Acogedores “cafecitos” proliferan en Tegucigalpa

Las eternas tardes primaverales de nuestra querida ciudad capital, pueden ser disfrutadas en acogedores rinconcitos, que tanto en áreas interiores como exteriores nos reciben hospitalariamente.

Un vino, cafecito, te, agua saborizada, crepas, un postrecito de esos que van al corazón y no al estómago, o cualquier antojito, ideales cuando nos queremos consentir un poco, podemos disfrutar en estos lugarcitos que cada día se ponen más de moda.

Placenteros, cosmopolitas, eclécticos, rústicos, antañones, hay para todos los gustos, ubicados en terrazas, veredas, patios, jardines interiores, casas antiguas o simplemente particulares y hasta en ¡contenedores!  nos invitan a recordar que la vida es bonita y que vale la pena vivirla.

¿Y la decoración? Puede ser minimalista, vintage, lounge, para comer de manera cómoda y frugal un delicioso desayuno, un “brunch” una cena tempranera o simplemente “tomarse algo”.

Todo esto en un ambiente que nos recuerda que la paz y serenidad—por amenazadas que estén—las podemos encontrar en estos bonitos sitios, que de alguna manera nos recuerdan el primer mundo.

Unos de ellos con muy buenas propuestas gastronómicas, otros sin muchas pretensiones, pero lo realmente importante es la compañía, una buena platica, hacer largas sobremesas, degustar lento y sin tiempo un menú que quizá sea muy frugal.

¿La ubicación? En las más estratégicas zonas, en donde olvidamos la inseguridad y violencia que nos aqueja, así como el caos citadino. Ahí nos reciben patios con sombrillas, toldos, flores, sillas con materiales reciclables y ¡hasta hamacas!.

Esos encantadores oasis nos conducen ¡a la felicidad! Sencillamente ecoamigables, con un espectacular e inolvidable “no sé qué”, que nos hace volver una y otra vez.

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