Resultados electorales cruciales

Por Francisco Zepeda Andino
Cnel. (r) FAH

Por casi cinco años recientemente tuve la oportunidad de convivir dentro de la sociedad y pueblo de Colombia. En cierta forma llegamos a entender cómo se desenvuelven las diferentes actividades, ya sean positivas o negativas, de esa nación amiga. Con una extensión territorial 10 veces más grande que Honduras y casi 50 millones de habitantes, Colombia tiene un potencial enorme de convertirse en uno de los principales países de América del Sur. Amplios y variados recursos naturales, sobresaliendo el petróleo y minerales, diversos climas, tierras fértiles y biodiversidad, ponen a esa nación dentro de la expectativa de un desarrollo económico y social muy promisorio.

Hablar de Colombia es también ver sus problemas internos. Una guerrilla de 50 años, desigualdad en la tenencia de la tierra, rivalidad histórica entre liberales y conservadores que se traduce en 9 guerras civiles con cobertura nacional y en una de ellas (Guerra Civil de los Mil Días 1899-1902), las debilitadas instituciones nacionales no lograron controlar la separación de Panamá, aparte de las actuales infamias mundiales de corrupción, narcotráfico y crimen organizado.

Durante 2014 fui invitado por la Misión de Observación Electoral, MOE, a ser observador internacional en las elecciones presidenciales colombianas.

En primera vuelta resultó ganador el candidato del Centro Democrático liderado por el expresidente Álvaro Uribe, Oscar Iván Zuluaga, con 29.26, superando al presidente Juan Manuel Santos, quien obtuvo 25.67%. En segunda vuelta el presidente Santos logró un 50.95%, ante una notoria abstención de casi el 60% de los electores y el apoyo total de la izquierda.

El pasado 27 de mayo tuvieron lugar las elecciones presidenciales para el período 2018-2022, con una amplia gama de candidatos. El costo político pagado por el presidente Santos derivado de la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las FARC, no le permitió ser factor influyente en las elecciones. El candidato del Centro Democrático, senador Iván Duque, (41años), fue el ganador con 39.14%, seguido del exalcalde de Bogotá y exguerrillero del M-19, Gustavo Petro (58 años), con 25.08% y un tercer lugar del exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, con 23.73%. Al no haber recibido un candidato el 50+1% del total, se irá a segunda vuelta el 17 de junio.

Los antiguos miembros de las FARC, ahora convertidos en partido político, el 9 de marzo decidieron retirarse del proceso electoral ante la gravedad de la salud de su candidato Rodrigo Londoño, alias Timochenko, y la muy pobre presencia en las encuestas.

Con los resultados dados, para Iván Duque será más fácil ganar las elecciones siendo que solo necesita un 11-12% de votos adicionales para lograr mayoría, mientras que Petro necesita un 26%, algo difícil de lograr. Las alianzas o endosos de los perdedores en primera vuelta, determinarán, en parte el triunfo o fracaso. De ganar Duque no se prevé un viraje en materia de política exterior en lo relativo a naciones de corte democrático y sí un posible endurecimiento con naciones de tendencia izquierdista.

Otro resultado electoral al cual debemos prestar atención es el de México. El 1 de julio tendrán lugar las elecciones generales donde se elegirá no solo presidente sino también 128 senadores y 500 diputados. Dentro de los candidatos contendientes sobresale Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, antiguo militante del Partido de la Revolución Democrática, PRD, y 2 veces candidato presidencial, quien ha mantenido una ventaja en las encuestas de 7-10 puntos sobre los candidatos Ricardo Anaya Cortés del PAN y José Antonio Meade del PRI. De ganar AMLO, puede escoger un rumbo diferente al sostenido por gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en materia de política exterior. Los nombrados han sido contrarios a los movimientos del llamado “socialismo del siglo XXl”, liderado por el fallecido Hugo Chávez.

El balance de poder en las relaciones internacionales de Latinoamérica tendría un ligero cambio si gana AMLO en México que podría acentuarse fuertemente de ganar Gustavo Petro en Colombia. Estaríamos entonces ante dos países con potenciales políticos, económicos y sociales de tendencia socialista.

No importando quien gane en Colombia, siempre tendrá que afrontar situaciones como el narcotráfico, consecuencias del Acuerdo de Paz, crimen organizado, o el endémico mundial de la corrupción. En México, su alterada relación con el vecino del norte, narcotráfico, corrupción y la difícil situación presentada por el ingreso incesante de migrantes ilegales con rumbo al elusivo sueño americano.

Junio y julio deben estar presentes en nuestras estimaciones estratégicas. Los resultados electorales en las dos naciones amigas no deben encontrarnos sin las alternativas necesarias para desarrollar una política exterior de acuerdo a nuestros intereses nacionales permanentes.