La nueva Tasa Municipal

Los anunciados posibles aumentos a la tasa vehicular municipal en Tegucigalpa, no se basan en el período electoral de cuatro años, porque hayan sido reelegidos sus funcionarios, o porque ya estuvieron en sus cargos y en años anteriores no realizaron modificaciones a las cargas tributarias.
Un aumento a las actuales tasas implica un cambio de legislación, deber indelegable del Poder Legislativo, que en el caso particular de una alcaldía, le permite modificar todo su Plan de Arbitrios cada quinquenio, lo cual quiere decir que cada cinco años pueden hacerlo basados en ley, legalmente; el público contribuyente, tiene a su favor la herramienta de la información autorizada, porque no se trata solamente de imponer un impuesto nuevo, debe de haber participación ciudadana, bajo una consulta previa, libre e informada.

Esto es en lo legal, los derechos del ciudadano, como humano que es, los derechos son irrenunciables, son inherentes a la persona, como lo son los deberes; así, es deber de la alcaldía recoger la basura diariamente, cobran por ello y ya ni siquiera tienen horario estos colectores por donde el suscrito vive, por lo que se ha armado un botadero insalubre donde dos colonias están arrojando todo tipo de desechos al aire libre y pasan por ella… ¡cuando quieren! A pesar de que cobran por ese servicio y aún piden contribuciones y las pascuas los pobres empleados “salario mínimo” que andan en eso, quebranta un contrato de servicios públicos.

La alcaldía también incumple el Código Laboral, puesto que no paga un salario legal y justo a sus barrenderos, con jornadas muy largas y sin salario mínimo. Por otro lado, comentaremos que se construyen obras para facilitar que los burócratas lleguen temprano a sus oficinas, pero no cambian sus horarios de entrada a laborar para no agobiar, en interminables colas vehiculares, a quienes trabajan en el sector privado de la economía y así hacer uso de las mismas vías en diferentes horarios. Pensar no es pecado y lo simple a veces no se ve porque está allí permanentemente.

Estimados lectores, transiten por Paseo al Picacho, como pasajeros, e intenten escribir algo o tomar un sorbo de agua de una botella, se darán cuenta, hasta llegar al centro de la ciudad, del estado real de esa vía, ejemplo de todas las viejas calles que no tienen un patronato afiliado al partido de gobierno para lograr que las mejoren.

Continúan incontrolables las inundaciones, a pesar de las fotografías publicitarias de trabajos en los ríos, y así podemos seguir contando aquí lo que todos saben, como inseguridad jurídica, ciudadana, ejercicio de la prostitución callejera, no impulso de nuevas fuentes de trabajo con un desempleo galopante… etc.

Ahora estamos escribiendo, reaccionando al globo sonda de aumentar en 75 al 100% la tasa vehicular, sin siquiera ponerse a pensar de dónde la clase media va a sacar semejante cantidad de dinero para cumplir con este agresivo impuesto nuevo, porque el que anda carro nuevo o reciente, gracias a Dios, goza de una economía saludable y no tendrá que pagar más, puesto que este arbitrio arbitrario no le contempla a él, como siempre, al perro más flaco se le pegan las pulgas y como falta mucho para el período electoral, confían que se nos olvide para esos días. Apelan a la memoria hondureña.
Volvamos a ser un Estado de Derecho, ¡no al abuso municipal!

Óscar Orlando Bonilla Landa Blanco
Paseo al Picacho, Tegucigalpa
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