En cien años, hondureños conservan cinco por ciento del léxico del vestido

La forma de hablar de los individuos puede cambiar de lugar a lugar (nivel diatópico), de estrato a estrato (nivel diastrático ), de modo a modo ( nivel diafásico) o de tiempo a tiempo (diacrónico). Esto se evidencia al mantener una conversación con algún abuelo o bisabuelo, al que no se le entienden algunas palabras cuando habla, de la misma manera que él tampoco entenderá muchas de las que el nieto diga. Estos cambios se van registrando en los diccionarios o en los diferentes trabajos lexicográficos que se van haciendo a través del tiempo en una lengua, en un lugar determinado, y si se quiere con una población específica.

En 1899, Alberto Membreño hizo muy rudimentariamente y con mucho esfuerzo el Diccionario de Hondureñismos, dicho diccionario recogía aquellas palabras del habla hondureña que no se usasen en otro sitio con el mismo significado. Durante más de cien años, ha sido su diccionario un tesoro para el español hablado en Honduras, para la lingüística hondureña y por supuesto para la lexicografía de nuestro país.

Dentro del mismo campo de la lexicografía en 2013 el licenciado Julio Ventura realizó con el apoyo de un gran equipo de trabajo, el Atlas Lingüístico Etnográfico de Honduras (ALEH) que recoge las diferentes maneras de llamar a un mismo objeto, hecho, acción, situación o Estado en los 18 departamentos de Honduras. Es decir, que es de alguna manera el nuevo corpus de hondureñismos. No olvidando la publicación del Diccionario de Hondureñismo de Carlos Cortés.

En un estudio comparativo se quiso determinar cuántas de las entradas en el campo léxico del vestido (toda palabra relacionada con la vestimenta: camisa, pantalón, vestirse, desnudo) habían sobrevivido a los más de cien años que han pasado entre ambos estudios lexicográficos. Se tomaron las más de ciento veinte palabras correspondientes a este campo en el ALEH y se buscó una por una en el Diccionario de Hondureñismos de Alberto Membreño, tomando nota de las que aparecían con el mismo significado, las que aparecían con distinto significado y las que no aparecían.

Solamente cinco por ciento de las palabras recogidas por Alberto Membreño fueron registradas en el trabajo de Ventura, es decir, que evidencia un cambio drástico en la forma de hablar del hondureño en el último siglo, ya sea en los ambientes rurales o urbanos. Solamente un uno por ciento de las palabras fueron encontradas con un cambio de significado, hecho que es natural en el desarrollo de las lenguas y las hablas específicas de los pueblos.

Cabe decir que mientras del trabajo de Ventura recogía palabras estándar en el uso de la lengua el trabajo de Membreño no, es evidente que eso afecta las cifras, sin embargo no deja de ser un reflejo de cómo en los últimos cien años la lengua hondureña ha cambiado.

La comparación no solamente se hizo con el español de hace cien años, también se comparó con el Diccionario de Americanismos, que es diseñado por la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), y recoge las palabras que tienen un significado especial en los diferentes países en los que se habla español en América. En la próxima entrega se hablará sobre estos resultados.

Un veintisiete por ciento de las palabras que se usa en Honduras para en el campo léxico del vestido, también se usa en el resto de América con idéntico significado, es decir que se comparte más de un cuarto del total de las palabras. Un treintaisiete por ciento de las palabras se usa pero tienen otro significado. Puede ser que el cambio de significado se lo haya dado el habla hondureña o cualquiera de los otros dialectos. Un treinta y seis por ciento de las palabras del ALEH relacionadas con el vestido no aparecen en el Diccionario de Americanismos. Este último hecho se da porque alguna de las palabras recogidas por Ventura son estándar, es decir, tienen igual significado para cualquier hablante de la lengua española.

En tercera instancia de comparó el ALEH con el Diccionario de la Lengua Española, dicha comparación tenía como objetivo determinar cuántas de las palabras usadas por los hondureños para referirse a la vestimenta pertenecen al uso general o estándar de la lengua, que son las palabras que registra el Diccionario de la Lengua Española.

Un cuarentaiuno por ciento de las palabras usadas por los hondureños para referirse a la vestimenta está registrada en el DLE, esto refleja que la mayoría de palabras que se usa en dicho campo pertenecen al habla estándar o (importante decirlo) ha sido registrada como regionalismo. Esto último es muy importante ya que muestra la nueva visión de la Real Academia Española, de describir lo que pasa con la lengua, más que imponer formas. Hay un veintiséis por ciento de las palabras registradas por Ventura que aparecen pero con otro u otros significados. Hay un giro semántico. Posiblemente son palabras estándar que cambiaron su significado en Honduras por diferentes causas. Hay un treintaitrés por ciento de palabras del ALEH que no aparecen en el DLE. Estas no se han registrado sin embargo, pueden serlo sin ningún problema en el futuro. Estas palabras muy posiblemente son invención hondureña, igual que los significados de las que aparecen, pero con coinciden con los significados del ALEH.

Los datos arrojados por la comparación dejan ver con claridad que el habla de una comunidad lingüística es incontenible en sus cambios, en este caso Honduras muestra como en cien años la forma de referirse a varios elementos ha variado de gran manera. Honduras en una región que se encuentra en transición, queda para posteriores estudios comprobar si la causa el cambio se halla en que así como las personas han migrado en este último siglo, han cambiado su forma de hablar y la de sus hijos y nietos.

En cuanto a la relación con los demás países de América, se sabe que se comparte una lengua y una historia prehispánica, colonial y de independencia, por lo que no resulta extraño que se compartan formas de hablar, asignaciones que se le da a las cosas. Claro está, la diferencia la marca es que cada país ha dado también su toque específico a las palabras, con su historia, con su creatividad, eso es lo que lleva a encontrarse con cambios de significado, con palabras compartidas, con palabras nuevas en cada sitio.

Las palabras estándar que aparecen en el ALEH y en el DLE, son al fin y al cabo los que nos dan uno de los sentidos más profundos de unidad, aunque también lo hace la diversidad, ya lo dice el eslogan de la RAE “la unidad está en la diversidad”. Es un hecho muy importante tener registradas muchas palabras en DLE, es necesario ir eliminando la idea de que la RAE es un monstruo o maestro enojado que nos vigila para ver a en qué momento trasgredimos la lengua, nos equivocamos y nos castiga. La lengua no le pertenece a la RAE, la tarea es, sí conservarla, pero conservarla en su dinamismo, en sus cambios, describirla, para que todos sus hablantes la entiendan mejor. Por otra parte, las palabras que están pero con otro significado en tierras hondureñas son una muestras de ese dinamismo y la creatividad del hablante de estas tierras. Las palabras no registradas son una tarea importante para el presente y el futuro de la lexicografía hondureña, pues el camino mostrarle a toda la comunidad hispanoparlante nuestra forma de hablar, haciendo el proceso necesario para registrarlas. Es imprescindible que el pueblo hondureño conozca la lengua que habla, que sepa qué tal forma de hablar es tan válida como la de un argentino y la de un español.

Bibliografía

ASALE. (12 de Abril de 2015). www.asale.org. Obtenido de http://www.asale.org/recursos/diccionarios/damer
CRUZ, Edilberto, Aspectos generales de la lexicografía, Tomo LIV, Num. 2, 1999, Instituto Caro y Cuervo.
MEMBREÑO, Alberto, hondureñismos, Tegucigalpa, 1982 3era edición, Edi. Guaymuras.
Real Academia Española. (12 de Abril de 2015 ). dle. rae.es. Obtenido de http://dle.rae.es/
VENTURA, Julio, Atlas Lingüístico Etnográfico de Honduras (Léxico), Tegucigalpa 2013, Editorial Universitaria.