Familias pobres dejan bahareque por vivienda social

SAN JUAN JICATUYO, San José de Colinas. Después de tantos años de tristezas y avatares, la vida le sonrió a la señora Ingrid Pineda. La aldeana madre soltera ahora tiene tres meses de residir en una de las 2,800 unidades de vivienda social que construyen las alcaldías de San José de Colinas y Arada.

Fueron tantos los años aciagos de duras penas y sinsabores habitando una precaria casucha de bahareque, que ahora la humilde mujer deja ver su alegría ante los visitantes de la embajada de la República de China Taiwán y medios de comunicación social que llegaron a conocer la mancomunidad de esfuerzos ente ambas alcaldías.

Unos metros después de su nueva casita, felizmente construida bajo la modalidad de Proyectos Ejecutados por la Comunidad (PEC), modelos autoconstructivos, contrasta una covacha de bahareque, cuyos propietarios también sueñan con residir en una vivienda social y más adelante funciona el plantel de la empresa Desarrollo de Arada y Colinas (Ardico).

El proyecto de vivienda social le fue mostrado en esta aldea al primer secretario de la embajada de Taiwán, Andrés Kan, en la nave industrial de la empresa por parte de los alcaldes de San José de Colinas y Arada, Amable de Jesús Hernández y Arnold Avelar.

La señora Ingrid Pineda ya tiene tres meses de residir en mejores condiciones en la vivienda que fue construida gracias al proyecto de las alcaldías de San José de Colinas y Arada, Santa Bárbara.

Ambas municipalidades invirtieron alrededor de 40 millones de lempiras en levantar la nave industrial o plantel de la empresa y la compra e instalación de maquinaria y equipo pesado, incluyendo una trituradora de grava, la planta de concreto, la máquina volteadora, la bloquera y tractores, cargadoras y volquetas.

Cercano a algunas montañas que parecieran acariciar las nubes con sus multicolores arboledas y al curso del caudaloso río Jicatuyo, el plantel de la empresa resuena de actividad laboral en la fabricación de bloques y partes prefabricadas de casas, que a un costo de 56 mil lempiras se erigen orgullosas como símbolo del ejemplar esfuerzo mancomunado.

“Es un proyecto para la fabricación de viviendas a familias de escasos recursos económicos y hemos traído aquí a la gente de la embajada de Taiwán, para presentarles el proyecto y consiste en una alianza estratégica de las alcaldías de San José de Colinas y Arada, que nos hemos unido para construir vivienda social”, precisó el alcalde de San José de Colinas, Amable de Jesús Hernández.

2,800 FAMILIAS

En covachas de bahareque, similar a la de la gráfica, habitan familias que sueñan con ser beneficiarias del proyecto de vivienda social.

“Tenemos varios tipos de vivienda social, la vivienda prefabricada como tal, con tecnología italiana y la vivienda tradicional hecha con bloque y la materia prima la traemos del río Jicatuyo que tiene bancos interminables de material y estamos dándole valor agregado al mismo, llegando a las familias de escasos recursos económicos”, detalló.

El jefe municipal colinense indicó que “vamos a beneficiar a 2,800 familias de los dos municipios. La meta es construir 2,800 viviendas, pero podemos financiar vivienda para otras familias que también quieran construir casas”.

Desde 2013 a la fecha, con el apoyo de Cepudo y el programa gubernamental Convivienda, han logrado construir 30 unidades casas y parte de la meta es que al 2025 no haya ninguna familia de ambos municipios viviendo en condiciones precarias.

Entre esas familias beneficiarias figura la de la señora Ingrid Pineda, quien junto a sus cuatro hijos ya lleva tres meses de enfrentarse a la vida por un futuro mejor, igual que la vida le ha sonreído gracias al proyecto de vivienda social que necesita cooperantes para contribuir a una mejor calidad de vida a más grupos familiares de San José de Colinas y Arada.

“Gracias a Dios y nuestros alcaldes ahora vivimos mejor que antes”, se alegra doña Ingrid Pineda junto a una hija en la puerta de su nueva y cómoda casita enclavada al influjo de las verdes montañas y el rumoroso paso del río Jicatuyo, que resguardan a esta gente noble y trabajadora.

Por: Luis Alonso Grádiz M
Fotos: Edwin Saldaña

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