Próximos retos del Legislativo

Por: Miguel Osmundo Mejía Erazo
*Profesor y periodista
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Después de un breve receso y con un aumento salarial rechazado por todos los sectores que están conscientes de la situación que vive nuestro pueblo, los señores representantes ante la Cámara Legislativa han regresado a su habitual y flexible horario de martes a jueves, con una mora legislativa desconocida ya que muchas leyes, reglamentos y decretos permanecen desde años engavetados, algunas de las que están supuestamente en lista de espera son: la Ley de Ciberseguridad, Ley de Hidrocarburos, Ley de Exoneraciones, Ley de Colaboración Eficaz, Ley de Protección de Datos, ley de regulación de las empresas de seguridad, ley de posesión de armas y municiones, ley de donación y creación del banco de órganos, las reformas constitucionales, la nueva Ley Electoral, etc. etc., y muchos decretos entre ellos la lectura de la Biblia en los centros escolares.

La lista es interminable, pero solamente me referiré a las reformas constitucionales y electorales y al polémico decreto de lectura de las sagradas escrituras en las escuelas y colegios públicos. Ya están nombradas las comisiones legislativas para las propuestas sobre reformas constitucionales y la otra para reformas electorales, la primera tendrá que proponer sobre reformas para los operadores de justicia, integración y rol del Tribunal Supremo Electoral, las consultas que se harán al pueblo utilizando las figuras del plebiscito y referéndum. Por su parte la Comisión Legislativa sobre reformas electorales tendrá que hacer propuestas sobre: ciudadanización de las mesas electorales, elección de diputados por distrito, la reelección presidencial, la segunda vuelta en la elección presidencial, el voto electrónico, el cociente y el residuo electoral, pérdida de la personalidad jurídica de los partidos, elecciones separadas entre otros temas, prácticamente hacer una nueva Ley Electoral para que lo ocurrido en las elecciones del 2017 no se vuelva a repetir.

Las reformas constitucionales y lectorales están también dentro del marco de discusión en el famoso, criticado e interrumpido diálogo nacional que tiene como mediador a un representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pero con la ausencia de algunos sectores políticos y de la sociedad civil que es tan compleja su conformación, ya que todos los que no somos parte del gobierno somos sociedad civil, no obstante son unos pocos y acomodados al sistema los que por todos los medios hablan a nombre de todos nosotros. Al final del diálogo nacional y de los compromisos asumidos con la comunidad y organismos internacionales, quien tiene la potestad de aprobar las próximas reformas constitucionales y electorales para el fortalecimiento del estado de derecho será el Congreso Nacional de Honduras con la veeduría de las organizaciones nacionales e internacionales, que han participado en todo el proceso y que la sociedad hondureña espera ansiosa para salir de la actual crisis evitando caer en extremos indeseables como está pasando en el vecino y hermano país de Nicaragua.

En cuanto al mencionado decreto para la lectura obligatoria de la Biblia, considero como cristiano, maestro y padre de familia respetuoso de las leyes, que la lectura de la Biblia que es palabra de Dios, debe dejarse al cuidado de la familia porque los maestros tienen diferentes formas de pensamiento, por otra parte hay varias versiones de la Biblia y la temática es tan amplia que para los niños resultaría difícil entender, es el libro más completo, el más vendido y leído en el mundo, escrito por 40 autores durante 1400 años, originalmente en hebreo, griego y arameo y traducida a miles de idiomas y dialectos. Las razones por la que no estoy de acuerdo que se lea la Biblia en las escuelas es porque fue escrita para los cristianos y es una de las formas que Dios nos habla, es el manual para nuestro estilo de vida, no es como leer un libro, un periódico o una novela, para entenderla hay que leer el texto, el contexto, las concordancias y en que época se escribió un libro o capítulo. Propongo como maestro de generaciones se incluyan las clases de Moral, Urbanidad y Educación Cívica para niños y jóvenes de educación básica y media, continuar con la formación en la escuela para padres y dejar que las diferentes iglesias y denominaciones de sana doctrina, lleven la palabra de Dios hasta los últimos rincones de Honduras.