Lula espera que se haga justicia

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo el viernes que espera que la corte suprema haga justicia en el caso de corrupción que podría llevarlo a prisión y no convalide la «actitud mesiánica» de los fiscales y el juez que lo investigaron y condenaron.
«Espero que la corte haga una corrección y la Justicia necesaria. Porque no puede permitir la actitud mesiánica de esa gente. Confío en que llegará el día en que me pedirán disculpas», señaló en su cuenta de Twitter @LulapeloBrasil.
En la noche del jueves, y con el país en vilo, el Supremo Tribunal Federal (STF) pospuso hasta el 4 de abril su decisión sobre un pedido de la defensa del exmandatario para evitar que vaya a prisión y le dio garantías de que no será detenido hasta que se termine de juzgar el recurso.
La decisión fue la primera victoria jurídica de Lula después de muchas derrotas, que lo dejaron en riesgo inminente de ir preso si el lunes próximo el tribunal de segunda instancia de Porto Alegre (sur) rechaza la última apelación presentada a una condena de 12 años y un mes de encierro por corrupción y lavado de dinero.
«He evitado hablar sobre el proceso en el STF, porque prefiero que lo hagan los abogados. Solo puedo decir que estoy siendo víctima de una mentira que la historia va a poder contar de aquí a unos años al pueblo brasileño», agregó en una larga serie de mensajes en la red social, su primera reacción al debate de la víspera.
La postergación de la definición sobre el habeas corpus presentado preventivamente para impedir que sea arrestado una vez agotada la segunda instancia, como prevé el sistema jurídico brasileño, apenas da dos semanas de tranquilidad al atribulado presente de Lula, favorito para ganar las elecciones de octubre próximo.
Además de tener otros seis juicios en curso por una miríada de acusaciones que incluyen tráfico de influencia, formación de organización delictiva y corrupción pasiva, Lula estaría impedido de candidatearse porque la justicia electoral local inhabilita la inscripción de aspirantes que tengan una condena firme en el segundo grado.
Dos veces presidente de Brasil (2003-2010), Lula, de 72 años, se encuentra en el sur del país en una gira de precampaña.