Con una mano papá barbero da ejemplo de trabajo y amor

Por: Efraín Banegas
Fotos: Henry Carbajal
Unas afiladas tijeras o una cortadora eléctrica le bastan al barbero Selvin Francisco Gómez Pastrana (24) para realizar verdaderas obras de arte en la cabeza de sus clientes. Decenas de caballeros que acuden a la barbería “La Bendición”, en la colonia La Pradera, en Comayagüela, admiran su trabajo profesional, y más aún, su capacidad para trabajar con una sola mano, por amor a su hija de cinco años.
Hoy que se festeja en Honduras el Día del Padre, la historia de Selvin es un digno ejemplo de los cientos de papás “catrachos” amorosos y responsables con sus hijos, cuyo esfuerzo es desconocido para la mayoría.
Un 31 de diciembre del 2014, una bomba con la que festejaría el Año Nuevo le estalló en la mano y se la cercenó. Y al verlo sin la extremidad, su compañera de hogar lo abandonó y le quitó su pequeña hija de cuatro años.
Luego que en el Consultorio Jurídico Gratuito de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) llegaran a una conciliación con su exesposa, su niña vive con una hermana de esta, en una colonia de Comayagüela. Sin embargo, Selvin tiene derecho a verla en el momento que desee y cada 15 días le provee el dinero de la alimentación.

Selvin (en medio) dice sentirse en familia porque trabaja junto a sus paisanos, Darwin Jonathan Varela (19) y Yeris Hernán López (25), quienes también son muy buenos barberos.

BOMBAS PARA FESTEJAR

Este barbero “a todo dar” es originario de la comunidad de El Palito Centro, municipio de Concepción de María, departamento de Choluteca. A los 16 años se trasladó a la capital, donde el primer amigo que lo recibió, su “paisano” Héctor Paz, le dio la oportunidad de aprender el oficio de barbero en su peluquería.
Cuando ya podía cortar pelo, comenzó a laborar en otra barbería, donde fue afinando sus conocimientos. Más tarde continuó desarrollando su vocación y logró conseguir empleo de barbero en un establecimiento de un “mall” de Tegucigalpa.
Trabajaba en el centro comercial, cuando en la Navidad del 2014, junto a su esposa, planificaron ir a pasar unos días a su pueblo natal, Palito Centro. Ella viajó el 23 de diciembre, pero él, como debía trabajar en la peluquería, se fue hasta el 31 de diciembre para despedir el Año Viejo en familia.
Por la despedida del año, todo era alegría en la vivienda de sus parientes. También asistieron a una fiesta de la aldea y regresaron a casa a eso de la 1:15 de la madrugada del 1 de enero del 2015.
Por casualidad, en una caja de cartón encontró unas bombas dobles, conocidas como “bombas olanchanas”, similares a las dinamitas, que uno de sus tíos había adquirido para reventarlas unos minutos después.
“Cuando vi las bombas yo me alegré y agarré una, después las coloqué en un cerco y allí les metí fuego, y cuando me levanté para salir corriendo, la explosión de la bomba ya me había cercenado todos los dedos de la mano izquierda”, relató Selvin.
“Yo no me había dado cuenta de lo ocurrido, hasta que una de mis hermanas me dijo: ¡Te quemaste!, entonces fue cuando miré que de la mano me salían grandes chorros de sangre y los dedos ya no los tenía”, lamentó.

Debido al profesionalismo de sus empleados, la barbería no carece de clientes.

LE AMPUTAN UNA MANO

Luego del accidente, lo trasladaron de emergencia en una hamaca, hacia Concepción de María, porque todavía no había carretera. Luego lo llevaron en un vehículo al Hospital del Sur, en la ciudad de Choluteca, donde a los médicos no les quedó otra opción que amputarle la mano, para evitar mayores complicaciones.
A raíz de del accidente, Selvin estuvo unos seis meses con incapacidad, porque sufrió daños físicos, pero también psicológicos. Sin embargo, su fe en Dios le dio fortaleza para asimilar lo que me había ocurrido y sus vecinos, solidarios, “me ayudaron a hacer una pequeña casita en la aldea”.
Luego le tocó vivir una etapa muy difícil… Hasta su mujer comentaba con otras personas que ya no valía la pena seguir viviendo con él, porque ¿de qué iban a vivir?, si él ya no podía trabajar.
Un día, ella decidió viajar a Tegucigalpa para comprar los accesorios para realizar un pegue de agua potable en la casa de Palito Centro.
Pero los problemas continuaron y a los dos años del accidente, cumplió su amenaza de dejar a Selvin. El 31 de diciembre del 2016, le manifestó por teléfono que se buscara otra mujer, porque ella ya no quería estar con él, al tiempo que se trasladó otra vez a Tegucigalpa, junto a su pequeña hija.

El barbero manifestó que, gracias a Dios, “todos estos cortes de pelo los puedo hacer porque me he esmerado”.

DISCRIMINACIÓN LABORAL

Por su discapacidad, el barbero “a todo dar” no podía encontrar un trabajo en su comunidad. Entonces optó por ir a cortar café al municipio de Guaimaca, en el departamento de Francisco Morazán.
Al estar en medio de un cafetal, un amigo de su pueblo lo llamó por teléfono para preguntarle qué tipos de cortes de pelo podía hacer; Selvin se arriesgó y le respondió que todos los que le pidieran los clientes.
Debido a la propuesta de su amigo, Alex Flores, se vino para Tegucigalpa, ya que de inmediato le dio la oportunidad de trabajar en una barbería frente a los tribunales de Comayagüela. Después lo trasladó a otra peluquería, donde laboraba él solo, por lo que le manifestó a su amigo y jefe que no le convenía estar allí, porque pasaban muchos delincuentes.
Entonces trasladó el negocio a Perisur, “pero allí estuve poco tiempo porque los clientes lo preferían a él”.
En junio del 2017 decidió regresarse para su aldea, pero antes pasó por la Barbería La Bendición, donde otro paisano barbero le dijo que le pidiera trabajo a su jefe, Alex Flores.
Unos días después, el dueño de la peluquería, que también es de su mismo pueblo, lo llamó por teléfono y de inmediato le dio el trabajo. Desde entonces, Selvin trabaja en la Barbería La Bendición, donde aseguró sentirse muy feliz, porque además de contar con un buen patrón, tiene buenos compañeros de trabajo.

El joven barbero trabaja en la Barbería La Bendición, donde dice sentirse muy feliz.

SUEÑA CON TENER CASA

“Es cierto que devengo mi salario, pero así como lo recibo, casi todo se me va en pagar la comida, transporte y en el alquiler de un cuarto… Me gustaría que el Presidente Juan Orlando Hernández me ayudara a construir una casita aquí, en Tegucigalpa, como lo ha hecho con un montón de personas pobres, como yo”.
El barbero “a todo dar” confió que ahora tiene una novia que lo valora y que es una gran mujer, por lo que le gustaría formar nuevamente un hogar. Selvin planea casarse y cumplir el anhelo de tener su propia barbería.
Si alguna institución privada, gubernamental o persona en particular, desea contribuir con este hondureño ejemplar, su número telefónico es el 3311-6965.

Selvin tiene ahora una novia que lo valora y con quien planea casarse para tener de nuevo un hogar.