Entregan Bonos de Solidaridad Productiva a familias afectadas por sequía

La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) inició en Apacilagua, Choluteca, la entrega del Bono de Solidaridad Productiva (BSP), con el cual se pretende beneficiar a 48,000 familias productoras del campo afectadas por la sequía.

En dicho bono se invertirán 46 millones de lempiras de fondos del Fideicomiso de Inversión para la Reactivación del Sector Agrícola (Firsa), administrado por el Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi).

“La ayuda consiste en la dotación de un quintal de fertilizante y semillas de frijol, arroz, sorgo y maíz”, explicó el viceministro de la SAG José Benítez, quien fue comisionado para dar el “banderillazo” inicial de la entrega del bono, con priorización en los municipios del Corredor Seco, entre ellos Apacilagua.

Benítez destacó la importancia de que los productores atiendan las sugerencias dadas por los meteorólogos y la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), en relación a las fechas de las siembras de postrera.

“Para el caso, en la zona Sur las siembras deben empezar a partir del 20 de agosto, por lo que la gente debe de estar atenta a los llamados que podamos hacer y seguir las prácticas culturales recomendadas para los cultivos”, sugirió.

Agregó que, “a diferencia de otros años, las asignaciones de los bonos se están haciendo a nivel central, y por instrucciones del presidente Hernández hemos dado prioridad a que estos bonos vayan directamente a organizaciones de productores, como por ejemplo esta caja rural de El Tamarindo, donde podemos constatar que los beneficiarios sí son productores”.

En ese sentido, el funcionario detalló que “hemos incorporado la supervisión y seguimiento de los bonos y hemos sido muy claros en lo referente a que, grupo que no utilice el bono para lo que es, será denunciado públicamente y quedará vetado a recibir otros bonos de solidaridad productiva”, sentenció.

Una luz de esperanza

“El invierno de primera no nos dio nada de cosecha, no vamos a sacar nada, por eso le doy gracias al Gobierno por haberse acordado de nosotros aquí en El Tamarindo de Apacilagua. Esto nos va a servir para sembrar y cosechar para postrera, porque tenemos esperanza de tener cosecha, gracias a Dios y al Gobierno”, expresó Santos Baquedano, una de las campesinas de El Tamarindo beneficiadas con el bono.

Asimismo, Glenda Osorto, otra de las productoras afectadas por la sequía, indicó que “gracias al Presidente por acordarse de las familias pobres; es una bendición la que nos han mandado a esta comunidad de El Tamarindo”.

“El invierno- prosiguió- ha sido muy escaso y larga la sequía, y esperamos en Dios que la lluvia de postrera sea mejor que la de primera. Vamos a sembrar de manera inmediata; en cuanto llueva nos ponemos manos a la obra”.

Por su parte, Juan Antonio Rodríguez, presidente de la Caja Rural de El Tamarindo, manifestó que esta es una gran obra que está haciendo el Gobierno, pues “nunca habíamos tenido este tipo de ayudas, ya que nos están dando el fertilizante y la semilla”.

“Este Corredor Seco nos tiene bien abatidos, tanto en la ganadería como en la agricultura; el ambiente está demasiado caliente, yo creo que es por la deforestación, por eso no debemos quemar ni talar”, razonó el productor de Apacilagua.

Entre tanto, el campesino Santos Luis Oyuela expuso que “nos sentimos con mucho entusiasmo y muy agradecidos porque esto nos va a ayudar muchísimo para mejorar nuestra vida; ahora le vamos a poner con más ahínco para que el día de mañana podamos cosechar. Alabamos esta acción del Gobierno”.

A tener en cuenta

Según los pronósticos de Copeco, se espera que la canícula finalice a mediados de agosto; por lo tanto, los campesinos deben proceder a sembrar esta semilla a más tardar el día 20 de agosto, para así garantizar la producción de postrera.

Las zonas de mayor impacto de la sequía se encuentran en: Comayagua, La Paz, Choluteca, Valle, El Paraíso, Francisco Morazán, el norte de Intibucá, sur de Yoro y suroccidente de Olancho.

El objetivo del BSP es contribuir a la seguridad alimentaria y al mejoramiento de la calidad de vida de los pequeños productores, mediante la utilización de tecnologías apropiadas que generen un incremento de la producción y productividad de granos básicos, excedentes para el mercado y un aumento en los ingresos.