Comienzo y evolución del transporte aquí

Por: Carlos Arturo Matute

Conoce el primer carro que vino a Tegucigalpa. Hoy, ante la abundancia de medios de transporte, el caos vial continúa. Aunque ahora -hay que reconocerlo- soportando los consabidos contratiempos, gasto de gasolina, molestias, por lo menos… algo se está haciendo.

Muy buenos días amables lectores. Los que siguen estas líneas sabatinas, nos preguntan siempre cuál será el tema de la semana. Al mismo tiempo comentan, en sus amables envíos, las entregas anteriores.

Como la del sábado pasado, de las cafeterías que ya no existen en el centro de la capital, que antaño atrajeron por su calidad de servicio y atención. Se fueron.

Complementan, como don Mario Hernán Ramírez -un veterano comunicador social- para darnos importantes datos sobre las de Comayagüela del ayer.

De la mayoría de estas ya hemos hecho reportajes, pero nos abona siempre interesantes datos. Lo tenemos para próximas entregas. Le agradecemos al maestro, con la cooperación de Elsita, su dilecta esposa. Fieles lectores a quienes -al igual que usted- agradecemos.

LA SORPRESA

Busitos. De los primeros que cubrían la ruta Belén- San Felipe.Véase los canillitas ofreciendo a los pasajeros las ediciones de “El Día” y “El Cronista “de esos años.

Claro, el primer transporte terrestre fueron las bestias. Hablamos hoy de automóviles.

Era un 26 de marzo. Aquella fecha de 1905, cual registra la historia, un distinguido ciudadano suizo llamado don Julio Villars sorprende a los pocos habitantes de aquella Tegucigalpa con la llegada del primer automóvil.

Su temple al volante iba aparejado con el orgullo de tener el primer carro. Después, otras familias adineradas fueron comprando más unidades. Viendo el terreno virgen y fértil, algunas de ellas le entraron de lleno al negocio del transporte.

Era una apacible capital que despertaba a una época en que vendrían más vehículos que emprenderían su marcha ayudados por un “cran”. Lejos estaban de pensar que muchísimos años después, esas calles un tanto vacías iban a estar atestadas de autos, buses, taxis etc.

Solitario. Un automóvil de la época recorre tranquilamente las céntricas calles de la capital. Hoy, aquí es un embotellamiento vial completo. (callejón poético)

Que hoy, muchos de sus conductores sonando estridentes bocinas sin necesidad. Con música del vulgar reggaetón a todo volumen. Estacionándose a recoger pasajeros en cualquier punto, no respetando las llamadas “bahías”.

Con cobradores gritando las rutas que cubren. Y los pasajeros sin poder hacer nada. Solo conduciéndose en medio de la zozobra, rezando para que no entre un delincuente a robarles sus pertenencias o los mate.Un asalto a mano armada en aquel tiempo, hubiese sido tremendo escándalo.

Esa es la pincelada que se desliza en el cuadro diario de los que hoy abordan estas unidades del transporte…por necesidad. ¿Y las autoridades de Tránsito? ¿Y la Policía? Bueno, usted ya contestó.

BUSITOS Y “LANCHAS”

El primero. Se dice que este fue el primer carro que circuló por Tegucigalpa, conducido por su propietario don Julio Villars. Era el año 1905.

Se oía en aquellos llamados VW: “¡Belén, Belén, Cantón…San Felipe, Vacilón”! Esta tonadita incluso inspiró a un cantautor hondureño mencionar este estribillo en una de sus canciones populares.

Hablando de buses. Aquellas pesadas máquinas movidas por un “cran” (herramienta en forma de maneral que al darle vuelta encendía el motor). Se vieron en los cincuenta y sesentas.

Los grandes “buses amarillos” o “lanchas” como las llamaban, se miraban subiendo las angostas calles de tierra hacia los barrios de la parte alta de la ciudad.

Los choferes hacían malabares, teniendo que retroceder una y otra vez. Acomodarse cada vez que trataban de continuar en los “recovecos” de las constantes vueltas en la subida a La Leona. O a barrios como Buenos Aires y al Bosque.

1950. Unidad de transporte público del también empresario de bienes raíces y vivienda de ese entonces, Roberto Ramírez Folgar. (Compartida, GasiMahomar)

Lo curioso. Muchos años han pasado y aún se observan estas unidades amarillas con hábiles conductores haciendo estas maniobras en las ahora pavimentadas pero siempre angostas calles de esta ruta.

El valor del pasaje entonces era de 10 centavos, luego subió a 15 centavos de lempira, investigué. Ahora cobran 4 lempiras por persona, de lunes a sábado. Domingos 5 lempiras.

Ruta: Mercado-Los Dolores al Bosque, pasando por Buenos Aires, mercado Álvarez, Zonal Belén etc. Hasta El Lolo (carretera viaja a Olancho), como en los sesentas, pero la ruta era más directa.

ANTES Y AHORA

Anuncios. Así se anunciaban en los periódicos las empresas de alquiler de autos en décadas pasadas.

Había pocos medios de transporte, entonces. Obviamente, todo cambia. Nada es estático. La gente era menos y el tráfico vehicular no era tan pesado como hoy.

Ante este hecho inevitable de la proliferación de medios de transporte, en cualquier parte del mundo es igual. Lo que sucede aquí, es que la infraestructura capitalina, con el correr del tiempo, no fue de la mano ante esta evolución. De la constante metamorfosis. Al ritmo de su explosión demográfica.

Hoy, se hace algo para evitar el caos vial. Hay que reconocerlo. Lo que falta es planificación, supervisión y señalización, entre otras aristas, señalan los entendidos.

Lo hemos dicho aquí en repetidas ocasiones, al tenor de lo expresado por expertos en la materia. Hay esfuerzos, voluntad, pero pareciese que todo se hace a lo loco. Sin vías alternas, lo que provoca más “colas”. Se espera, que es por ahora que se construye. Y los cambios contraen incomodidades.

Lo cierto es que los males de una falta de planificación adecuada, urbanización densa y desordenada, vienen desde hace mucho tiempo. No es de ahora. Se le suma fenómenos socioeconómicos como doña pobreza y delincuencia. Enemigos constantes.

Las autoridades nacionales y municipales, de todos los tiempos, poco han hecho para que esto no siga afectándonos a todos. Aunque ahora -recalcamos- soportando los consabidos contratiempos, gasto de gasolina, molestias, por lo menos…algo se está haciendo.

 Y…

LA PICANTE DE HOY: (Con sabor a pueblo) Y solo hágase a un lado mi querido amigo conductor, cuando una unidad de Bomberos o de la Cruz Roja le pida el paso. “No le pare bola” al ulular de una “ristra” de carros último modelo queriendo pasar “a la brava”. No es justo. Es abuso de algún encopetado funcionario público. Ese lleva prisa… para hacer nada. O va para algún mall. Que “sude la cola”… ¿O no?

Primera flotilla. Vehículos entrando a las cercanías de Tegucigalpa ahí por el “cerro de Hula”. Venían desde Amapala, puerto de desembarque en ese entonces. Año 1917.

Y por hoy hasta aquí. Hemos dejado otra HUELLA imborrable en el pedregoso camino de un ya largo trajinar.

QUE DIOS NOS CUIDE Y BENDIGA A TODOS.

(Comentarios y más a mi correo: [email protected]. Y en nuestro sitio en la Internet. www.latribuna.hn Sección Reportajes Huellas)