familia “allí venden de todo, se han apoderado del colegio y el director no puede hacer nada bien porque lo tienen intimidado o porque es parte de los negocios”, aseveró.

SITUACIÓN ALARMANTE

Hace unas semanas, en un colegio de Comayagüela, un director se peleó con otros docentes y le gritaron que “él era parte de las maras, en contubernio con el dueño de una cafetería que está adentro de ese centro educativo”.
Este año, agentes de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) detuvieron en Choluteca a un profesor, por suponerlo responsable de extorsionar a un testigo protegido.
“Pero muchas veces quienes están encargados de esas cafeterías están vinculados con mareros, jóvenes que cobran impuesto de guerra o son miembros de barras de los equipos de fútbol y ningún director se va a meter con ellos”, reveló.
De igual manera, relató que en un instituto ubicado en la salida del norte de la capital, alumnos integrantes de maras le han quitado la autoridad al director y él se pone a las órdenes de ellos, aduciendo que no puede hacer nada para evitarlo.
La fuente advirtió que en el entorno de varios colegios hay negocios disfrazados de pulperías, cafeterías y chicleras, que pertenecen a padres de familias, y donde también se distribuye droga.
“Quisimos erradicar esta situación en el tiempo del ministro Marlon Escoto, pero se ha descuidado, y esas agrupaciones se volvieron a reacomodar”, por lo que ahora se investiga y se les da seguimiento a varios directores de colegios.

A “JEFES” NADIE LOS TOCA

El funcionario recordó que en ese entonces había agentes infiltrados que hacían investigaciones para conocer quiénes estaban detrás de esas estructuras delictivas, quienes lograron disuadir un poco el problema. Ahora, los malvivientes operan a “sus anchas” en algunos colegios y “si no se interviene a tiempo, después va a ser lamentable”.
El entrevistado remarcó que en la actualidad, en el interior de ciertos centros educativos, hay cafeterías en las que venden droga y el director lo sabe, “pero no se sabe si recibe dinero de la droga y la extorsión, porque allí se da todo eso, porque entre los alumnos hay jefes de maras que nadie los toca y ellos condicionan a los directores”.
Cabe recordar que ya se han registrado secuestros de docentes por parte de alumnos. Uno de estos casos se registró en el Instituto Saúl Zelaya Jiménez de Comayagüela, donde el profesor fue encontrado atado de pies y manos por alumnos integrantes de pandillas, quienes lo mantuvieron cautivo por varias horas.
Muchos estudiantes mareros tienen marcado su “territorio” en algunos colegios, como ocurre en el Instituto Central Vicente Cáceres, donde asisten a clases integrantes de dos pandillas que se han dividido las áreas donde pueden circular.