“INEVITABLE”

PARA entender el twitter, “regular las redes sociales es inevitable”, posteado por Zuckerberg, es necesario continuar leyendo. Se refiere a regulación para “proteger la privacidad en internet”, a raíz del escándalo generado con la revelación que datos de Facebook fueron utilizados por la consultora Cambridge Analytica para incidir en el reciente proceso electoral en los Estados Unidos. O sea la regulación planteada alude a la necesidad de cuidar la privacidad del individuo sobre lo que el joven fundador de Facebook alertó que, “hay que tener cuidado con qué tipo de leyes se aprueban”. Este tema de la regulación allá, para salvaguardar la privacidad, hay que aclarar, es una cosa distinta de las iniciativas legislativas presentadas aquí. Digamos para impedir la transmisión de cosas falsas, o darle a una comisión oficial facultad interpretativa –hasta ahora potestad de los jueces– de imponer sanciones por delitos de injuria y similares, y hasta calificar lo que constituye actos violentos en la comunicación por internet.

Nadie discute que no haya excesos en el uso de la nueva tecnología. Incluso abusos que lindan con el delito. Sin embargo para meterse a controlar una ciencia tan complicada y escurridiza como esa nueva forma de transmisión por las redes sociales, hay que entender plenamente cómo opera y cómo funciona. Si tan solo para no llevarse de encuentro otros derechos constitucionales que acaben dañando más al individuo. Decimos lo anterior reparando en la reciente audiencia indagatoria del Congreso norteamericano sobre este caso. Un duelo entre senadores que poco entendían el asunto en cuestión –pese a contar con toda la asesoría y el respaldo técnico de su equipo de colaboradores– con el joven experto compareciente que prestó testimonio, quien maneja ese conocimiento con habilidad y destreza. La expectativa era que enfrentaría una verdadera inquisición. Sin embargo, según trasciende de un despacho de CNN, “la audiencia fue menos incisiva y poco crítica, en parte gracias al hecho de que la gran mayoría de senadores encargados del interrogatorio simplemente carecieron de una comprensión profunda –que estuviera por encima de lo superficial– acerca de lo que realmente hace Facebook”. “Para ser franco –prosigue la nota– fue como ver a tu abuelo tratando de entender la manera en que llevaron el internet a tu nuevo MacBook Pro”. “O como preguntarle a un beisbolista profesional si sube la mano izquierda o derecha cuando batea”.

Ejemplos del intercambio sostenido entre el senador republicano de Utah, y Zuckerberg: “Pregunta: “¿Cómo sostiene un modelo de negocio en el que los usuarios no pagan por su servicio?”. Respuesta de Zuckerberg: “Senador, publicamos anuncios”. No que todo transcurriera así. Hubo preguntas inteligentes de senadores bien informados. “El problema fue que cuando Zuckerberg respondía –y vale destacar que se apegó a un guión muy estricto en la mayoría de ocasiones– quedó al descubierto la falta de conocimiento tecnológico entre quienes le plantearon las preguntas”. “¿El resultado? El presidente ejecutivo de Facebook rara vez fue presionado, pocas veces forzado a salir de sus puntos centrales y casi nunca obligado a contestar las preguntas reales que enfrenta su plataforma”. “El punto: el Senado es un lugar muy útil para discutir muchos de los problemas que enfrenta Estados Unidos. Pero, al menos en esta ocasión, no fue un foro provechoso para debatir los desafíos existenciales que el gigante de la tecnología nos ha planteado como país”.