Política para la reducción de riesgo de desastres en universidades centroamericanas

Fredis Mateo Aguilar Herrera

Es importante destacar, que el Consejo Superior Universitario Centroamericano-CSUCA, en vista que la región centroamericana, es vulnerable por estar sometida a diversas amenazas de origen natural y humano, que periódicamente provocan diversos desastres, identifica la necesidad de plantear una política que contribuya desde las aulas universitarias con los países, con el fin de lograr formar ciudadanos con un alto grado de competencias, valores y sensibilidad, por suponer   que en su mayoría de sus graduados se integrarán a la sociedad y en las instituciones como tomadores de decisiones. Según Juan Alfonso Fuentes Soria, Secretario General del SCUCA, manifiesta que el aporte de las universidades, incluye la generación de conocimientos para la reducción de riesgos mediante la investigación, así como servicios sociales diversos en esta materia; a través de la extensión o proyección social y que las universidades son un ejemplo de instituciones que conocen sus riesgos y hacen esfuerzos sistemáticos por reducir la vulnerabilidad y además están preparadas para emergencias y posibles desastres.

La Política Universitaria Centroamericana para la Reducción del Riesgo de Desastres, surge producto de una propuesta participativa  en el marco del Programa Universitario para la Reducción del Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático-PRIDCA; implementado por el CSUCA, con la experiencia de la ejecución de proyectos universitarios en esta materia, entre los cuales participó la UPNFM, UNAH, UNAG,  Universidad Zamorano. Finalmente la política fue presentada, discutida y aprobada en el VIII Congreso Universitario Centroamericano, realizado en mayo 2016 en Panamá e inmediatamente después aprobada por el CSUCA.

La Política Universitaria Centroamericana para la Reducción de Desastres, se enmarca dentro de los objetivos de desarrollo sostenible en cuanto a: salud y bienestar, industria, innovación e infraestructura, educación de calidad, ciudades y comunidades sostenibles. Así mismo esta  política, toma como guía el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030.  La política tiene como prioridades: comprender el riesgo de desastres, fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres, invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz y para “reconstruir mejor” en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción. Por otro lado, la política, está estructurada en los componentes: académico, gestión institucional universitaria, seguridad interna y compromiso con la comunidad y el país.

La  política toma en consideración los pilares de la educación en cuanto al saber aprender, al saber ser, el saber hacer y el saber convivir, lo que en otras palabras implica comprender nuestros aprendizajes y que se conviertan en prácticas de vida que permitan cambiar nuestras costumbres, hábitos y  estilos frente a la conservación de la naturaleza y de cultura de la prevención. La política contempla, que la currícula de las carreras universitarias, en sus distintos niveles deberá incluir de manera explícita, espacios y actividades sistemáticas de aprendizaje que le permitan a los estudiantes universitarios adquirir conocimientos sobre gestión de riesgos. Además, la política va más allá de lo curricular, ya que se pueden dar aportes a esta temática medio de la investigación y proyección social.

La política, permite proporcionar información sistematizada y conocimiento útil para reducir los riesgos de desastres a distintos niveles (local, nacional, regional, público y privado). Por tanto esta política traspasa a la universidad el rol de educar para la reducción de riesgo y ofrecer servicios en  esta temática. La política, faculta a las universidades ejercer su  liderazgo en la sociedad, mediante el empoderamiento del conocimiento de los fenómeno adversos, análisis de riesgo, reducción riesgos y resiliencia. La política contempla, que las universidades y los organismos de evaluación y acreditación de la calidad de la educación superior deben reconocer explícitamente la incorporación de la gestión de riesgo de desastres y adaptación al cambio climático como parte del quehacer sustantivo universitario.

La implementación de esta política debe estar de acorde con su propio contexto y las universidades promoverán y apoyarán el establecimiento y desarrollo de unidades, centros o instancias centrales de tipo técnicoadministrativo especializadas en Reducción de Riego de Desastres. Así como, la creación de comunidades universitarias de aprendizaje y práctica de académicos que impulsen la incorporación de la gestión integral de riesgo de desastres y adaptación al cambio climático al quehacer universitario a nivel institucional, nacional y regional. En el caso de la UPNFM, como única institución formadora de docentes a nivel nacional, ha tomado protagonismo en gestión de riesgo, puesto que ha ejecutado múltiples acciones tales como: readecuación curricular al integrar la gestión y adaptación del cambio climático, instalación de un Comité de Prevención y Emergencia Institucional, producción investigativa bibliográfica y material didáctico y se tienen alianzas con organismo nacionales e internacionales en la ejecución de este tipo de  proyectos.

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