El mundo interior de Clementina Suárez a través de los elementos existenciales en su poesía

Melissa Merlo
Conferencia para la Fundación Clementina Suárez. Alianza Francesa.
Tegucigalpa, mayo 2018.

Cuando Jean Paul Sartre le escribía una de las primeras cartas de amor a Simone de Beauvoir, él en sus 24 y ella en sus 21, entre otras cosas le decía: “Estoy dominando mi amor por ti y tornándolo hacia adentro en un elemento constitutivo de mi ser. Esto sucede mucho más seguido de lo que lo admito ante ti, pero rara vez cuando te escribo. Intenta entenderme: te amo mientras pongo atención a las cosas externas” Sartre expresaba en estos fragmentos, sus principios existencialistas, que en el lenguaje escrito tomaban forma tangible y cobraban vida, que denotaban el conocimiento de sí mismo y lo expresaban de forma simple y armoniosa, quizá dudando, en ese momento, de la capacidad intelectual de su amada Simone.

No pretendo aquí esbozar un basamento teórico filosófico, sino más bien retomar ciertos elementos del existencialismo expuestos por Sartre, principalmente en su obra El existencialismo es un humanismo (1946), para luego contrastarlos con la poesía de la gran poeta hondureña Clementina Suárez, protagonista de este escrito.

Comenzaré entonces por determinar el concepto sartreano de existencialismo que he utilizado para este estudio: “Entendemos por existencialismo una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana” (Torres, p.8). Lo que me interesa de ese concepto es que me permite ver las implicaciones existenciales de la vida humana en la subjetividad humana, que es precisamente la dimensión de Clementina Suárez que pretendo contrastar.

En ese sentido decidí tomar los poemas contenidos en su producción: Creciendo con la hierba (1957), ya que la madurez literaria que Suárez manifiesta en esta obra es atrayente, rebosante y de profundo impacto.

Según Navarro (2009), estudioso y practicante de ejercicios literarios existenciales en narrativa y poesía, apunta que dos de los elementos que resalta en los principios de Sartre es lo subjetivo y lo emocional, definidos con un estilo europeo de profundidad de conocimiento manifestado en versos sublimes y complicados en sus metáforas.

En este sentido, que podría ser el más impactante en la poesía de Clementina Suárez, lo subjetivo y lo emocional se muestran con un par de versos a los que yo llamaría introductorios, reflejos de la realidad, seguidos por un conjunto de versos que desnudan su interior. Tal es el caso del poema primero en Creciendo con la hierba que dice:

Pudo ser.
Pero estaba la espina,
eterna enemiga de la rosa.
Y sola, sin orillas,
la perdida corola de mi sueño.

Y fue.
En aquel pliegue triste
de mi sangre
donde pálida quedó la sonrisa
que se hizo hielo
sobre su pecho ausente.

Obediente la rosa a su destino,
tuvo que ir mostrando
el candor de su rostro.

Te quemará el amor los huesos.
¡Niña del aire!
¡Paloma del amanecer!
Ya que solo en la sangre despierta
Estará el germen creador definido.

Pudo ser / ero estaba la espina, / eterna enemiga de la rosa, son los versos emocionales que introducen lo subjetivo, ya que el binomio rosa – espina, significarán siempre que para alcanzar lo considerado bueno, hay que pasar por las vicisitudes de la vida, o por los problemas que esta presenta. Entonces Suárez pasa de la fuerza real y antagónica de la rosa y la espina, a la fuerza subjetiva del verso Te quemará el amor los huesos (…) ya que solo en la sangre despierta / estará el germen creador definido. En donde la sangre, su sangre, representa la vida misma, la vida que carga su propia fuerza creadora, pero no es solo la sangre que fluye y da vida, es la sangre despierta, la sangre que vibra, que toma decisiones, que transforma, y que con la introducción de la palabra germen cierra el poema dejándolo en el mismo inicio de la vida. Solo en la sangre que vibra, que transforma, solo en ella, estará presente el germen que da vida, el germen como semilla latente de la existencia misma, el germen creador de todo, casi como un Dios. Y así se manifiesta en ese poema una preocupación por la existencia humana y que pretende dar respuesta a los problemas que le atañen como ente viviente y razonador.

Otros de los elementos existencialistas sartreanos que cobran vida en la poesía de Clementina Suárez, son la angustia, que en algunos momentos se entrelaza con el de la frustración, y el desamparo. Para Sartre la angustia como sentimiento, si es que acaso podría pertenecer a otro grupo de elementos, es el sentimiento de mayor importancia que inunda el existencialismo, ya que para él la angustia es casi la esencia de la que el ser humano esta formado. La angustia se puede convertir en un estado permanente del ser, a diferencia del miedo que aparece en situaciones específicas, ante un peligro, por ejemplo. Sartre define la angustia como el miedo a uno mismo, miedo permanente al producto de nuestras decisiones.

La poesía de Suárez, en su cara más íntima, en su mundo interior poético, que define mucho su mundo interior de mujer, manifiesta la angustia de una forma muy singular, sin dar paso a que el lector común comprenda a primera vista la angustia sumergida en sus versos. Ese es trabajo para el lector escudriñador, ese que se repite el verso casi contando las palabras y que luego se da cuenta que en esas palabras está contenido un mundo de angustia. La toma de conciencia de que somos seres que podemos procurarnos la libertad, que podemos forjar nuestro destino y no esperarlo, es el principal motivo de angustia. Veamos un fragmento del poema IV de Creciendo con la hierba.

Despacio,
que está madurándose
la criatura de espuma
que se queja en mi entraña.

Copo a copo
voy cubriendo
de alta atmósfera
lo que vivirá,
aún detrás de la muerte.

La urgencia de mi paso
es un símbolo
–nada es mío–
una flecha me curva
dentro de tu amor.

¿No sientes deshojarse
pétalos dentro de mis sienes?
¿No sientes que mis manos
te adelantan la rosa,
el aroma y el tacto?

Y que mi sueño
es una arteria abierta
que calcina al gusano.
Y que precisas otro nombre
para encontrarte
con la sonrisa
de tu primera niñez.

…que está madurándose / la criatura de espuma / que se queja en mi entraña… aquí Suárez hace una referencia emocional y doloroso al surgimiento de una vida, que no necesariamente alude a un embarazo en su vientre, sino a un ser, que puede ser ella misma, o un otro yo de sí misma que puja por crecer, pero con la angustia de no saber si verá la vida, si tendrá un espacio en ese futuro que casi está al alcance de la mano. …Más adelante en el poema, encontramos: …La urgencia de mi paso / es un símbolo / –nada es mío– / una flecha me curva / dentro de tu amor… se manifiesta aquí la angustia del no ser, del no pertenecer, del no ser parte de otro, o de otra, o de un amor. La angustia vital de pronunciar “nada es mío” hace que el poema de un giro a la muerte, que en versos anteriores lo manifiesta con el deshoje de la rosa, imagen de vida, amor y angustia, recurrente en la poesía de Clementina Suárez. Cuando la poeta enlaza sus versos con la imagen de la rosa, vuelve dulce y tibio lo perverso y lo frío.

Versos impactantes, manifiestos de la angustia de la que hablamos son los que dicen: …Y que precisas otro nombre / para encontrarte / con la sonrisa / de tu primera niñez… estos versos nos permiten entrar en una paradoja que nace tratando de representar lo absoluto del ser y su transición por una vida que lo convierte en otro, que lo hace abandonar lo sublime de la vida en libertad por una vida amarrada a lo cotidiano, a lo que ahora llamamos necesario, que también podría llamarse entre comillas: civilización. La angustia del ser cambiante, esa que acompaña siempre al ser humano, permite ver en estos versos el consejo de la poeta al reconocer el olvido como un puente de vuelta a nuestro ser primario, incontaminado, puro, a nuestro mundo interior en donde se aletargan los recuerdos y los deseos de libertad. Y en este sentido podríamos pasar de Sartre a Kierkegaard y el planteamiento complejo de la particularidad del individuo frente a lo absoluto, elementos existencialistas que Suárez maneja también en su poesía, pero eso ya sería tema para otro estudio.

En cuanto al desamparo como elemento existencial en la literatura y en la vida misma, Sartre lo define como un sentimiento que es consecuencia de la soledad extrema en la que el ser humano se encuentra en el momento crucial de tomar una decisión. El hecho de elegir, de tener opciones y definir cuál tomaremos, provoca un estado de desamparo tal que hasta se vuelve doloroso. Hasta elegir no elegir, es una elección difícil. No existe excusa alguna para evadir la elección, hasta encontrar una excusa para no elegir, es una elección. El desamparo es un elemento existencialista que podemos encontrar en Suárez, por ejemplo, en este fragmento del poema V de Creciendo con la hierba:

Cuántas veces
he estado
de ti separada,
dormida
en tu mejor agua.
Intacta detrás de ti,
contigo en la ausencia
.

Y mi voz,
la que nunca antes oyera,
te hablaba
de cosas interpuestas
que mis quebrantados ojos
nunca vieron.

Y desde entonces
estuve segura
de que vendría un día
en que viéndome a los ojos
encontrarás en mis pupilas
una flor enloquecida.

Es de hacer destacar que, aunque existen elementos existencialistas que denotan en una medida justa diría yo, el desamparado en la poesía de Suárez, sus poemas que llevan esta carga semántica y existencial, suelen terminar con un halo de esperanza o con una frase de consejo. Aunque de hecho en la poesía temprana de Clementina Suárez se perciben más estos elementos, que en la que nos ocupa en este momento.

Si nos detenemos en los primeros versos del poema recién leído: …Cuántas veces he estado de ti separada, dormida en tu mejor agua. / Intacta detrás de ti, / contigo en la ausencia… estamos frente a una trampa del desamparo, a la que Navarro llamaba “elección” y de la cuál hemos estado hablando. No es una trampa cualquiera, es una trampa producto de las elecciones, y la poeta se asume en un reclamo producto de su elección, cuántas veces dice… contigo en la ausencia… esta imagen tan bella como contradictoria, lleva una fuerte carga de desamparo, contigo en la ausencia, remarca la presencia de uno ante la falta del otro, producto de las elecciones hechas.

Paradójicamente la mayor condena y a la vez la mayor absolución del ser humano es la libertad, y precisamente es ella la que provoca tanto angustia como desamparo. Veamos este fragmento del poema VII de Creciendo con la hierba:

Amigo, tal vez digas:
tu corazón, para quererme,
no está en tu sitio.

Es más ancho,
más puerto,
más alba sin frontera.

Oyendo está la queja
de los hombres
y sus urgentes ansias
por ser libres
.

Hoy sabe que los hombres,
si sufren y trabajan
estrujados y agónicos,
es por tener su vida
y por amarla.

Todo esto lo comprendo
con más suave cariño,
haciendo más pequeño
mi cuerpo en tu recuerdo.

Pero si no has podido llegar
y el paso de tu estrella
Está indeciso.

El desamparo desde el existencialismo en este poema está definido por la forma en que la poeta coloca los versos, con ritmo un tanto sorjuaniano, en donde la autora pone en boca de su interlocutor, los deseos y pensamientos de su propio corazón en cuanto a la indecisión. En realidad, es un poema de corte existencialista, disfrazado magistralmente como un poema de amor. La poeta expresa: …Amigo, tal vez digas: / tu corazón, para quererme, / no está en tu sitio… en su afán de exponer que sus ideales van más allá de un amor carnal, de una vida dedicada, o de una vida simple. Y agrega: …Oyendo está la queja / de los hombres / y sus urgentes ansias / por ser libres… introduce aquí, explícitamente el deseo de libertad del ser humano, precedido por el deseo de buscarla, pero sin llevar a cabo acciones concretas para ello. Es así que la poeta marca el deseo de libertad, pero también el desamparo de que este deseo, se concreta a las ansias de presentirla, no necesariamente de ir por ella y conquistarla. Seguidamente tira unos versos lapidarios, pero si no has podido llegar (o sea llegar a la libertad) el paso de tu estrella / está indeciso. Dejando así, con estos versos, un marcado desamparo, un vaivén en el mundo de las decisiones, y aun más lejana la conquista de la libertad.

En varios poemas se entrelazan estos elementos existenciales de la angustia y el desamparo, y ellos también surge un tercer elemento existencialista, la desesperación. Cuando escuchamos a la poeta Clementina Suárez en las entrevistas que dejó grabadas y escritas, vemos una mujer muy segura de sí misma, conquistadora de muchos espacios físicos y emocionales, pero soy de la convicción de que los escritores, principalmente en las entrevistas y en las autobiografías, manejan la información a su antojo, modifican fechas, lugares, amores, y es más, se divierten haciéndolo, pensando con una sonrisa entre dientes, en los conflictos que causarán en los investigadores futuros, sobre hechos digamos ligeramente tergiversados, y que los futuros lectores, muchas veces, dan por ciertos. Es así pues que la crítica y los investigadores literarios en nuestra región, deben ser más acuciosos, e ir más allá de lo que la abundante creatividad del que tiene el oficio de escritor, pueda asegurar.

Pero volvamos al elemento de la desesperación, al que Sartre miraba desde la voluntad del ser humano y su capacidad de realización. La desesperación se enlaza con la búsqueda de la realización, que depende en realidad de la voluntad que cada persona tenga, pero que al mismo tiempo está rodeada de imprevistos que detienen el proceso de realización, y es ahí en donde la desesperación encuentra un espacio para gestarse. Veamos este fragmento del poema VII de Creciendo con la hierba:

No puedes esperar
a que te coman
los ojos
las hormigas.

Cómo dormir
en los vacíos lechos
cuando hay una queja
y un abierto costado
que reclama la sangre.

Naciendo estoy,
visiblemente,
y trepándome van criaturas
ángeles y semillas.

Con el verso inicial de este fragmento, vemos que este elemento existencialista que discutimos se hace presente, y la poeta dice no puedes esperar, incitando a actuar, a moverse, a no permitir que la vida nos engulla sin hacer nada. Es el equivalente a “desespérate” “has algo”. Podemos ver que los elementos existencialistas traspasan su mundo interior y se vuelven una especie de consejo, casi una máxima de conducta para los demás. La fuerza de sus versos es ineludible cuando dice: naciendo estoy (…) y trepándome van criaturas / ángeles y semillas. Y es en esos versos en donde encuentro una total convergencia de los tres elementos que hoy hemos puesto sobre la mesa, la angustia, el desamparo y la desesperación, pero que también encierran la fuerza de la poeta misma, como mujer, como ser humano que se renueva así mismo no importando las condiciones que podrían sentenciarlo a una vida de desesperanza.

En el mundo interior de Clementina Suárez, a través de su poesía, podemos encontrar todos los rostros de la poeta, podemos encontrar la fuerza y el ímpetu denotado de ciertos elementos existencialistas que permearon su vida intensa y que fueron el germen de muchos de sus pensamientos e ideales. Sin embargo, Clementina Suárez también es una poeta de la libertad, otro elemento existencialista, al que Sartre relacionaba con la idea de Dios y el ateísmo, pero ese será tema para otro estudio, ya que la libertad en Clementina Suárez amerita mucho más que unas cuántas páginas.

Referencias bibliográficas básicas

Suárez, C. (2013) Poesía Completa. Editorial Universitaria UNAH. Tegucigalpa.

D’Angelo, O. (2015). Hoy te amo en una tarde de verano. Carta de Jean Paul Sartré a Simone de Beauvoir. Disponible en: https://digopalabratxt.com/2015/01/09/hoy-te-amo-en-una-tarde-de-verano-carta-de-jean-paul-sartre-a-simone-de-beauvoir/

Navarro, A. M. (2009) El existencialismo filosófico como praxis literaria en la obra de Renato Rodríguez. Revista ALPHA. No 28 Julio (68-86)

Sartre, J. P. (1946) citado en Morales, C. (2014). Existencialismo Sartreano. Disponible en: http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lte/morales_r_a/capitulo1.pdf

Echegoyen Olleta, J. (s.f.) Historia de la Filosofía. Volumen 3: Filosofía Contemporánea. Editorial Edinumen. Disponible en: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiacontemporanea/Sartre/Sartre-Angustia.htm