Un verdadero hondureño no se queja, exige

La queja es pasiva, es igual que gritarle al cielo para que llueve. No trato de marcar lo malo, pero si mostrar en que podemos cambiar. Ser hondureño es fácil, lo único que tenes que hacer es procurar nacer en territorio de de Honduras, pero ser HONDUREÑO  (con toda las mayúsculas incluidas y las negritas) cuesta un poco más.

Tenemos la costumbre de la «queja», pero ¿que estamos haciendo al respecto?  Nada, y ese es el problema y la diferencia entre queja y exigir, una se pierde en el aire y la otra es hacer algo al respecto.

Hay un bache en la calle, no quejarse del alcalde o de las empresas, llamar a las autoridades adecuadas para hacer algo, y si eres un santo irás a taparlo.

Tienes un jefe «especial», no te quejes con tus otros compañeros porque eso muestra tu mentalidad como trabajador, solo haz tu trabajo y da lo mejor de vos.

El exigir es un derecho, pero hay que tener cuidado de cómo y que exigimos porque siempre hay un precio que pagar.

Exijamos:

  • Exijamos una mejor educación cuando le enseñemos a nuestros hijos a ser educados.
  • Exijamos buenas calles cuando no botemos basura en ellas.
  • Exijamos cero corrupción cuando seamos honestos en nuestro trabajo.
  • Exijamos seguridad cuando eduquemos a nuestros hijos a seguir las leyes.
  • Exijamos más trabajo cuando uno emprenda y aunque no sea

No nos quejemos de Honduras, porque igual, quejando no vas hacer nada. Exijamos, si, pero primero exijamos ser mejores en todo lo que hagamos.

Hondureño seguí haciendo un buen trabajo.