Rafael Rubio, músico, arreglista y maestro de generaciones

Un grande se jubila de la docencia. Su huella pedagógica es tan gigante como su música. Sus arreglos y sus enseñanzas a generaciones enteras son el mayor legado que le deja a la patria. De ideas progresistas y gran trovador, las aulas pierden un gran mentor, pero el pueblo seguirá disfrutando su música. Se trata del profesor Rafael Rubio, un defensor a ultranza del folclore hondureño y enemigo público del regguetón.

Así que no le gusta el reggaetón…

Como me va gustar esa basura de música.

¿Y qué tiene contra el reggaetón?

Es exageradamente vulgar. Por tres años, hice un estudio con mis alumnos sobre las canciones más vulgares. En ese momento, Calle 13 tenía el primer lugar, pero ahora canta música protesta. A principio cantaba cosas, como: “vení mami, te la meto toda”.

¿Debería haber censura?

Debería. Hace diez años, presenté un proyecto de ley contra el reggaetón en los bajos del Congreso, pero nadie le paró bola. Le dije al finado Marco Antonio Andino, a Doris Gutiérrez, pero se quedó engavetado porque Eric Rodríguez, que en ese tiempo era diputado, nunca lo dictaminó.

¿Y qué quiere que escuchen?, no a todos les gusta Palito Ortega…

De acuerdo, la sociedad cambia, las modas cambian, pero no hay que exagerar, ni botar los principios morales. Me gustaría que cantaran El Candú, Priscila, El Bananero, en vez de cantar esas vulgaridade como: “soy una perra en la cama, fumamos marihuana sin pijama…”

Ha escuchado otra que dice “a mi gustan mayores” y “Yo te prometo un millón de aventuras y en la cama te duro lo que él no dura”…

¿Sabe que quiere decir eso? Es sencillo: Las cipotas se acuestan con los de su edad, por placer y con los mayores, por el pisto.

¿Será que los músicos recogen esa realidad y la plasman en una canción?

Bueno. Los Guaraguao recogieron las realidades y las dijeron. Facundo Cabral hizo lo mismo, pero sin denigrar, insultar, ni caer en la vulgaridad.

¿Y qué culpa tiene los reggaetoneros si a los niños no les gusta El Pitero?

Si les gusta, pero nadie los estimula con la música nuestra. En general, en nuestro país al arte lo ven con los pies, por ejemplo, aquí se hace un concierto de un músico hondureño la gente no va, pero apenas viene un extranjero, aunque sea malísimo, se llena.

¿Y sus canciones de qué hablan?

Yo tengo una canción que se llama Por la niñez de mi tierra, en la que planteo la realidad de los niños de la calle, la cantó Federico Ramírez, fue un éxito, y ahí no encuentra ninguna palabra vulgar.

Muy feo ese título, nunca la he escuchado…

Es que cuando fui a canal 5 y a las radio no la quisieron poner entonces me fui al parque Central a cantarla con Federico Ramírez durante dos años. Vendimos más de dos mil cassettes.

¿Escuchan reggaetón en su casa?

No ponen, yo eduqué a mis hijos a escuchar música sana, tampoco miran novelas sobre narcos.

¿A quién responsabiliza?

A los medios de comunicación que nos ponen ese material basura, a la hora que la miran los niños.

¿Y si los padres controlaran sus hogares?

Es cierto, pero en una encuesta que hice con mis alumnos encontramos que unos viven con la mamá, otros con el papá o con las abuelas; otros son mareros, tienen sus padres presos o en Estados Unidos y España. Los hogares están desintegrados y cuando eso pasa no se puede esperar un buen futuro para los niños.

¿Ha visto el mentado perreo?

Ni quiera Dios. Los cipotes se ponen de pie y las chavas les ponen las nalgas en el pene y cuando miran que los ojos del cipote están blanqueando se dan cuenta que están acabando.

¿Cómo se inició en la música?

Desde el sexto grado. Pasaba a cantar a chuña en los actos cívicos. Las rancheras eran mis favoritas porque eso nos llegaba en la radio. Ahora, tengo 20 CDs grabados, comencé de manera empírica, soy arreglista y amante de la música hondureña.

¿Y vende?

Casi no se vende, porque aquí no aprecian la música hondureña, es difícil. Ni conocen a los artistas hondureños.

Hábleles de Ozuna, Farruko, Maluma, Bad Bony o Nicky Jam…

Imagínese y yo cantando El Bananero, Conozca Honduras de Rafael Manzanares; Ritual de Darío Ulloa y otros compositores hondureños a quienes les he tomado sus canciones y les hago mis propios arreglos.

¿Hay incentivo del gobierno?

Nada, tanto así que el Conservatorio Nacional de Música lo tienen abandonado, en un charralero y si es la Banda de los Supremos Poderes, no tiene instrumentos, ni buses ni uniformes.

¿Ha hecho pisto de la música?

No hombre, con decirle que para financiar mi primer disco saqué 12 lempiras prestados en el Inprema y no saqué, ni un peso de ganancia. Hoy vale veinte mil lempiras en cada disco que sacamos.

¿No pegó?

Lo que pasa que cuando uno dice que le compren un disco le pide que le regalen cinco para promocionarlos, nadie dice: le voy a comprar a este loco.

¿Frustrado?

A veces, pero los que nacimos con venas de artistas no vamos a parar, porque es una leucemia y una ilusión. Soy feliz aunque seamos unos quijotes musicales.

¿Desde cuándo dirige bandas estudiantiles?

Desde 1978. Dirigí la banda de la Escuela Normal Mixta, Alpha, Paulino Valladares, Hibueras. Tengo muchos trofeos que gané con esas bandas.

¿Que más ha compuesto?

La canción del carnaval de Nacaome, el Himno al Niño desde 1979, pero el gobierno no lo promociona. Tengo baladas, le escribí una canción al puerto de San Lorenzo.

¿Cómo está la enseñanza de la musical en Honduras?

Hasta los años 80 funcionó. De ahí para acá, los gobiernos han seguido instrucciones de los organismos internacionales y nos han llevado a la quiebra. De tres horas semanales, pasamos a dos. Lo mismo en las artes plásticas, quitándoles oportunidades a los niños. Y de remate, eliminó la materia de moral y cívica.

¿Y los sábados cívicos?

Los cambiaron por las recrovías, el sábado cívico era para el himno, teatro, danza, pero las recrovías significa diversión en la calle y la escuela es la escuela.

¿Fundó grupos musicales?

Yo fundé el primer grupo musical de Nacaome. Se llamó los Blue Birds con dos guitarras que le compramos al diputado Max Guerra que se las quitó a dos hijos que tenía en la Escuela Americana porque le salieron aplazados. Las baterías la compramos en El Salvador.

¿Y qué fin tuvo ese grupo?

Por problemas económicos pasó a manos de un músico que se llamaba Sotero Hernández, nos pagó la deuda a cambio de que tocaramos para él, en el grupo, que ahora se llama Tribu Lenca. Después fundamos “Los Cleavers”.

¿Qué instrumentos toca?

Guitarra y teclado, mis fuertes; un poco de bajo y saxofón.

¿Cree en el lema que los niños son el futuro?

Aquí solo se habla paja de los niños. Solo los usan.

Dicen que a los músicos le llueven las mujeres ¿Es cierto?

Es cierto, mire, la música atrae mujeres, pero la verdad a mí no me gustó aprovecharme de la música.

¿Enseña música o solo da teoría?

Es que los programas no dan para enseñar con instrumentos, ni tampoco las escuelas y los colegios no tienen laboratorios. Ni tomacorrientes hay para conectar el teclado.

¿Ni a cantar a la pizarra los pasa, como antes?

Por eso le digo, los programas educativos ya le dicen a usted qué debe enseñar en cada parcial.

¿A cuántas generaciones les dio clase?

Comencé desde 1971, saque la cuenta, pero este año me retiro de la labor docente.

¿Tira la toalla?

No, estoy entero, soy hiperactivo, me gusta el jale con los cipotes, pero el problema es que ya di lo que tenía que dar. Imagínese, yo ensayo los sábados con la banda, me gasto no menos de 800 lempiras de mi bolsa para sostener la banda.

¿No le han dicho que es una locura todo este amor al arte?

Le repito, la música para mi es una leucemia. No tengo pisto, pero la felicidad que yo tengo, no la tiene nadie.

¿Premios?

Muchos, incluyendo en mi pueblo, pero el mejor premio es el cariño de los alumnos. Casi siempre no quieren al maestro, cuando lo ven dicen: “ahí viene ese viejo hijo de p… pero cuando me ven a mí, la mayoría me dice hola Rubio.”

¿Porque le regala las notas?

No, no, no, (suelta una carcajada). Mire, la pedagogía moderna dice que el profesor debe ser amigo del alumno, tanto así que son sus confidentes, si tienen sed piden agua. Es la confianza, aunque hay que poner fronteras.

Muchos profesores hasta se emborrachan con los alumnos ¿Es parte de esa confianza?

No, aquí habían dos profesores que llegaban arrimados a la pared a dar clases, pero esto sucede en todos los gremios: Entre los periodistas, los abogados, los empleados públicos hay grandes bolos.

¿Se valora la labor docente en Honduras?

Hay dos cosas que entender: El maestro es el mejor profesional de una sociedad. Por las manos de los maestros pasó medio mundo, hasta el cardenal, pero lastimosamente al maestro lo miran como basura. Ahorita gana más un militar que un maestro.

¿Qué piensa de la dirigencia magisterial?

Le voy a decir una cosa: De diez, solo hay dos buenos, los demás son pícaros, igual a los políticos

¿Y los dirigentes sindicales?

Igualitos, unos terminaron de empresarios, como uno que es diputado ahorita, criando caballos de pura sangre, -yo ni piojos puedo criar porque tengo ralo el pelo- se prostituyeron, son pisteros.

Este 15 de septiembre es su última vez dirigiendo la banda ¿Triste?

Me da tristeza después de estar jodiendo 47 años, es pijudo, pero el gobierno nos mira como enemigos. No hay apoyo para las bandas, se roban el billete, pero no invierten en las artes, por eso tenemos tanto mareros.

¿Ya calculó cuánto le toca de jubilación en el Inprema?

Me robaron. Ese es uno de los rencores que me llevo con los cachurecos. Siempre fueron enemigos del pueblo. A los maestro nos quitaron los años de servicio y hasta, una parte del aguinaldo.

¿Y los liberales lo trataron bien?

Hicieron cosas muy buenas, pero me hice Libre, porque los liberales no reconocieron el golpe de Estado a “Mel” Zelaya.

¿Habla de política en el aula de clases?

Claro que sí, yo les digo estas y otras cosas.

Pero usted es profesor de música

No, no, no, permítame, la música es el centro de todas las materias, por eso los políticos no quieren al artista, por su mente libertaria.

¿Y les habla de religión?

También. Les digo a mis alumnos y alumnas que yo soy católico, pero no le creo nada al cardenal porque se volvió elitista y que no se crean de los pastores que le dicen a las jovencitas que se quieren acostar con ellas, porque Dios se los reveló. Eso es paja, lo mismo que el diezmo, ni que somos independientes porque nos manda los países grandes, eso les digo, les abro la cabeza.

¿Una anécdota?

Cuando yo trabajé de maestro en los Luises y vivía en El Aceituno (Alianza, Valle) organicé un equipo de fútbol y de ahí salió el portero Orlin Banegas, quien después fue portero del Motagua.

El examen del Himno Nacional le da pánico a los alumnos ¿Se debe cambiar la forma de evaluar?

Eso es lo que estoy proponiendo antes de retirarme, porque esa manera de evaluar mata a los alumnos. Siempre recomendé que no sea un examen memorístico de preguntar la tercera o la quinta estrofa. Es mejor que lo canten, lo dirijan y que comprendan el significado del himno, ya que describe la triste y feliz historia de nuestro país.

Al expresidente Zelaya le preguntaron que si la blanca tiene dos tiempos, qué tiene la negra ¿Sabe lo que respondió?

No.

La negra tiene tumbao, dicen

Es broma suya (suelta la carcajada), pero la de “Polo” Paz fue mejor cuando le dijeron que si le gustaba una canción que le compusieron y dijo que sí, con la partitura al revés.

A propósito de del expresidente Zelaya ¿Puede tocar guitarra o solo es el plante?

No creo. Es igual a Rubén Salazar, que solo hacía los gestos y no pasaba del corrido del Caballo Blanco. Eso no es tocar guitarra. Tocar es esto

(Y se pone a tocar su guitarra en el pasillo del colegio. Comienza con la Bamba, pasa a Sin ti, luego va al Candú. Es todo un remix. De inmediato, los alumnos lo van rodeando…