SORBOS DE SUSPENSO

LA semana empieza con sorbos de suspenso en varios escenarios políticos y diplomáticos. La Asamblea de la OEA que se realiza en este momento, incluye en la agenda –bajo protesta del gobierno venezolano– la discusión de la caótica situación que atraviesa el país suramericano. La expectativa es si de allí sale una resolución desconociendo las elecciones presidenciales, que reeligieron a Nicolás, celebradas recientemente. Hay rumores, incluso, que hasta podría solicitarse la suspensión del país del organismo hemisférico. Ello trascendió cuando el vicepresidente de los Estados Unidos, en una recepción ofrecida por el Secretario de Estado norteamericano a varios gobiernos, insinuó esa posibilidad. Washington advirtió que ahora los “miembros deben tener el coraje de actuar” sugiriendo que tomará nota de quienes no lo hagan.

Si bien la crisis que atraviesa Nicaragua no figura inicialmente dentro del temario formal de discusión, sin duda ello será corolario inevitable de los debates. Después de una nueva masacre acaecida en la multitudinaria marcha de las madres, la Conferencia Episcopal Nicaragüense, mediadora del diálogo entre el gobierno y los sectores opositores y manifestantes, dio los encuentros por cancelados. Advirtieron en un comunicado que no se reanudarán mientras continúe la “represión al pueblo y los asesinatos”. Sin embargo el fin de semana el papa Francisco lamentando la violencia que golpea al país centroamericano, pidió “que se respete la vida de las personas y un diálogo sincero para superar la crisis”. La forma como la fatalidad puede dar un giro repentino. Aquel, después de ser uno de los países más tranquilos de la región, donde presumían de ambientes relajados de bastante seguridad, distinto a los cuadros cruentos de dolor que han agobiado a los países del Triángulo Norte, hoy es escenario de repetidos casos de pillaje y vandalismo. Las protestas ya rebasan el centenar de muertos y comienzan a aparecer cadáveres tirados en las calles. El otro suceso es la elección en Naciones Unidas de la presidencia anual de la Asamblea General. Como es natural, algunos corresponsales de prensa prescinden del equilibrio periodístico. Circula cierta información sesgada, como un cable de AFP que recoge comentarios de fuente desconocida inclinados a favorecer a la ecuatoriana haciendo caso omiso de todo el alboroto que esa candidatura ha suscitado en su propio país.

Incluso la gestión de un fuerte grupo de diputados opositores que –arguyendo graves faltas en el ejercicio público y descuido de sus funciones por andar en campaña de autopromoción– reúnen firmas para llevarla a juicio político. Ecuador, dicho sea de paso, inicialmente había apoyado a Honduras virtud de un acuerdo de reciprocidad por el voto que el país dio a un ecuatoriano para que fuera juez de la Corte Interamericana DD HH. Sin embargo una vez que Honduras cumplió su parte el gobierno ecuatoriano rompió el compromiso lanzando la candidatura de su canciller.

Honduras protestó el incumplimiento aparte de argumentar que Ecuador ya tuvo su turno en ese cargo y de repetir quebranta la regla de la ONU de la rotación geográfica equitativa. Por ello Honduras presentó su candidatura desde el año 2012, mientras que la ministra ecuatoriana para deshilachar el consenso lo hizo recientemente. Suceda lo que suceda –que al final será lo que Dios quiere– lo anterior solo es para que el amable lector se entere del manoseo ético también en la diplomacia.