Política para dummies advenedizos

Por PG. Nieto
Asesor y Profesor C.I.S.I.

“Para dummies” es una colección de libros de aprendizaje que inició su andadura en 1991, pretendiendo ser una guía para principiantes en cada materia. Al revisar los títulos publicados por la editorial Planeta no encuentro sobre “política”. Posiblemente sea por la complejidad del tema que no permite resumir en un solo volumen tanta información, al implicar múltiples áreas del conocimiento.

Salvo excepciones meritorias, tenemos una clase política con importantes carencias intelectuales. En Honduras incluso se puede llegar a la Presidencia de la República prácticamente siendo analfabeto. El artículo 238 constitucional no exige un nivel mínimo de conocimientos al que ostente el cargo. Si queremos conocer el potencial intelectual de un país solo tenemos que observar el porcentaje del presupuesto que se destina a la enseñanza, investigación, cultura, artes y deportes. Resulta desalentador contemplar las recientes manifestaciones de estudiantes presionando para que se bajen los índices académicos. En esta era tecnológica y competitiva un amplio sector social lucha para tener una formación mediocre, luego protestarán por la falta de trabajos de calidad y salarios dignos. El perro mordiéndose el rabo mientras ladra.

El hecho de que la política se alimente de tantas ciencias e incida directamente en las relaciones humanas, facilita que “trepas” sin formación (dummies) prueben fortuna. Decía Robert Louis Stevenson: “La política es quizás la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”. El Poder Legislativo es para estos advenedizos la piedra filosofal donde hacerse ricos. Deambulan por el Congreso como auténticos “ninis”: ni saben, ni aprenden, ni se les ve, ni se les oye, ni presentan un pinche proyecto. Reciben prebendas, acceden al fondo departamental…, ejerciendo el voto cuándo y cómo les ordenan. Dummies que conocen la letra de un poema para declamar: “Estoy en política porque al pueblo quiero ayudar; no me mueve un interés personal; me supone un sacrificio profesional; por mis electores voy a trabajar”. Empresarios y abogados, son los grupos de profesionales que más incursionan en política. Los primeros buscando contactos y privilegios para fortalecer sus empresas y negocios, y los segundos pretendiendo subir peldaños en la “escalera de Maslow”. Inexorablemente a la política llegan dummies que la desprestigian lastrando el desarrollo de Honduras.

Alumbremos el revuelo generado por Marvin Ponce por el calificativo utilizado contra el asesor de Libre, Ricardo Salgado, llamándole “vaca intelectual” a modo de insulto. El impacto mediático generado quiso rentabilizarlo Mel en la pasada asamblea de “su” Alianza Opositora. Recordó al auditorio que, siendo ganadero, fue rebautizado por Hugo Chávez como el “comandante vaquero”. Así que, emulando a su tótem y bendiciendo el ingenio de Marvin, rebautizó a su dirigencia nombrándolos uno por uno: vaca electoral, vaca antifraude, vaca internacional…, incluso llamó vacas parlamentarias a su bancada, entre aplausos y risas de “la manada”. Considerando Mel que Libre es como su “hacienda particular”, resulta normal que siendo el vaquero sus subordinados sean las vacas. Un auténtico esperpento.

El esperpento es un género literario que presenta una realidad grotesca, ridícula y con los valores deformados. Lo sorprendente no es la magnitud de los errores que algunos políticos comenten, sino la falta de conciencia que tienen de ello y la facilidad con que lo relativizan todo eludiendo responsabilidades. No reparamos en lo que siempre permanece opacado por ignorancia: el libreto que generó la historia. ¿Por qué pasan las cosas? ¿Por qué ahora? ¿Por qué de esta manera? ¿Quién está detrás beneficiándose?

Debido a sus dicotomías con Nasralla, Mel explica que “su” Alianza sigue vigente porque “es de partidos y no de personas”. Hace agua el Titanic por culpa del iceberg. No quiere recordar que la Alianza la creó “solo” para la urna presidencial, y que cada partido mantenía su independencia y estrategias para diputaciones y alcaldías. Mel abraza esa bandera como blindaje para ocultar y proteger las debilidades que muestra Libre. Un ejemplo son las disonancias ideológicas y de liderazgo que le confrontan con el locutor y otros correligionarios.

Nasralla se posicionó sobre la Alianza “fallida” cuando tras los resultados electorales dijo: “Doy por finalizado mi contrato con la Alianza puesto que el objetivo no se ha alcanzado”. Sigue aferrado a la paralingüística de esa palabra porque, careciendo de partido político, le sirve de publicidad para congregar simpatizantes al reclamo de que ¡cualquier ideología tiene cabida! en su próximo partido. Desconoce que doctrinariamente eso es una quimera. Sus diferencias ideológicas con Mel son la prueba. Dice que quiere llegar al poder para sacar a los ladrones nacionalistas, perfecto, pero ¿cómo? ¿Y después…? ¿Tendremos que esperar a que aparezca otro dummy que saque a los ladrones nasralistas del poder? La anticorrupción es una norma de conducta no una doctrina política. Sin doctrina e ideario político construirá una “torre de Babel”, y ya sabemos por la Biblia cómo terminó la primera. Honduras necesita menos políticos dummies.