Chao pescao

Por José María Leiva Leiva

Como todos sabemos, Ricardo Montaner, es un cantautor argentino-venezolano. Sus apuntes biográficos señalan que a partir del año 2004 se convirtió al cristianismo evangélico durante una visita al Hospital Pereira Rossell de la ciudad de Montevideo, lugar en el que conoció a un niño enfermo que lo influyó en su cambio de fe. De acuerdo con el sitio https://verdadyvida.org/, en marzo de 2015, Montaner lanza “Chao pescado” en YouTube, bajo la dirección de la cineasta Marlene Rodríguez y la música de Mau Montaner.

Se trata, de 15 cápsulas de pensamientos y reflexiones personales de dos a tres minutos de duración, que promueven la meditación de la palabra de Dios, utilizando para tal efecto, dinámicas ágiles, y hermosas animaciones a cargo de Melisa Arbeláez, en las que se escucha la inconfundible voz de este trovador universal, más no su imagen.

“Con Chao pescao -como medicina al alma, o como vitamina al espíritu-, podré tocar el corazón de mucha gente que piensa que para creer en Dios hay que tener altos conocimientos de la palabra y que la fe es un club para muy pocos”, dice Ricardo Montaner, que graba temas como la felicidad, la vida y el amor que descansan en títulos como “Jesús murió por nosotros”; “El significado de la cruz”; “La fe, un modo de vida”; “Diferentes” y “Más me das, más te creo”.

Reflexión esta última “que ahonda en la necesidad de ejercitar una fe inquebrantable, que trascienda los deseos del corazón humano y se rinda a la completa soberanía de Dios, evidenciando así, el amor hacia el padre y la plena confianza en su perfecta voluntad”. De su conjunto, comparto uno, “Diferentes”. Y dice: “Diferentes somos y así debemos seguir siendo… diferentes”.

“Dios nos creó y nos hizo a su imagen y semejanza, pero, nos dio nuestro propio control remoto que es el libre albedrío. Eso nos da independencia y libertad. Por otro lado, los derechos humanos nos dieron la libertad de pensar igual o distinto a los demás y también la libertad de decir lo que pensamos, siempre y cuando en mi libre expresión yo no atente en tu contra, puedo pensar, sentir, decir y actuar en base a esa libertad”.

“Hay temas que pareciera no se pueden tocar en familia o entre amigos. Hay temas que dividen, la política por ejemplo, enoja a la gente. El que no piense como yo, entonces es mi enemigo. El que uno piense de un color y otro piense de otro es motivo para creer que no cabemos en un mismo recinto, en un mismo país, o en el mismo planeta. Por diferencias en las creencias religiosas se persigue… y se mata. Cuando Dios mismo es el primero que dice “No matarás”.

¿Qué nos cuesta vivir en un mismo país? Armónicamente y con individualidades que nos hacen diferentes. ¿Cuál es el problema? ¿En dónde está el problema? Dios nos manda a amarnos los unos a los otros. Dios nos ama con todas nuestras ideas. Es más, Dios nos ama con todos nuestros pecados, aunque no esté de acuerdo con ellos”.

“Amar a tu hermano es respetarlo y quererlo, aunque no estés de acuerdo con él, ni pienses como él. En tiempos difíciles rescata lo mejor de tu prójimo y te sentirás menos solo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Chao pescao”. Me permito completar esta cápsula de Montaner con dos pensamientos anónimos: “Somos sembradores conscientes, y repartimos millones de semillas por allí donde pasamos. Debemos escoger las mejores para recibir la cosecha justa y tener siempre motivos para agradecer”.

“Quién siembra árboles, cosecha alimentos. Quién planta flores, cosecha perfumes. Quién siembra trigo, cosecha pan. Quién planta amor, cosecha amistad. Quién siembra alegría, cosecha felicidad. Quién planta vida, cosecha milagros. Quién siembra verdad, cosecha confianza. Quién siembra fe, cosecha certezas. Quién siembra cariño, cosecha gratitud. Aunque existen personas que prefieren sembrar tristeza y cosechan amargura, otras siembran discordia y cosechan soledad… No es el momento de cosechar elementos negativos, es el momento de crecer, amar y plantar las semillas del amor para recibir los frutos del árbol de la vida”.

Finalmente, aprendí: “Que la tolerancia y el respeto son la base de una buena convivencia. Que nunca es tarde para decir lo siento y pedir perdón. Que podemos aprender de los demás sin importar su raza ni credo, todos tenemos algo para aportar a los demás. Que el amor rompe fronteras y sin él, el mundo no tiene sentido. Que se necesita mucho amor, inteligencia y paciencia para convivir con alguien. Que pedir ayuda a veces es necesario y hay que sacar fuerza y valor para hacerlo. Y que las cosas que duelen, siempre dejan una enseñanza y tienes que aprender de ellas”. Chao pescao.