Nuestros migrantes: ¿quiénes son y dónde están?

Antonio Flores Arriaza
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Honduras tiene en los migrantes su principal producto de exportación. Que feo decirlo, pero es la cruda realidad. Y así como sabemos de nuestro café, nuestros bananos, melones, camarones y cigarros, mejor debíamos saber de nuestros emigrantes.

La gente emigra porque ya no soporta la forma de vida que lleva en nuestra Patria. La inseguridad y la desigualdad, la falta de oportunidades, es un fatídico látigo que los golpea y les hace huir. Si, huir. Porque se van con miedo. Tanto miedo que prefieren correr el riesgo de afrontar la muerte en su trayecto. O, al menos, los diferentes tipos de abusos que irán conociendo en el trayecto y en el destino. Su trayecto es más penoso que la lucha contra los gigantes molinos que sufrió el Quijote: ese trayecto ataca y en serio.

Nuestra desigualdad es medida y comparada por medio del índice de Gini. Esta medida evaluativa oscila entre 0 a 100. Cero es un paraíso de equidad y cien es una total injusticia de inequidad. Los perores países calificados son africanos, pero es Sudáfrica con 63.4 y luego, le siguen otros cuatro. Para entonces, empezar con los países del continente Americano y, entre todos los países de este continente: Honduras es el primero en inequidad. Un vergonzoso 53.7 nos dice que estamos en el fondo del tonel de la basura de la inequidad. Que terrible. ¿Cómo la gente va a tener oportunidades y como va a tener futuro en un estado así? Mientras Noruega es el paraíso de la equidad en su sociedad con un 25.9.

La mayoría de nuestros emigrantes van en búsqueda del llamado “sueño americano”. Les han dicho que allá pueden realizar sus más ansiadas aspiraciones. Tan grande es la diferencia entre esta desigualdad y esos sueños que la aspiración les lleva hasta jugarse la vida.

 

El Gobierno debe abrir consulados allí donde realmente son necesarios y pagar sueldos que permitan que los funcionarios puedan vivir decorosamente. San Francisco ha tenido consulado, pero nadie lo acepta porque el sueldo no permite vivir de acuerdo al costo de esa ciudad.

La falta de oportunidades en nuestro amado país, me parece, se muestra en su forma más evidente cuando descubrimos que 27,989 de esos emigrantes hondureños tiene un grado de licenciatura. Los más pobres sueñan que si tuvieran estudios universitarios la vida les sería diferente. Y resulta que hay tantos graduados universitarios hondureños solamente en USA, no sabemos cuántos habrá en Europa (como mi hija mayor que me duele que esté tan lejos y no poderla ver sino muy rara vez), en Centroamérica y Suramérica. Qué triste. Un pueblo que paga tanto dinero para que sus jóvenes se preparen para que le ayuden a mejorar su vida: y estos jóvenes tienen que irse porque aquí no encuentran opciones. Y allá están sirviéndole a otros.

Son los más pobres los que ayudan a este país a mantenerse apenas flotando. Ellos van allá a trabajar para enviar remesas mensuales (85.3%) a su familia que quedó atrás en cantidad promedio de unos US$487.4 (63.9% de los casos): a su patria. La mayoría, declara, envía las remesas a su madre (32.7%), luego, a sus hermanos (18.7%) y a sus hijos (15.8%). Estas remesas se dirigen, principalmente, a los departamentos de Cortés (21.6% del total), Francisco Morazán (20.7%) y Atlántida (12.2%). La gente dice que esas remesas las usa en manutención (40.6%), medicinas y servicios médicos (20.4%), educación (13.7%) y otros no explícitos (9.8%). El restante 9.4%, afirmó que los remitentes emplean dicho efectivo para invertirlo en la compra o mejora en bienes raíces de su propiedad o de sus familiares. Es interesante saber que los que viajan tratan de traer “remesas de bolsillo” que suelen oscilar entre $1,200 a $1,500 por persona: y eso suma a la economía nacional y familiar. Tan pobres somos.

Los hondureños indocumentados en Estados Unidos tienen el nivel educativo más bajo respecto a los migrantes de los demás países latinoamericanos, porque un 50% de ellos no culminaron la educación secundaria y 230,199 no habían cursado la secundaria. De los migrantes calificados con nivel de licenciatura, esta está vinculada con los negocios y en menor medida con la educación, ingenierías y ciencias físicas, así como ciencias sociales, de la salud y biológicas.

Los migrantes hondureños residen diseminados en casi todos los estados, principalmente en ocho estados (72%), solo en Florida, Texas, California y New York vive la mitad y los otros estados de residencia relevantes son Carolina del Norte, New Jersey, Louisiana y Virginia. La zona metropolitana más populosa de residencia es la de New York-Newark- Jersey City, y otras como Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach, Houston-The Woodlands-SugarLand, Los Ángeles-Long Beach-Anaheim, Washington-Arlington-Alexandria y la de New Orleans-Metairie. Los cinco estados con mayor densidad de migrantes hondureños son Texas (95,000 hondureños), Florida (92,000), California (62,000), New York (52,000) y Virginia (33,000). Pero, es muy importante, saber en qué condados específicos se ubican esos hondureños migrantes en USA. Así, resulta que esos diez lugares son: Miami-Dade (44,700), Los Ángeles (35,000), Dallas (13,400), Bronx (12,600), Broward, Florida (12,600), Nassau, New York (8,100), Palm Beach, Florida (7,700), King, New York (7,200), Suffolk, New York (7,100) y Queens, New York (7,100). Se observa que Miami-Dade es el área donde hay la mayor concentración de emigrantes hondureños, no es superada ni por todos los condados del estado de New York juntos (Perfil de la Población de Origen Hondureño en los Estados Unidos de América, 2015). El presidente ha dicho el 8 de mayo 2018, que abrirá cuatro nuevos Consulados en San Francisco (California), Boston (Massachusetts), Charlotte (Carolina del Norte) y Phoenix (Arizona). Sus criterios tendrá (ojalá no sean de tipo familiar o partidario como se acostumbra en el cuerpo consular). Ciertamente Carolina del Norte es un estado donde se encuentran 29,000 hondureños, pero Charlotte no aparece en las fuentes (de USA) que he consultado, excepto el Banco Central (2018) que reporta en porcentaje sin decir la cantidad y le asigna un 2.8%. Pero a Boston (otro lugar donde creará un nuevo consulado que tampoco aparece en los reportes de USA) el Banco Central (2018) solo le asigna un 1.8%. Y Phoenix (Arizona) tampoco aparece como un condado que posea un número significativo de emigrantes hondureños. Arizona no está entre los estados que tengan, al menos, 2,000 hondureños (tampoco el Banco Central registra a Phoenix como un condado con una cantidad de hondureños significativa: le ayudaré a explicarse. Pensemos que consideran que Phoenix es un lugar de paso de migrantes hacia Los Ángeles, San Francisco o el Valle de San Joaquín). Bueno, ojalá que exista una buena razón para ello. Es muy importante saber dónde se ubican los hondureños porque el Estado debe diseñar y desarrollar estrategias para llegar hasta ellos y servirles y, no solo esperar sus remesas.