¡Ídolos de barro!

Por: Patricia D´Arcy Lardizábal

Nosotros los cristianos, creemos en un Ser Supremo que le atribuimos ser el Creador del Universo, que no solamente lo generó, sino que también lo conserva y rige por su providencia.  También en las diferentes civilizaciones, especialmente las primitivas se crearon los ídolos, los cuales son hechos a imagen de una deidad y que la ignorancia y falta de preparación de ciertos pueblos los veneran y los adoran como si fueran la propia divinidad.

En las primeras décadas del siglo veinte, surgieron algunos líderes y caudillos, especialmente en Europa, entre los que sobresalieron: Adolfo Hitler en Alemania y Benito Mussolini en Italia que lograron con un conocimiento profundo de las masas populares hacerles creer a sus respectivos pueblos que habían sido escogidos por la Providencia; el primero surgido de la raza aria, que este germano nacido en Austria y siguiendo las teorías racistas de Rossenberg, fomentó, creó y consolidó la idea de que la “raza aria”, eran la raza superior y la que Dios había escogido para dominar y orientar el mundo.

Esa raza privilegiada, blanca, ojos verdes, teutona, por su propia concepción genética y la de sus defensores, chocó con otra raza: la hebrea o judaica, que también se ha creído por siglos de los siglos que  es el “pueblo escogido” por Dios, y esa bipolaridad de las dos razas privilegiadas, fue uno de los puntos principales para que Hitler exterminara en los hornos instalados en los campos de concentración a más de ocho millones de judíos.

Mussolini también, calificado como el “Duce” con su potente y emotivo verbo se convirtió a través de sus adláteres, las camisas negras, en verdaderos “ídolos de barro”.  Y cual fue el resultado final de esa miopía general, expandida y mercadeada políticamente por genios de la propaganda, como Goebbels, el diminuto ministro de propaganda que pregonaba que “una mentira repetida constantemente, se convertía en verdad”, y al final de la Segunda Guerra Mundial donde murieron millones de seres humanos, cuál fue el resultado? Que Gustavo Adolfo Hitler, murió envenenado junto con su amante  Eva Braun, utilizando el cianuro que es el escape de los fracasados o los cobardes.

Los hombres que son verdaderos líderes suelen morir de frente como Francisco Morazán que inclusive, tuvo la hombría al contar con unos pocos minutos para hacer su testamento y dejar las trazas claras de su lucha, advirtiendo por su limpieza, que la posteridad nos hará justicia.

El fascismo italiano y el nazismo alemán son manifestaciones  transpersonalistas de tipo exacerbado y extremo, agravadas además, por un  decidido impulso de brutalidad y de odio a todo género de valores espirituales;  estos dos movimientos todos sabemos que actuaron a modo de procesos de rebarbarización y de bestialidad, pretendiendo destruir de raíz la civilización cristiana y la cultura occidental.

Por el contrario, el otro ídolo de barro, Benito Mussolini, ante la furia de su pueblo y decepcionado por sus veleidades, y su ejercicio totalitario como dictador, lo llegó a odiar el pueblo italiano, dejándolo colgado del cuello en la Plaza Central, donde tantas veces, desde un balcón de su preferencia, emocionaba y enervaba las masas.

Nuestro Papa Francisco en su reciente viaje a los Estados Unidos anunció con suma percepción y conocimiento que estamos al borde de una tercera guerra mundial y, hemos visto a pocos días de pronunciar sus profundas palabras, que París ha sido víctima de movimientos terroristas que son el relevo de Bin Laden donde murieron 129 personas y centenares de heridos lo que hizo proferir al presidente francés  contra los terroristas ubicados en Siria: “Estamos en guerra”; y horas después como represaría lanzó sus poderosos aviones contra los centros de formación del terrorismo internacional en ese país.

Pocos días después las principales potencias de Europa  y los Estados Unidos mostraron su decisión de apoyar a Francia y conformar una posición colectiva contra el terrorismo  de algunos gobiernos árabes que tiene como soporte e inspiración la fundación y consolidación del llamado  Estado Islámico. Por otra parte Rusia también aún siendo amigo del presidente de Siria Bashar al-Asad ha tenido que unirse a occidente tomando en cuenta que los terroristas revelaron que el avión ruso que hicieron estrellarse con 224 personas a bordo que se dirigía a St. Petersburg, tenía como plan inicial derribar un avión estadounidense, sin embargo debido a la ofensiva rusa en Siria, optaron vengarse de Moscú.

Viendo la convulsión mundial que se avecina generado por el terrorismo internacional, nos preguntamos con justa preocupación: ¿Qué papel va a jugar Honduras ante este panorama tan devastador? Habría que recordar que “en una cadena el eslabón más fuerte es el eslabón más débil.

La fortaleza de Honduras, radica entre otras condicionantes es su ubicación geopolítica: estamos situados entre dos océanos, asimismo, exactamente en la cintura del Continente Americano, por donde se puede unir o por donde se puede quebrantar, vamos pronto a tener un aeropuerto internacional, Palmerola; al lado del país más poderoso del mundo lo que implica que en una guerra internacional podemos definir el futuro del Continente Americano y generar por ello el equilibrio o desequilibrio del mundo. ¿Qué le toca a Honduras? Valorar su pequeñez y pensar en grande.