Hábitos que nos empobrecen

Por: Ing. Francisco Morales h.

Somos el resultado de nuestros hábitos, hábitos que nosotros mismos adquirimos por nuestra propia cuenta o que nos son heredados por las personas que convivimos en nuestro hogar cuando niños o podemos también adquirirlos en el convivir con la pareja.

Los hábitos son todas aquellas conductas que constantemente repetimos, en muchas ocasiones no de manera consciente sino que son ya una parte integral de nuestro comportamiento habitual y como en todo, hay hábitos que son positivos y otros que no lo son.

En este artículo mencionaremos nada más dos hábitos que son muy dañinos para nuestras finanzas personales, es decir dos hábitos que nos empobrecen; aclarando que no solo son los dos hábitos que aquí mencionamos sino que hay muchos más y entonces le tocará al amable lector hacerse un examen de su conciencia financiera para darse viva cuenta de cuales conductas le son particularmente dañinas en su caso y que afectan de manera negativa sus finanzas.

* No llevar un control de nuestros gastos

Es muy común que la mayoría no llevemos un detalle de nuestros gastos, por tanto no solo no nos damos cuenta del dinero que gastamos ni en que lo gastamos sino que tampoco somos capaces de cuantificarlo.

Además el manejo de un presupuesto que no es más que un comparativo entre nuestros ingresos y egresos es un registro que tampoco lo llevamos, por tanto, el principio que dice: “Todo lo que no se puede medir no se puede administrar” se hace válido en nuestras finanzas personales, situación que se ve agravada por el uso de herramientas que nos permiten tener acceso a dinero inmediato como las tarjetas de crédito que la mayoría de los usuarios al utilizarlas no “siente” que gasta dinero, pues no hace uso de dinero en efectivo a la hora de adquirir bienes y servicios por este medio.

Se sugiere que si se identifica con esta situación, comience a vivir bajo un presupuesto y ajuste sus gastos de acuerdo a sus ingresos, tome control de sus gastos y no viva más allá de sus posibilidades, sino más bien intente generar ingresos adicionales que le permitan llevar el nivel de vida que tiene o al que aspira. Es cierto y soy el primero en admitirlo que es más fácil decirlo que hacerlo, pero aunque difícil, esta decisión le llevará una mejora de su calidad de vida, tal vez no de manera inmediata, pues puede ser que más bien encuentre resistencia en su familia al ver que les recorta sus gastos pero, a mediano y largo plazo tendrá más paz y su calidad de vida mejorará indudablemente.

Tenga siempre presente que cuando gastamos más de lo que ganamos hemos elegido ya sea consciente o inconscientemente el camino que nos conducirá a vivir siempre endeudados y es la ruta perfecta a la pobreza permanente.

* No ahorrar

Si ahorramos de lo que nos sobra al final del mes, la verdad es, que no ahorramos, porque generalmente al final del mes el sueldo se acabó antes de que el mes llegara a su último día y en ocasiones ya hemos usado dinero que no tenemos en el momento, vía préstamo o algún crédito, pero que nos llegará en forma de salario hasta el mes siguiente, otro hábito que peligrosamente afectará nuestras finanzas personales.

Es importante comenzar y ahorrar de lo que inmediatamente se recibe y no de lo que sobra porque, no sobra. Se aconseja ahorrar de manera inmediata el 10% de su salario al recibirlo, depositarlo en una cuenta de ahorro y olvidarse de que existe para así no gastarlo.

El amable lector podrá argumentar que es imposible ahorrar en esta economía en la que todo sube, en la que la devaluación afecta el bolsillo de todos, especialmente de los más pobres, e indudablemente sacará a relucir el tema de los combustibles y me dirá que tampoco se puede ahorrar cuando nos incrementan los impuestos como la tasa vial, el peaje y demás argumentos que admito son muy validos pero nos dejan en el mismo punto, es decir, sin poder ahorrar y lo que es peor, en una posición de víctimas, es decir, una posición en la que nuestras finanzas dependen de factores adversos que no podemos controlar.

Sin querer ser pesimista, ¿qué pasaría si usted es despedido y su única opción es aceptar otro trabajo donde ganará 10% menos que en su anterior trabajo?, ¿lo tomaría o no?, lo más seguro es que sí lo tome y adecúe sus gastos a su nuevo y menor ingreso. Si puede hacerlo por una situación forzada, ¿por qué no toma ahora mismo la decisión de ahorrar el 10% de su salario y vivir con el 90% restante?

Es tiempo de tomar conciencia de los hábitos que nos empobrecen.