Cinco razones para comer frijoles al menos una vez a la semana… y un dato curioso

Cuando los colonizadores llegaron a América tuvieron la oportunidad de conocer frutas y verduras que en Europa no se cultivaban e introdujeron en su alimentación muchos cultivos autóctonos, entre ellos, los frijoles.

Esta leguminosas se caracterizan por sus altos niveles de proteínas e hidratos de carbono complejos como así también por las fibras, vitaminas y minerales. Pueden consumirse frescos o secos pero siempre cocidos. Y se aconseja remojarlos antes.

Constituyen una buena fuente de vitaminas C, B1, B3, y B9; y provee una cantidad interesante de hierro, calcio, potasio, manganeso, magnesio y zinc.

Entre los beneficios que los frijoles aportan están: ayudar a regular el nivel de azúcar en la sangre, una buena fuente de fibra, mejorar la salud del corazón, reducir la deficiencia de hierro, ayudar a prevenir el cáncer, aumentar las enzimas, una buena fuente de proteínas, prevenir defectos de nacimiento, y son un alimento bajo en grasas.

¿Cuántas veces a la semana comes frijoles?

Si la respuesta es más de dos veces a la semana, entonces estás almacenando nutrientes, vitaminas y minerales para combatir muchas enfermedades, pero si la respuesta es no, deberías incorporar estas legumbres nutritivas y saludables a tu dieta, al menos una vez a la semana.

¿En qué consisten los beneficios de los frijoles? Son muchos, aquí tienes 5 de ellos:

1) Diabetes: Varios estudios asocian el consumo regular de estas leguminosas con el logro de controlar mejor la diabetes porque ayudan a equilibrar los niveles de azúcar en la sangre.

2) Cáncer de colon: Los antioxidantes de los frijoles pueden funcionar como un “antídoto” para prevenir el cáncer colorectal. Asimismo, tiene incidencia sobre los tumores intestinales. Según un estudio llevado a cabo en Sudáfrica, las personas que consumen frijoles reducen casi en un 65% las probabilidades de desarrollar tumores intestinales.

3) Combaten la anemia: Los frijoles son ricos en hierro, por ejemplo, media taza de lentejas cocidas contiene 3,3 mg de hierro.

4) Favorece el desarrollo de los fetos: Los frijoles son una excelente fuente de folato, es decir, de vitamina B9 y participan en la producción de todas las células del cuerpo, incluso de los glóbulos rojos. Esta vitamina participa en la producción del material genético, del funcionamiento del sistema nervioso y del sistema inmunitario. También ayuda en la cicatrización de heridas y llagas.

5) Favorecen la flora intestinal: Algunos glúcidos presentes en los frijoles, como los oligosacáridos o el almidón resistente, tienen efectos benéficos para la salud intestinal.

Los oligosacáridos, son glúcidos que provocan flatulencias en personas poco habituadas a consumir leguminosas. El almidón resistente constituye una parte del almidón total de los frijoles secos y cocidos. Al igual que las fibras alimentarias, puede resistir la digestión y evita de esta manera ser absorbido por completo por el intestino delgado. Y estos compuestos favorecen el desarrollo de bacterias intestinales benéficas y ayudar a limitar las perjudiciales.

Y el dato curioso viene de Wikipedia:

Los frijoles domesticados más antiguos de América se encontraron en la Cueva de Guitarrero, un sitio arqueológico en Perú, y datan del segundo milenio aC.