El lempira se ha devaluado 7 centavos en cuatro meses

El Tipo de Cambio de Referencia cerró abril en 23.65 lempiras por un dólar, significa una devaluación de 7 centavos en relación a lo registrado a finales de diciembre pasado de 23.58 lempiras, según los indicadores semanales del Banco Central de Honduras (BCH).

El presidente del BCH, Wilfredo Cerrato, indicó que los movimientos en la devaluación son leves, incluso a principios del año no hubo variaciones y en los últimos días se ha mantenido estable.

Con relación al resto de Centroamérica, Honduras es el segundo país con menor depreciación respecto al dólar después de Costa Rica. “Vemos mayor devaluación en países como Nicaragua, República Dominicana y en el caso de Guatemala que había estado sin movimientos”, expuso Cerrato.

El comportamiento del Tipo de Cambio de Referencia lo condicionan tres factores, la inflación de Honduras, versus la inflación de los demás países.

Luego influye la tendencia de la moneda local frente al dólar en las economías centroamericanas y en tercer lugar el nivel de reservas.

Hasta el pasado 19 de abril, el saldo de Activos de Reserva Oficial del Banco Central de Honduras fue de 5 mil 157.6 millones de dólares. La cobertura de las Reservas Internacionales, según la metodología del Fondo Monetario Internacional (FMI) se situó en 5.1 meses de importación de bienes y servicios.

En referencia a este indicador, Wilfredo Cerrato reconoció que, “este año será retador porque tenemos casi un 20 por ciento más del precio de combustibles en relación al año anterior y casi 15 por ciento menos en el precio del café, respecto a 2017, lo que va impactar en menos reservas”.

Analistas mantienen el pronóstico de que el valor del dólar superaría los 24 lempiras al finalizar el primer semestre, faltarían 35 centavos para que llegue a esa banda.

Una mayor devaluación a criterio del economista del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, representaría un enorme impacto para quienes reciben un ingreso fijo.

Cada vez que se deprecia la moneda, encarecen los costos y el consumidor final termina pagando esa devaluación y además exige más dinero al país para obtener más dólares. (WH)