Creatividad e innovación; nuevos parámetros de la educación (1/2)

Por Aldo Romero
Periodista y catedrático universitario

Cuando la educación de un país se estanca o no satisface las exigencias de las nuevas tendencias profesionales es porque su modelo educativo está desfasado y fuera de contexto, lo preocupante es que a pesar de este desfase, los responsables de la calidad educativa sigan aferrándose a esquemas de enseñanza teóricos, obsoletos, mecánicos o repetitivos, que en la práctica carecen de resultados.

Los modelos educativos concentran las diferentes teorías y enfoques pedagógicos utilizados en los programas de estudio para ser aplicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, y si bien son esquemas a menudo rígidos en su estructura, estos deben estar abiertos a revisión y reformas constantes para estar acorde con los cambios tecnológicos.

Para enfrentar los nuevos retos en esta era global, se requiere de sistemas de enseñanza demostrativos, basados en la adquisición de competencias y habilidades que instruyan a los estudiantes, sobre cómo hacer frente a determinadas circunstancias de la realidad profesional y personal, bajo este enfoque se concentran los nuevos desafíos de la educación mundial.

En Honduras hablar de la calidad de la educación es un debate permanente, particularmente porque el propio sistema educativo nacional carece de mecanismos científicos para someter a evaluación periódica los alcances de la enseñanza en los diferentes niveles y su impacto en el aprendizaje o el ausentismo de los estudiantes.

Si bien ya se establece que para que un sistema educativo logre posicionarse en los más altos estándares de calidad, debe fundamentarse al menos en cinco dimensiones esenciales (relevancia, pertinencia, equidad, eficacia y eficiencia), hay elementos como la creatividad y la innovación, que por exigencia global son fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En medio de un entorno matizado por el tradicionalismo en el aula de clase, enfocado exclusivamente en la difusión de contenidos, grandes dictados y vagas explicaciones, la creatividad y la innovación representan hoy, la alternativa única para garantizar la calidad del aprendizaje y favorecer el desarrollo de las capacidades de los estudiantes.

Las nuevas exigencias globales demandan de los países modelos educativos modernos que permitan un aprendizaje activo y consciente, que facilite en el alumno el desarrollo de sus propias habilidades cognitivas para aprender, es decir, que sea capaz de recibir información, procesarla, interpretarla, guardarla en su mente y aplicarla, contrario a la escuela tradicional en la que el sujeto activo es el docente.

¿Está desfasado el modelo educativo actual? A todas luces la respuesta es que sí, y los cambios se hacen urgentes, en el contexto socioeconómico del país la educación debe convertirse en la base para la transformación de las sociedades presentes y futuras, para esto ya no son suficientes las propuestas superficiales de reforma en un esquema desactualizado, se necesitan cambios radicales desde el nivel prebásico hasta el propio sistema de educación superior en cuanto a propósitos de formación, nuevas metodologías de enseñanza, reforma curricular y compromiso docente.

En un mundo cambiante, la educación no puede darse el lujo de estar a la zaga, las escuelas, colegios y universidades, deben enfocar sus planes de estudio en el fortalecimiento de la ciencia, el fomento de la creatividad y la innovación, el manejo de los datos, la información y la cultura del emprendimiento entre otras exigencias actuales.

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