Cáncer le “roba” esposo y lluvia destruye su casa

A las 7:00 de la mañana ya se le puede encontrar vendiendo comida frente al Hospital Escuela Universitario (HEU), trabajo por el que percibe apenas 200 lempiras diarios (seis mil al mes). Este dinero lo ocupa literalmente para salvar la vida de sus cuatro hijos y la suya.

Vanessa Ávila es una desconsolada madre de dos mellizas de 18 meses, una niña de 8 años y un varón de 17, a quien la vida le ha puesto de rodillas, tras perder físicamente a su pareja de hogar y quedarse sin casa.

Primero fue el poder de la naturaleza el que se encargó de destruir su vivienda de adobe ubicada en la colonia Los Pinos, en Tegucigalpa. Luego, el cáncer le arrebató la vida a Óscar Geovanny Martínez, padre de sus gemelas. La única herencia que le dejó fue la vida de las dos menores, a quienes se les presenta un futuro precario, salvo un milagro.

A sus 36 años, la viuda se encuentra ante el reto más difícil de su vida: hacer el papel de madre y padre, llevar comida a la mesa y costear los gastos básicos que requiere cualquier bebé (en este caso dos), ya que afortunadamente por el momento recibe ayuda para el mantenimiento de sus dos vástagos mayores.

“Óscar (fallecido) es el padre de mis dos hijas de 18 meses, Ana Julieth y Karla Vanessa Ávila; antes de conocerlo a él, tuve dos hijos con mi expareja, quien actualmente se hace cargo de Vanessa Elizabeth, de ocho años, mientras que mi hijo Geovanny ya vive aparte”, explicó la desconsolada mamá.

DESPROTEGIDA

Ana Julieth y Karla Vanessa Ávila, de un año de edad, requieren de leche, ropa y pañales.

La vida no ha tenido clemencia con esta mujer, que solamente ha encontrado consuelo en el amor familiar, causa fundamental para que hoy no se encuentre en una situación más miserable, pues su hermana, Angélica Arelí, al igual que la tía de su fallecida pareja, le abrieron las puertas de su hogar para que no quedara en la calle.

Vanessa solo tiene cuatro corazones que la impulsan a no darse por vencida, pero sus fuerzas no alcanzan para obtener todo lo que necesita su familia para tener una vida mejor, frase que ha escuchado y leído últimamente, por lo que llena de fe y pide al gobierno del Presidente Juan Orlando Hernández, y particularmente al Despacho de la Primera Dama, le extiendan la mano para salir de las sombras. (JC)

SUPLICA LA VIUDA
LES PIDO QUE NOS AYUDEN

“Sé que existen varios programas sociales para personas que pasan situaciones como la mía, por eso le pido al gobierno y sobre todo a la Primera Dama, que sé, me sabrá entender como madre que es, analice mi situación y vea si existe alguna pequeña posibilidad para ayudarnos, no tanto a mí, sino a mis hijos…”.

SOLO QUEDÓ EL TERRENO

Según detalló la valerosa madre, el terreno donde se encontraba la casa que se les derrumbó le pertenece a ella y a sus hijos. Sin embargo, no cuenta con los requisitos o perfil laboral que las instituciones de crédito del país solicitan, inmisericordes, para otorgarle algún préstamo que viniera a desahogar la presión financiera con la que lidia día a día.

“En este momento no vivo en la calle porque, gracias a Dios, la familia nos ha dado a dónde dormir”, concluyó con dificultad en su voz la señora Ávila.