“Dudamos que una rebaja en los impuestos a los combustibles se vaya a traducir en una disminución en el precio de los productos de la canasta básica”.
Así lo sostuvo Adalid Irías, presidente de la Asociación para la Defensa de la Canasta Básica de Honduras (Adecabah), quien dijo además que cada vez que se registran rebajas significativas en los carburantes, nunca se trasladan al consumidor final.
Eso se da pese a que nosotros ejecutamos las presiones pertinentes, dijo.
Los transportistas piden rebajar 20 lempiras al tributo por galón de combustibles que representan 7 mil millones de sacrificio fiscal.
Para el caso, recordó que en el 2015, cuando el barril de crudo tuvo un desplome sin precedentes, a 40 dólares y el galón de diésel llegó a valer 68 lempiras, esas rebajas no se trasladaron al consumidor final.
“No obstante, Adecabah exigió una revisión general de los productos de la canasta para que bajaran entre un 10 y 12%, eso nunca ocurrió”, expresó.
“Por eso dudamos que esas rebajas que están pidiendo los transportistas se vayan a traducir en abaratar la canasta básica”, señaló.
Reconoció que con esa propuesta de los transportistas los beneficiados serán los que tienen un automotor, como motocicleta o carro.
“Pero el 70% de la población que anda a pie o que utiliza servicio público no seremos beneficiados de esta rebaja por los antecedentes que han demostrado lo contrario”, afirmó.
Sugirió que si los transportistas pretenden beneficiar al consumidor final se vayan por la ruta de revisar la fórmula y que haya un aumento gradual de la tarifa.
“Claro, siempre y cuando se pongan en marcha las reformas en la Ley del Transporte, modernización de unidades y equipadas con botones de pánico y cámaras de seguridad”, planteó el dirigente.