San Pedro Zacapa

Rafael Bardales Bueso.

San Pedro Zacapa es el municipio meridional del departamento de Santa Bárbara, el cual limita con los departamentos de Comayagua, Intibucá y Cortés. Zacapa, la cabecera municipal, está situada en una pequeña planicie rodeada de cerros y colinas cubiertas de pinos y robles, en la margen derecho del río Zacapa y de la quebrada de Suncucuapa. El pueblo era pequeño en 1910 y constaba aproximadamente de unas cuarenta casas con una población que pasaba de doscientas personas.

El río Zacapa, desagüe subterráneo del Lago de Yojoa, surgía en la superficie a dos kilómetros del pueblo y al NE. El sitio donde surgen las aguas se denomina El Nacimiento. Era caudaloso y abundante en Cuyamel. Grupos de personas solían llegar al pueblo de la ciudad de Santa Bárbara atraídos por la pesca del Cuyamel con dinamita. También otros llegaban hasta pedernales para bañarse en las aguas del Lago de Yojoa. La quebrada de Sunsucuapa, que corre por la orilla del pueblo, era de apreciable caudal. Del río, de la quebrada y de la quebradita de Caranola se preveían los vecinos de agua para el consumo doméstico. Los vecinos eran muy trabajadores. Los hombres labraban la tierra y las mujeres confeccionaban sombreros de junco. La fibra del junco la adquirían en San Francisco de Ojuera y en Concepción Sur. Además se dedicaban a la cría de cerdos para venderlos en Potrerillos, Pimienta, Villanueva o en San Pedro Sula. A veces los interesados llegaban al pueblo para comprar las partidas de cerdos.

No existían establecimientos comerciales. Para cubrir este vacío llegaban comerciantes ambulantes de la ciudad de Santa Bárbara para vende ropa, zapatos y otros artículos. También los paceños aparecían de vez en cuando para vender telas, calzados, y otros productos. Igualmente frecuentaban el mercado del municipio los salineros de Pespire y los cobanes de Guatemala. Y desde luego no faltaban los húngaros vendiendo bestias y adivinando el destino de los creídos moradores.

Don Ricardo Tinoco tenía un taller de zapatería en su casa del barrio Arriba y un taller para la curtiembre de suela manejada en el barrio Abajo y cerca de la quebrada de Romualdo Bardales.

Funcionaban dos escuelas, una de varones y otra de niñas. Cada una estaba a cargo de un solo maestro que trabajaban con dos grados.

El pueblo era de poco movimiento, pero el día domingo bajaban los vecinos de las aldeas y caseríos, especialmente de Azacualpa, Aguacaliente, Mogote, San Antonio y otros lugares, concurrencia que animaba la vida de la comunidad. La visita era mayor el 29 de junio, Día de San Pedro, fiesta patronal. Este día todas las casas tenían huéspedes que acudían para participar de las actividades religiosas que se celebraban con gran devoción.

Habían bautismo y matrimonios. La alegría era muy sentida y muy animada por la música de acordeones, guitarras y otros instrumentos de cuerda. La plaza se llenaba de ventas diversas. Oficiaba las misas el cura de la parroquia de Santa Bárbara ayudado por el sacristán don Leopoldo Mazariegos. El padre Rafael Oseguera era muy querido por la feligresía. La Semana Santa era celebrada con gran fervor. El 3 de mayo de cada año, día de la Santa Cruz, era celebrado con cantos y rezos, en la cruz que se erguía en la cima de la loma que se levanta a la orilla del pueblo.

Los niños jugaban a los mables, cotas de cera, y trompos. Las pandillas de muchachos jugaban a la guerra civil, librando combates entre los bandos opuestos.

En las elecciones de autoridades locales se observaba libertad y gran entusiasmo.

Siempre había dos candidatos, uno nacionalista y otro liberal. Los votos los elaboraban las personas leídas en pedazos rectangulares de papel de oficio.

Repartían los votos en la calle y la urna se instalaba en el cabildo municipal. Las mujeres eran muy activas en el proceso electoral, pero no ejercían el derecho al voto. Trabajaban con actividades en estas luchas Jesús Bobadilla, Pablo Tinoco, Juan Jiménez, Felipe Castellanos (Perpera), Maximino Martínez Bardales, Mariano Flores, Margarita Tinoco, Clotilde Bueso, Angelina Tinoco, Emerito Tinoco y otras personas. Generalmente ganaban las elecciones que dirigían don Mariano Flores, dirigente del Partido Nacional.

El cambio de autoridades locales se hacía el 1 de enero en acto solemne. Al recibir la vara el nuevo alcalde, la municipalidad entrante acompañaba a su casa al alcalde saliente con gran acompañamiento y música, sin faltar el acostumbrado brindis.

Los principales vecinos de aldeas y caseríos asistían a este acto de la soberanía popular.

Así era Zacapa en la primera década del siglo XX. “Zacapa en mejicano, significa en el agua de la hierba”. (De cacatl, hierba; atl, y pan. En).

EL CAMINO MÁS LARGO.
CRÓNICA DE UNA VIDA
(UPNFM), TEG. 2000. PAG. 7-9.